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Jueves 28 de Marzo de 2024 |
 

La lengua inglesa

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    Monografía sobre la lengua inglesa

    Lengua Inhlesa, idioma y principal medio de comunicación del Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Suráfrica y otros países de influencia británica, donde lo entienden y hablan la gran mayoría de sus habitantes.

    El inglés pertenece al grupo anglo-frisón incluido en la rama occidental de las lenguas germánicas, que es una subfamilia de las lenguas indoeuropeas. Está relacionado con la lengua frisia, algo menos con el neerlandés y ciertos dialectos del bajo alemán y mantiene vinculación con el moderno alto alemán.

    Historia de la lengua

    Se suelen reconocer tres etapas fundamentales en la evolución del inglés. Inglés antiguo, también conocido por anglosajón, fechado entre el año 449 y el 1066 o 1100. El inglés medio que abarca el periodo de tiempo comprendido entre los años 1066 o 1100 hasta el 1500. El moderno, con dos etapas, la clásica, desde el 1500 hasta el 1660 y la contemporánea, desde 1660 hasta nuestros días.

    Inglés antiguo

    Es una variante del germánico occidental, lengua que llevaron a la isla, en torno al año 449, los invasores jutos, anglos y sajones. A partir de entonces una nación que había estado romanizada y pertenecía al ámbito de la cultura celta, sobre todo los bretones, pasa a ser dominada por unos invasores que trajeron una lengua y una cultura denominada anglosajona. Se desarrolló una variante propia de la lengua donde cabe rastrear varios dialectos: el que hablaban los jutos, el sajón occidental que hablaban los sajones y las diversas variedades de los anglos. En el siglo IX el sajón occidental era la lengua de mayor difusión en la prosa escrita, gracias al rey Alfred, primer legislador de Inglaterra. Se tradujeron del latín las obras de san Agustín, san Gregorio y de Beda el Venerable. Sin embargo, el dialecto de los anglos fue la lengua del poema épico Beowulf de autor desconocido escrito un siglo antes, y de una poesía elegíaca de cierto interés.

    La lengua que se fue configurando como idioma nacional sufrió la influencia del latín en dos momentos distintos: el primero, por el contacto con el imperio romano; el segundo, con la llegada y la evangelización de san Agustín, hasta el siglo XI. De esta época proceden las palabras relacionadas con la terminología religiosa, como altar, priest, psalm ('altar', 'sacerdote', 'salmo' respectivamente).

    Como consecuencia de las invasiones viquingas a partir del siglo VIII, la lengua sufrió la influencia del nórdico antiguo. A este hecho se deben una serie de palabras relacionadas con el mar y la navegación y otras relativas a la organización social, como law, take, cut, both ('ley', 'tomar', 'cortar', 'ambos' respectivamente) y are, forma conjugada del verbo to be.

    Era una lengua con mayor grado de flexión que la presente y por eso el orden de las palabras en la oración era más libre. Poseía un número dual para los pronombres personales, cuatro declinaciones para los nombres y dos para los adjetivos, así como variación de género. La conjugación verbal sólo poseía dos tiempos: el presente, que también adquiría el valor de presente profuturo, y el pasado. Era una lengua flexible para la composición de palabras porque su léxico era limitado y, junto al procedimiento morfológico para la creación de neologismos, adoptó y tomó numerosos préstamos de las lenguas con las que convivía y se relacionaba. Por esto es notoria la influencia del sustrato celta, aunque la investigación cifra en un 10% los nombres comunes de este origen. Otros restos celtas se cree que han llegado procedentes del galés, gaélico-escocés o escocés.

    Inglés medio

    Se suele fechar a partir de la conquista normanda en el 1066. Al final del periodo la lengua que empezó siendo flexiva y con declinación pasó a estar determinada por el orden sintáctico. Hacia el 1200 las tres o cuatro terminaciones del nombre en singular se habían reducido a dos; la marca del plural era la terminación -es. De las cuatro declinaciones del nombre se borra la -n final de cinco casos y la declinación se simplifica. Todas las vocales finales se neutralizan en -e. Los plurales masculinos de nominativo y acusativo se hacen en -as, que después se convertirán en -es. La única forma de plural antiguo que pervive en la lengua moderna es la de la palabra ox que hace oxen. También son restos del estadio antiguo los cambios en las vocales de las raíces en las palabras man, men ('hombre', 'hombres') y foot, feet ('pie', 'pies').

    Durante este periodo desaparecen el género, el dual y la declinación de los pronombres en dativo y acusativo toman una forma única. Para evitar confusiones se adoptan los pronombres del escandinavo they, them y adquieren valor de relativo las formas who, which y that. En la conjugación desaparecen las terminaciones y se emplea una única forma para el singular y el plural en el pasado de los verbos llamados fuertes (equivalente a los irregulares del español).

    A comienzos de este periodo tiene lugar la entrada en la lengua de muchas palabras de la vida cotidiana que proceden del escandinavo o nórdico, como egg, sky, sister, window ('huevo', 'cielo', 'hermana', 'ventana', respectivamente). Los normandos, que hablaban en sus clases cultas francés, también aportaron alrededor de una novecientas palabras al anglosajón, como por ejemplo baron y noble, términos que las clases populares desconocían y debían usar en su trato con los nuevos señores. Aunque algunos nobles y el clero aprendían inglés, también introdujeron palabras francesas relacionadas con el gobierno, la iglesia, el ejército, los modales cortesanos y las que se referían a las artes, la enseñanza y la medicina.

    En el siglo XIV adquiere verdadero prestigio la lengua de los anglos, en cuyas ciudades surgen las universidades y se desarrolla una próspera vida económica y cortesana. Es la zona conocida por Midland, cuyo centro es Londres, su influencia se extiende al sur del Támesis en Kent y Surrey. Queda consagrado su uso en las obras de Geoffrey Chaucer, John Gower y John Lydgate y por la impresión tipográfica que en esta lengua realizó William Caxton.

    Como muestra de los dialectos del normando que han pervivido desde entonces hay que reseñar el escocés, idioma de las Tierras Bajas de Escocia.

    Cambio del sistema vocálico

    La transición del inglés medio al moderno viene marcada por una rigurosa evolución fonética en la pronunciación de las vocales, hecho que ocurrió entre los siglos XV y XVI. El lingüista danés Otto Jespersen lo ha denominado la gran mutación vocálica; consistió en alterar la articulación de las vocales en relación con las posiciones de los labios y la lengua, que por lo general se elevó en un grado. Este hecho supuso que de las 20 vocales que tenía el inglés medio, cambiaron dieciocho. La escritura permaneció inalterable a consecuencia de la irrupción de la imprenta. Hasta entonces el inglés medio poseía una escritura más fonética; todas las consonantes se pronunciaban, en tanto que ahora hay muchas mudas como l de walking.

    El cambio se inició en el siglo XV, cuando todas las vocales largas se pronunciaron con una mayor elevación de la lengua y oclusión de la boca, todo eso en un grado. Las vocales que no eran susceptibles de esa mutación se diptongaron, por eso el fonema /i/ puede ser algo así como ee en need o ea, como en meant; el fonema /u/ es oo como en food. La mutación, que continúa, es la causa de que las vocales en inglés se pronuncien de forma diferente a las demás lenguas europeas occidentales. En función de la pronunciación que reciben las palabras préstamos de otras lenguas, es posible fechar la época en que se introdujeron en la lengua. Por ejemplo se sabe que el galicismo dame, ('señora') entró antes de la mutación porque la a se pronuncia /e:/ Este hecho parece deberse al cruce de dos hábitos articulatorios de los franco-normandos y los anglosajones.

    Inglés moderno

    A comienzos de este periodo tiene lugar un crecimiento del léxico, tanto por la difusión de la lengua como por los préstamos que recibe de otras lenguas con las que se pone en contacto. El renacimiento resucita el interés por el griego y el latín, de donde se toman numerosos términos, como por ejemplo drama, enigma o clima. Poco después son los viajeros y comerciantes los que traen nuevos términos a la lengua: por ejemplo, del italiano se toman stanza y violin; del portugués y del español proceden alligator y sombrero.

    Entre los siglos XVII y XVIII tienen lugar los cambios gramaticales más importantes. Se introduce el pronombre its que sustituye al genitivo his, única forma que emplean los traductores de la Biblia (1611) del rey Jacobo I. A partir del empleo del participio, como si fuera un nombre, precedido de la preposición on, surgen los tiempos progresivos; poco a poco la preposición se sustituye y después desaparece. Hoy se emplea únicamente la forma terminada en -ing. A partir del siglo XVIII y con ese origen, el proceso culmina con la creación de las formas pasivas progresivas del tipo : the job is being done ("el trabajo se está llevando a cabo"), donde el interés sintáctico y el pragmático está centrado en el resultado de la acción y no en el agente que la realiza.

    El mayor desarrollo y difusión de la lengua se inicia en el siglo XIX y continúa sin interrupción. Han entrado al inglés numerosas palabras como consecuencia de la expansión colonial británica. Así son americanismos canoe, raccoon, wigwam, llama, quinine y potato entre otras muchas ('canoa', 'mapuche', 'tienda de campaña', 'llama', 'quinina' y 'patata' respectivamente); africanismos son: 'chimpanzee' y 'zebra'; proceden de la India 'bandanna', 'curry' y 'punch'; y de Australia 'kangaroo' y 'boomerang'.

    El inglés del siglo XX

    En el siglo XX los hablantes cultos del Reino Unido pronuncian de acuerdo con lo que se llama pronunciación admitida (recieved pronunciation). La norma culta es la de los internados privados, las viejas universidades de Oxford y Cambridge y que caracteriza la pronunciación de la BBC, aunque cada vez se acepta mejor la pronunciación dialectal de sus locutores. No tiene Academia de la lengua que fije las normas escrita o habladas del idioma. Es una lengua que ha pasado de la síntesis al análisis, de la declinación y la flexión al orden sintáctico, de las desinencias a las raíces y estructuralmente es una lengua casi monosilábica, excepto en los términos científicos derivados de las raíces griegas y latinas.

    Dada su enorme difusión se hallan varios dialectos con rango de lenguas nacionales. Restringidos al ámbito europeo hay que señalar el dialecto irlandés que mantiene ciertas peculiaridades en la pronunciación, la sintaxis (como el empleo de after detrás de las formas del verbo to be) y algunos arcaísmos en el vocabulario (como adown en lugar de dawn) y palabras de origen celta. El dialecto escocés también llamado lallans, fue el primero que conoció el mundo a través de las baladas del poeta Robert Burns, Contiene algunas diferencias en la pronunciación de las vocales y palabras de origen escandinavo como señas de identidad.

    Una situación especial es la que ofrece el inglés australiano, por su marcada diptongación de las vocales, las diferencias en el uso de determinadas palabras que son fruto de la interacción de los pueblos indígenas y sus colonizadores.

    El inglés americano

    Gracias a la colonización de algunas zonas de América del Norte y a la expansión territorial en el siglo XIX, tuvo lugar la evolución del inglés americano, que abarca las variedades habladas en Canadá y Estados Unidos. El hablado en Canadá mantiene ciertos rasgos en la pronunciación (como la conversión de la t- en posición implosiva como una africada alveolar sorda, muy próxima a la ch del español). La norma escrita suele ser rígida desde el punto de vista morfológico y sintáctico, es más tolerante con los neologismos. Entre las primeras personas que señalaron las diferencias que existían entre el inglés británico y el estadounidense se encuentra el lexicógrafo Noah Webster. Su Diccionario americano de la lengua inglesa (1828), señaló tal diferencia al incluir muchos neologismos americanos, así como el americanismo en la significación y el uso de las palabras antiguas, los cambios en la pronunciación y la reforma, que propuso en la ortografía (-er en lugar de -re, -or en lugar de -our, check en lugar de cheque). A pesar de lo dicho, es difícil decidir si una obra impresa — sin tener en cuenta el contexto — ha sido escrita en Gran Bretaña, Estados Unidos o Canadá y más aún, otro tanto pudiera decirse de Australia, Nueva Zelanda o Suráfrica.

    Evolución del inglés americano

    En el siglo XVIII los comentaristas ingleses se percataron de la "pasmosa uniformidad" de la lengua que se hablaba en las colonias, excepción hecha del habla de los esclavos. Sin embargo calificaron de subvariedades del inglés lo que hablaban los indios norteamericanos y los demás grupos no británicos. La razón estriba en que los primeros colonos no pertenecían a grupos regionales sino sociales, que procedían de cualquier parte de Inglaterra, de ahí que no hubiera ningún dialecto británico dominante.

    Variedades dialectales

    La investigación anterior a 1940 distinguió tres grandes dialectos, con varias subdivisiones cada uno. El septentrional, localizado en Nueva Inglaterra y el Estado de Nueva York, cuyo exponente más conocido es el neoyorquino, de la ciudad que le da nombre. Es característico en él la pérdida de la r intervocálica o en posición interior, así como la relajación de la aspiración de la h. El llamado dialecto 'midland', que se escucha a lo largo de la costa, desde Nueva Jersey a Delaware, con un sinfín de subdialectos, como el del área de Ohio, el occidental de Virginia y el oriental de Kentucky y Tennessee. El dialecto sureño, que se habla desde Delaware hasta Carolina del Sur. En la actualidad la norma promovida por las emisoras de radio y los canales de televisión ha planteado la crítica de los dialectólogos, defensores de la riqueza y la diversidad del idioma; pero las variedades dialectales no se han eliminado por ningún procedimiento: el dialecto del Midland mantiene la r final y las personas cultas del sur siguen sin distinguir pen de pin.

    El inglés de la minoría negra

    Una de las razones por las que algunos lingüistas defienden que el inglés negro es una lengua y no una variedad dialectal es que en todas las regiones se da la misma fonética, sintaxis y léxico, y no hay diferencias urbanas y campesinas. Hasta el siglo XIX la población de origen afroamericano empleaba una especie de lengua criolla. Pero con la desaparición de la esclavitud y su consiguiente escolarización se ha ido incorporando a la norma general de la lengua hablada, aunque en los círculos no cultos aún existen marcadas diferencias léxicas e incluso sintácticas. Buen ejemplo de ello es la forma del pasado que emplea el participio been como auxiliar antes del participio del verbo que se conjuga: she been said that ("ha dicho que"). De cualquier forma ha introducido todo un vocabulario, sobre todo urbano, en la norma nacional, a la que pertenece un modismo de empleo universal, O.K., que al parecer tiene un origen africano, así como muchos términos específicos del léxico del jazz.

    El formalismo gramatical

    Es su rasgo más preciado aunque posea un estigma, el empleo de formas verbales incorrectas. Es mayor la rigidez de la norma escrita en América que en Gran Bretaña; en parte se debe al gran número de emigrantes que adoptan el inglés como segunda lengua y lo aprenden de forma rígida en las escuelas, o bien no quieren desviarse para no ser tachados de advenedizos, porque el uso 'correcto' es una indicación de una determinada situación social. Mucha gente que emplea la norma en el mundo del trabajo en cualquier parte del país, actúa de forma diferente en privado. Sin embargo, en la escritura muchos se limitan al uso normativo y emplean incluso locuciones en latín para dirigirse a sus amigos.

    Variaciones léxicas

    A finales del siglo XIX y principios del XX estudiar el inglés estadounidense quedaba reducido a identificar los americanismos y proporcionar las etimologías correspondientes: palabras tomadas en préstamo de las lenguas indígenas americanas (mugwump 'dirigente político', caucus 'asamblea que elige a un candidato o jefe político'); palabras que se mantienen después de que las haya perdido el inglés británico (bug que significa el genérico 'insecto' y no chinche que es el valor del término en Gran Bretaña). Palabras que han adquirido un significado diferente en el nuevo mundo (corn para nombrar al maíz que en el inglés británico se dice maize). Hay una amplia lista de americanismos (elevator 'elevador o ascensor', truck 'camión', hood 'capó del coche', windshield 'limpiaparabrisas' garbage collector 'barrendero') que se diferencian de sus equivalentes británicos (lift, lorry, bonnet of a car, windscreen, dustman). Tales diferencias se mantienen en la actualidad pero gracias a las comunicaciones y los medios de difusión modernos no hay hablante del inglés a un lado y otro del Atlántico que no pueda entender los usos y los significados de esos términos sin ningún problema.

    El llamado inglés básico

    A finales de la década de los años veinte los británicos Odgen y Richards, psicólogo y pedagogo respectivamente, publicaron una simplificación del inglés a la que denominaron inglés básico. Se utiliza sobre todo en la enseñanza del idioma como segunda lengua, con el fin de convertir el inglés en la lengua internacional. Donde encuentra mayores dificultades es en la escritura.

    Se basa en una idea bastante compleja, la de limitarse a las unidades básicas del pensamiento y expresarlas claramente con el léxico limitado del lenguaje cotidiano. Contiene 850 palabras básicas, que incluyen 600 nombres (de cosas y sucesos), 150 adjetivos y 100 palabras operadores, es decir, preposiciones y verbos. Los términos empleados son comunes a todos los países anglohablantes. Trata de no contener sinónimos, operar con los verbos básicos, que se combinan con las preposiciones para matizar su significado.

    El futuro del idioma

    La influencia de los medios de comunicación de masas parece otorgar una mayor uniformidad en la pronunciación, la escritura e incluso cierto intento por ajustar mejor la escritura a la fonética. Sin embargo, frente a este deseo voluntarista por normalizar el idioma, lo único permanente es su tendencia a crecer y cambiar. Continuamente se acuñan neologismos, y el uso modifica el significado de los términos para expresar nuevos conceptos. El intercambio con el inglés americano enriquece al británico y se está convirtiendo en la lengua internacional más importante.

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