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Sida

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Completisimo trabajo sobre el Sida.

Agregado: 24 de MAYO de 2000 (Por Miguel Angel Vabrera Silva) | Palabras: 10368 | Votar | Sin Votos | Sin comentarios | Agregar Comentario
Categoría: Apuntes y Monografías > Medicina >
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    República Bolivariana de Venezuela

    Ministerio de Educacion, Cultura y Deportes.

    Unidad Educativa Colegio "María Santísima".

    Cabudare Estado Lara.

    ESTUDIO PSICOLOGICO Y SOCIOECONOMICO DE LAS PERSONAS QUE PADECEN EL SINDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA

    ESTADO LARA

    Nombre del Tutor:

    Ludmila Nesterovsky.

    Nombre del integrante:

    Isabel Veliz.

    Republica Bolivariana de Venezuela.

    Ministerio de Educacion, Cultura y Deportes.

    Unidad Educativa Colegio "Maria Santisima".

    Cabudare Estado Lara.

    ESTUDIO PSICOLOGICO Y SOCIO-ECONOMICO DE LAS PERSONAS QUE PADECEN EL SINDROME DE INMUNODEFICIENCIA ADQUIRIDA

    ESTADO LARA

    INDICE

    PAGINAS: CONTENIDO

    4 -5 - 6 Introducción

    7 - 8 Capítulo I: El Problema.

    9 - 10 Justificación del problema.

    11 Objetivos.

    12 - 13 Capítulo II: Marco Teórico.

    14 - 38 Bases Teóricas.

    39 - 40 - 41 Definición de términos

    básicos

    42                                                                                                                      Capítulo III: Marco Metodológico

    43 - 51 Capítulo IV: Conclusiones y

    Recomendaciones

    52 - 53 Bibliografía

    54 Anexos

    INTRODUCCION

    Ningún padecimiento en la época moderna ha causado tan fuerte impacto en el mundo civilizado como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, SIDA. En muy breve tiempo, esta enfermedad afectó cerca de 250.000 personas en Estados Unidos y se cree que hay más de dos millones infectadas por el agente causal, el virus de Inmunodeficiencia Humana (HIV) en el mismo país.

    La terrible realidad acerca del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) se remonta a varios lustros atrás, tal vez 4 o 5, siendo lo más probable que haya azotado a la humanidad silenciosamente en los medios sanitarios más pobres. Cuando hizo su aparición oficial en 1970 en los Estados Unidos y un par de años más tarde en Europa y, probablemente, desde mucho antes en Africa empezó a presentársele especial atención como problema grave de salud de grandes magnitudes.

     

    El SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es la enfermedad de la cual hoy más se habla. Radio, TV y Prensa, cada día, informan a la opinión pública con noticias y estadísticas impresionantes.

     

    El alcance de esta epidemia es aún más dramática en Africa Ecuatorial donde dos millones de personas están ya infectadas.

    El SIDA está considerado como la enfermedad del siglo, así como en otro tiempo lo fue el cólera. Se dice que es la enfermedad del siglo, porque aún no se ha dado con la cura de la misma. Por eso hay que tomarlo en cuenta, antes que sea demasiado tarde.

    Con la presencia del SIDA, la población de todas las clases sociales, razas y religiones han sufrido las más dramáticas experiencias tanto físicas como psíquicas que han precedido a la muerte del paciente y la desdicha de sus familias, la destrucción de su ambiente social, escolar, universitario, económico, ademas de la estigmación, la discriminación, el rechazo y la repugnancia, aún en los hospitales no especializados en este tipo de problemas.

    El enfermo de SIDA se caracteriza por ser inimaginable por lo variado y complejo, no solo en su manifestación somática sino también la psicológica. El cambio de la conducta implica reacciones de agresión, incluso contra sí mismo y dentro de ese agobio, miedo, angustia, terror a la muerte inminente, estados depresivos de gran consideración y difícil tratamiento.

    Es un individuo solitario, aislado, sin nadie en quien confiar, a quien comunicarle o comentar su enfermedad, su tragedia: el temor, bien fundado por

    desgracia, de ser rechazado y de pronto excluído de la familia, de la sociedad a la cual pertenece aún antes de nacer.

    La problemática psicologica que enfrentan las víctimas del SIDA antes descritas, estas personas se derivan a las circunstancias, quienes se transforman en vehículo de transmisión de la infección.

    Se sigue asociando con asco y repugnancia, al enfermo con SIDA con la homosexualidad situación de no emitir juicios para no ser rechazados y sancionados por la sociedad.

    La lucha contra el SIDA no es solo cuestión de información y de higiene. Es también cuestión de orden moral.

    CAPITULO I: EL PROBLEMA

    1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:

    Desde 1981, cuando se diagnostica por primera vez el SIDA, como una infección propia de hombres con conductas homoxesuales, hasta nuestros días, cuando es considerada una infección a la que no escapa ningún ser humano, ninguna enfermedad había conmovido y movilizado a tanta gente en el mundo como lo ha hecho el SIDA, ni había influenciado los patrones de comportamiento y conductas humanas.

    El SIDA ha tocado todas las estructuras humanas, todas sus instituciones, incluyendo la más noble: la Familia.

    Le ha tocado a la familia una carga muy especial con esta epidemia, ya que todos los factores que la originan, mantienen y generan, la afectan directamente, exigiendo de ella una respuesta, poniendo en peligro su estabilidad y la de sus miembros. La enfermedad o muerte de cualquiera de ellos sumada a las crisis sociales, de valores, miedos irracionales, deteriora su capacidad de respuesta.

     La complejidad de los problemas con los que deben enfrentarse las personas que padecen de SIDA y el terror psicológico que este engendra, hacen de esta enfermedad una entidad aparte del marco de la salud pública contemporánea. Su aparición interfiere con todos los aspectos de la vida del paciente; produce graves problemas en todos los sujetos con los que el enfermo mantiene contactos personales, íntimos, familiares o laborales; da lugar a dificultades en la atención y tratamiento que dispensan las instituciones y organizaciones sociales e induce a la consideración de cuestiones éticas básicas en el ámbito del sistema sanitario.

    La enfermedad sigue siendo incurable y sus secuelas son extraordinariamente debilitantes; la transmisión de una persona joven, activa y vigorosa a un paciente débil, arruinado por los síntomas, quizás morimundo, obliga al sujeto a realizar un extraordinario esfuerzo de adaptacion.

    Una persona puede reaccionar de distintas maneras al obtener un resultado positivo a la prueba que detecta el VIH o cuando recibe un diagnóstico de SIDA. Como parte de esta reacción inicial, varias personas experimentan ansiedad, temor o preocupación ante la idea de comunicarle la noticia a otras personas.

    Sin embargo, aunque parezca contradictorio, estas personas suelen sentir una urgencia casi irresistible por comentarlo a otras personas, sobretodo en busca de sostén y apoyo.

    Debido al estigma que pesa sobre el SIDA, los afectados toman el rechazo por parte de la sociedad, la pérdida de los compañeros de trabajo y el abandono que puede ser objeto por sus amantes y amigos íntimos.

    La sociedad en todos sus niveles: raciales, culturales, económicos, religiosos, étnicos, se halla profundamente afectada y comprometida con el drama del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, SIDA. Al comprometer al individuo, involucra a la comunidad, a la ciudad, a la nación, al mundo entero.

    Tomando en cuenta todas las consideraciones se plantea como problema de esta investigación que siente una persona desde el punto de vista psicológico y socio-económico, a la que se le ha diagnosticado SIDA.

    2. JUSTIFICACION DEL PROBLEMA:

    Nunca como hoy, el hombre ha sido amenazado por una enfermedad maligna que trae a la mente catástrofes apocalípticas de nuevos y viejos tiempos, capaz de enterrarnos a todos en breve tiempo. Hace unos años el SIDA apareció como un síndrome misterioso, capaz de acabar con la humanidad en pocos años. Es una enfermedad que nos aterra porque no se ha encontrado todavía el modo de curarla y porque no alcanzamos a ver dimensiones mundiales de la expansión del contagio.

    El SIDA es hoy un problema social, psicológico, económico, político y médico y por ello su enfoque primitivo no puede ser dirigido solo a la causa biológica y su forma de control. Es necesario centrarse en un proceso educativo que formen al niño, al joven, y al adulto, actitudes y valores que le permita la toma de desiciones adecuadas para protegerse. Es por ello que las situaciones que conducen a la infección por el virus, a la drogadicción, a la promiscuidad sexual, a embarazos o suicidios juveniles, forma parte de un contexto psico-social, que debe ser conocido y analizado por los educadores para la salud.

    Hay un conjunto de factores sociales que aumentan la complejidad de esta terrible enfermedad. Mas del 85% de las víctimas del SIDA son varones homosexuales y drogadictos que utilizan la vía intravenosa, personas cuyo status social no es elevado pero que merecen los cuidados y atención que se deben a cualquier sujeto que se halla amenazado o padece una enfermedad como esta.

    La angustia suscitada por la posible diseminación del SIDA es grande y se materializa en miedo a una exposición causal al dar la mano a otra persona, a comer en platos usados por un portador, etc.

    La epidemia del SIDA se presenta como un modelo multicausal por excelencia: a revertido todos los procesos científicos; es un fenómeno con una diversidad y una complejidad en el cual están involucrados aspectos como: sexualidad, muerte, salud, enfermedad, religión, política, economía, familia, trabajo, marginalidad, educación, aspectos éticos y legales y ha movilizado esfuerzos de pueblos, naciones y continentes en búsqueda de respuestas a este fenómeno, el cual no es una mera cuestión sanitaria, sino una amenaza al desarrollo socio-económico de los pueblos.

     

    3. OBJETIVOS:

    3.1 Generales:

    Estudiar y conocer los aspectos psicológicos y socio-economicos que afectan a las personas que sufren de SIDA.

    3.2 Específicos:

    Iniciar un conocimiento informativo de los problemas psicológicos originados por el SIDA, en personas que padezcan la enfermedad.

    Determinar que el SIDA causa problemas socio-económicos a aquellas personas que lo sufren.

    CAPITULO II: MARCO TEORICO

    1.    ANTECEDENTES:

    Maylon, A.K. y Yinka, A.T. (1983) señalaron que en el momento del diagnóstico muchos profesionales sanitarios fracasan en la identificación de las necesidades de apoyo psicológico, inmediatas y a largo plazo, que manifiesta el paciente con SIDA. La intervención psicológica por parte de los trabajadores de la salud mental que trabajen junto al médico del paciente debe iniciarse de forma inmediata.

    Morin y Colaboradores (1984) y Miller y Green (1985), determinaron que el preocupado sano presenta grandes problemas de una variedad emocional, psicológica, doméstica, laboral y social. Han señalado que en algunos casos el paciente preocupado evitará informarse sobre el SIDA y procedimientos para reducir al mínimo el riesgo, porque el hacerlo es sencillamente demasiado aterrorizante.

    Dilley y sus colaboradores (1985), encontraron que la depresión era el problema psicológico más típico en pacientes con SIDA y al parecer resulta del aislamiento real o imaginario posterior al diagnóstico, la incertidumbre sobre su futuro y la tristeza de perder la salud, sus ingresos, el empleo y futuras relaciones, han observado que se relaciona muy estrechamente con la percepción por parte de los pacientes de que el SIDA es una forma de castigo a su homosexualidad.

    Miller y Colaboradores (1985), descubrieron un síndrome de pseudosida que afecta al preocupado sano, en los que los temores de infección originan muchos de los síntomas de ansiedad que parecen imitar las características prodramáticas del SIDA, como sudoración, letargo y pérdida del apetito y peso. La aparición de estos síntomas, parece confirmar sus peores temores haciendo así que empeoren los síntomas y surge aquí un transtorno psicológico o psiquiátrico.

    2.   BASES TEORICAS:

    La teoría que mejor se fundamenta sobre el SIDA, sostiene que se originó a partir de un virus similar al del SIDA que afecta a los monos.

    Es el SIDA una enfermedad de múltiples manifestaciones físicas y mentales, que produce la muerte básicamente por la destrucción del Sistema Inmunológico, lo cual favorece la instauración de severos cuadros nosológicos en diversos órganos y sistemas. Es una condición severa que afecta al organismo, caracterizada por el debilitamiento de la inmunidad o defensa contra las enfermedades.

    El SIDA lo causa un virus (agentes infecciosos muy pequeños). Los investigadores de diversas partes del mundo han dado diferentes nombres a este virus, porque algunos piensan que hay varias clases, pero parece que se trata del mismo. A este virus se le llama HTLV-III (Human T Lymphotropic Virus, Type III), en los EEUU. En Francia se le llama LAV (Lymphodenophaty - AIDS Virus). Además está lo que en inglés se denomina ARV (AIDS-Related Virus), que en español se denomina "para-SIDA" o paraSIDA" y que designa a un tipo de virus que se relaciona con el SIDA.

    Al iniciarse las manifestaciones del SIDA se espera que la muerte llegue en un lapso de dos años aproximadamente.

    No todos los pacientes contaminados con el HIV desarrollan el SIDA. La enfermedad se desarrolla en el 30% de los enfermos aproximadamente.

    Desde el momento en que el paciente es contaminado hasta cuando aparecen las primeras manifestaciones del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, se denomina incubación, época durante la cual esa persona es un portador asintomático del VIH con plena capacidad para contaminar a otras personas.

    Estado asintomático es la época durante la cual el paciente no presenta ninguna manifestación de la enfermedad aunque es un portador asintomático del HIV.

    El tiempo de incubación del SIDA para los niños recién nacidos, hijos de madres infectadas con el VIH puede ser menor que el de los adultos, mientras que es mayor, para los pacientes infectados por transfusiones sanguíneas y aún más prolongado, hasta 10 años, para quienes son contaminados por la actividad sexual.

    La aparición de la signología es otra etapa de la enfermedad; y por última etapa la aparición de las enfermedades asociadas con el SIDA, las cuales se toman como indicadoras de la presencia del Síndrome de Inmunodeficiencia en el paciente.

    Se calcula que el 94% de los casos de SIDA han ocurrido en los siguientes grupos de personas:

                        Hombres homosexuales y bisexuales que tienen relaciones íntimas con muchos compañeros: 73%.

                   Hombres y mujeres que utilizan o han utilizado drogas por medios intravenosos: 17%.

                 Personas heterosexuales que han tenido contacto sexual con alguien que tiene SIDA o que lo tiene en forma potencial: 1%.

                 Personas que padecen de hemofilia u otros desórdenes de coagulación: 1%.

                 Personas que han tenido transfusiones de sangre o productos sanguíneos: 2%.

                 Hay un grupo de personas que no pertenecen a estas categorías pero, en ellas, las transfusiones ocurrieron de una manera similar: los niños, por ejemplo, que han contraído SIDA pudieron haber estado expuestos al virus antes, durante o inmediatamente después del embarazo o han tenido transfusiones de sangre.

    Los enfermos deben afrontar el SIDA y su tratamiento mediante distintas reacciones psicológicas.

    Todos los pacientes de SIDA se esfuerzan en encontrar formas de mantener su salud y controlar la ansiedad originada por las manifestaciones de una enfermedad para la que no existe remedio. Es difícil sobreestimar el enorme miedo que experimentan estos enfermos cuando han de enfrentarse a una dolencia que por el momento no puede ser tratada. Este miedo hace, con frecuencia, que el paciente muestre una dependencia excesiva o requiera de la ayuda constante del personal sanitario.

    El aspecto físico suele ser un importante componente del éxito social en el ambito homosexual. Muchos enfermos homosexuales trabajan en medios artísticos, en el teatro, la televisión, la educación, la publicidad, la moda y las leyes; es decir, profesiones en las que el aspecto físico es muy importante. Las alteraciones físicas surgen cuando las lesiones se diseminan por la cabeza, el

    cuello y los brazos. Los pacientes dejan de usar espejos o solo se miran lo justo para aplicarse el maquillaje que cubra las lesiones. En algunos estadios de la enfermedad estas últimas desfiguran al enfermo de manera importante.

    Por otra parte, aquellos enfermos en los que el tratamiento es ya ineficaz y la enfermedad progresa, se enfrentan a todos los sentimientos que experimenta un paciente que se aproxima al momento de morir: rechazo, miedo, angustia, ambivalencia y búsqueda de un sentido para la existencia.

    Miedo al abandono social: algunos pacientes piensan que no deben revelar sus preferencias sexuales y su enfermedad a sus patronos. El diagnóstico de  SIDA parece revelar inequívocamente una situación de homosexualidad o de toxicomanía. La situación es especialemente difícil cuando la forma de vida del sujeto y sus preferencias sexuales han pasado inadvertidas para los demás. Si tratan de ser honestos han de enfrentarse al riesgo del rechazo y a la pérdida del empleo en el momento en que más necesitan apoyo y trabajo. La pérdida del trabajo se supone que perderá el seguro médico y se abrirá un periodo de problemas económicos. La pérdida de sus compañeros de trabajo se produce en un momento en que su capacidad para participar en la forma de vida y la cultura familiar de la comunidad homosexual se ha visto recortada y alterada por la enfermedad.

    El miedo al abandono social supone un aislamiento, no solo con respecto a la sociedad y los compañeros de trabajo, sino también en relación con las relaciones sexuales íntimas y las amistades más proximas. En muchos casos, la persona con SIDA decide interrumpir la actividad sexual interpersonal. Esto es extremadamente difícil cuando el sexo ha sido una de las principales formas de contacto, comunicación e intimidad, cuando el contacto sexual es esencial en las relaciones personales.

    Los sentimientos de culpa acerca de la conducta sexual pasada, que puede haber sido la causa del contagio de la enfermedad, constituyen otro problema psicológico. En la actualidad se cree que la enfermedad se transmite por contagio sexual. Debido al prolongado periodo de incubación, los enfermos pueden haber practicado este tipo de actividad sexual durante meses o años antes del diagnóstico.

    Se han diagnosticado cinco patrones de conducta como respuesta a este sentimiento de culpa:

                                        Abstención.

                            Rechazo a los hechos, que implica continuar con un elevado nivel de actividad sexual.

            Abstención de las relaciones con amigos íntimos a la vez que inician múltiples contactos sexuales anónimos.

            Aumento del uso de drogas y alcohol.

                                        Desarrollo de pequeños grupos de contactos sexuales.

    Implicaciones sociales: muchos hombres homosexuales eligen conservar el diagnóstico solo para ellos y si bien puede deberse en parte al temor del descubrimiento y de la reacción de otros, también se debe con frecuencia al miedo de infectar a quienes están cerca de ellos.

    Algunos de los pacientes estarán relativamente aislados socialmente. La comunidad homosexual comprende muchos subgrupos y si el enfermo no ha sido parte de un círculo social establecido, tiene un empleo irregular o problemas de personalidad que impiden que establezca relaciones o amistades duraderas, el diagnóstico enfatiza su soledad y aislamiento. De hecho, es posible que su actividad sexual haya sido el único medio de establecer contacto social y en consecuencia su enfermedad los aisla efectivamente de futuros contactos. Para otros, el impacto de su diagnóstico en el amante puede ser una gran preocupación; quizá les preocupe que el compañero los abandone, dejándolos morir solos, o que hayan transmitido el virus a la persona amada.

    Interrupción de las ocupaciones: con frecuencia surge la pregunta de lo que debe comentarse a los patrones y colegas. Considerando la difusión reciente sobre el síndrome por parte de distintos medios, muchos compañeros de trabajo que conocen la sexualidad del paciente quizá hayan sacado ya sus conclusiones sobre el estado del enfermo. En otros casos, es posible que nadie más sospeche el diagnóstico dejando al paciente con la opción de proporcionar la información. El temor universal en que el conocimiento sobre la enfermedad por parte de los patrones originará su despido y ello, ha sido muy común. En otros casos los enfermos han comentado que los representantes sindicales han rechazado de igual forma luchar por su consideración, lo que ha dado por resultado que los pacientes de SIDA pierdan su trabajo o carrera y afronten grandes problemas económicos.

    En consecuencia, se comprende por qué es posible que el paciente se resista a dar a conocer plenamente su estado. Quienes eligen continuar trabajando han descrito trastornos incapacitantes que requieren consultas médicas frecuentes y continúan trabajando hasta que la enfermedad se los impide.

    Comentar toda la verdad sobre el diagnóstico puede tener implicaciones claramente desastrosas sobre su carrera y economía, aunque vale la pena recordar que la ansiedad y el estrés que implica no comentar toda su historia puede ser perjudicial para el ajuste general del paciente después del diagnóstico.

    Alejamiento de la familia: aunque sea posible que la familia participe y se involucre en la ayuda al paciente, los enfermos con SIDA no pueden confiar en un apoyo familiar continuado, y ello por varias razones. En primer lugar, muchos de ellos se han forjado una nueva vida, alejándose geográficamente de sus lugares de origen. En segundo lugar, las grandes diferencias en la forma de vivir y en los valores aceptados, que han motivado una separación prolongada y a veces una alineación, pueden no ser superadas ni por el paciente ni por la familia. Por último, algunos enfermos a revelar su homosexualidad a sus familiares, o bien ocultan el hecho de que padecen de SIDA. Muchos de ellos manifiestan un gran temor a la reacción de sus padres ante la noticia del diagnóstico y sus implicaciones.

    Problemas emocionales de los familiares: en muchos casos, los familiares de los pacientes se encuentran también necesitados de apoyo. En primer lugar, deben enfrentarse a muchos de los temores y ansiedades que otros sufren cuando tienen contactos frecuentes con estos enfermos.

    Muchos familiares se enfrentan al grave problema de descubrir que su hijo, hermano o conyuge es homosexual o toxicómano y, además puede morir en breve plazo. Eventualmente se sentirá furiosos por no haber sido informados acerca de la forma de vivir del enfermo, que quizás se convierta en objeto de sus acusaciones.

    Los miedos y los prejuicios se despiertan y las lealdades se ven sometidas a un profundo cuestionamiento. Si se presta una gran atención a estos problemas y por lo tanto se intensifica el conflicto, puede abocarse en una situación contraproducente para el paciente y su familia que, por el contrario, necesitan encontrar la forma de colaborar y contribuir al cuidado del enfermo.

    Con frecuencia sucede que los familiares entran en conflicto con el amante o los amigos del enfermo, porque los consideran con mayor capacidad de decisión sobre su tratamiento.

    Cuando el tratamiento fracasa, los familiares deben enfrentarse a la muerte del paciente. Si este se encuentra aislado, su deseo de encontrase próximos al morimundo puede verse interferido por el miedo al contagio.

    En las familias de estos pacientes el duelo es a menudo difícil. En ocasiones ello se debe a la separación antes de la enfermedad o la muerte había sido prolongada. En ciertos casos el paciente ha pedido que no se informe a su familia sobre la enfermedad en tanto su estado no fuera muy grave o se hubiera producido ya su fallecimiento. Cuando ello ha ocurrido, los familiares han

    expresados sentimientos de culpa, aislamiento, negligencia, abandono y rechazo. Todo ello puede producir una auto-recriminación excesiva. Tampoco es extraño que suceda que, debido al estigma que acompaña a la enfermedad, los familiares no obtengan el tipo de apoyo emocional que generalmente se recibe durante el luto.

    Conflictos familiares y del sistema de apoyo: un aspecto del SIDA que lo pone por separado de otras enfermedades que ponen en peligro la vida es el hecho de que esta enfermedad se encuentra con mas frecuencia entre miembros de grupos socialmente estigmatizados. Este puede ser un factor de particular confusión en la capacidad o voluntad del sistema de apoyo tradicional del paciente para estar a su lado.

    Entre muchos hombres homosexuales que viven un estilo de vida homosexual abierta, no es extraño que se desarrolle una familia no tradicional. El paciente puede tener una relación estable de por vida con su pareja, que es indistinguible en tono y forma de los de un matrimonio heterosexual. De manera alternativa, el paciente puede encontrarse sin una relación primaria, pero puede tener un círculo cerrado de amigos que constituye a la familia biológica. En algunos casos, los padres biológicos están conscientes de la homosexualidad de su hijo, aunque el conocimiento del estilo de vida del paciente no necesariamente implica que la familia lo permita o apruebe. De hecho, hay conflicto abierto entre la familia biológica del paciente y su familia no tradicional de amigos. En particular, este resultado es posible cuando los padres no sabían de la homosexualidad de su hijo antes de presentar la enfermedad o lo sabían, pero se niegan a reconocerlo de manera abierta. También se puede asegurar en conflicto cuando a los familiares se les pide de manera repentina que reincluyan al hijo o hermano al cual la familia ha estado emocionalmente distante debido a conflictos anteriores.

    Las variaciones en este escenario básico son comunes y la aptitud de crisis emocional que existe al trabajar con personas con SIDA es el resultado de una combinación de factores médicos, psicológicos y sociales. Cuando los individuos se esfuerzan a enfrentar varios temas difíciles, de manera simultánea, que incluyen la homosexualidad, alejamiento prolongado y muerte inesperada, los resultados son dramáticos.

    El asesor psiquiátrico es de ayuda en estos casos al trabajar de manera individual con ambos casos y su familia. El asesor auxilia al concientizar la urgencia de la situación y más adelante ayuda a ambos a comprender los sentimientos difíciles de cada lado. Después de que pasa la crisis, el asesor ofrece asistencia psicológica o cita a los individuos participantes. Con frecuencia, las familias afligidas por traer un ser querido con SIDA sufren solas, puesto que sienten que es inaceptable llevar sus preocupaciones al hogar o a su comunidad.

    Limitaciones de las redes de apoyo: entre los apoyos que reciben los enfermos se encuentran la familia de la que proceden y una amplia red de amigos y vecinos. Para el paciente con SIDA la familia no es tan accesible, lo que produce una mayor dependencia con respecto a amantes y amigos. Estos problemas hacen que en la red de apoyo del paciente con SIDA, las organizaciones de homosexuales y el personal de los hospitales sean a menudo esenciales para mantener su capacidad de respuesta ante los problemas que plantea la enfermedad.

    Trabajo y seguros: el trabajo es un problema especial para muchos enfermos con SIDA. Los efectos físicos de la enfermedad dan lugar a una importante limitación en la capacidad de los enfermos para trabajar lo suficientemente bien como para poder mantener sus ingresos. Ya en las primeras fases de la epidemia, muchos de ellos fueron despedidos de puestos de trabajos seguros y prolongados, resultado del miedo al SIDA que impugna la sociedad.

    La falta de seguro o la cobertura limitada constituyen un gran problema para los pacientes con SIDA.

    Estrés de la enfermedad: son muchos los aspectos del SIDA y de su tratamiento que producen un gran estrés en los pacientes. Uno de ellos es su elevada tasa de mortalidad y otra la juventud de la población afectada por el síndrome. La naturaleza contagiosa de la enfermedad, sus aspectos debilitantes y desfigurantes, junto a los síntomas y síndromes clínicos específicos, son también fuentes de estrés.

    El diagnóstico es un momento de estrés especial para el paciente con SIDA y ha sido identificado en el proceso de intervención psicosocial. La elevada tasa de mortalidad hace que los pacientes se enfrenten con la amenaza que para su supervivencia representa la enfermedad.

    Al mismo tiempo y debido a la forma en que se transmite la enfermedad, los sujetos afectados se ven obligados a hacer cambios inmediatos en su estilo de vida.

    Entre los pacientes que se enfrentan con una enfermedad potencialmente fatal, el rechazo puede ser un mecanismo de defensa útil y necesario, no en vano les proporciona cierto control sobre el cómo y el cuándo se enfrentarán al hecho de su fallecimiento. Sin embargo, en el caso de los pacientes con SIDA el rechazo suele ser menos eficaz, habida cuenta que lo pueden oir por la radio, oir la televisión o leer un periódico sin recibir información sobre la elevada tasa de mortalidad asociada a la enfermedad. Ello se traduce en grandes dificultades para conservar la esperanza, y no solo en relación con el propio futuro sino también en lo que hace referencia al eventual desarrollo de tratamientos eficaces y de curaciones, ya que los medios de comunicación enfocan el problema poniendo el énfasis en una muerte casi segura. Por último, son muchos los enfermos que se encuentran desmoralizados por el fallecimiento de otros pacientes homosexuales a los que conocían.

    La edad a la que se presenta la enfermedad en otro factor traumatizante. Casi todos los pacientes con SIDA tienen entre 25 y 49 años y se sitúan por tanto en un grupo de edad que no espera sufrir una enfermedad potencialmente fatal.

     En el momento del diagnóstico los pacientes de SIDA se enfrentan súbitamente al hecho del contagio. Deben preocuparse de sí transmitirán o no la enfermedad a otros, de cómo protegerse de las infecciones oportunistas y de cómo afrontar el miedo de sus amantes, amigos, familiares y de la población en general. Los pacientes de SIDA se enfrentan también a la posible necesidad de revelar, a menudo por primera vez su homosexualidad o toxicomanía a la familia, los amigos y los compañeros.

    Control personal: Las personas con SIDA piensan que tienen un control muy reducido sobre su vida y las opciones disponibles ahora para ellos. Piensan que ya no son mas agente libre y que toda actividad que lleven a cabo está dictaminada por su enfermedad y el prospecto de afección y muerte. La falta actual de curación del SIDA y la infección HTLV-III resalta su importancia sobre el síndrome y con frecuencia puede surgir una sensación de desesperanza que inhibe posibles acciones constructivas futuras. Como el SIDA aún es incurable y los tratamientos para las infecciones y sarcomas subsecuentes son en gran parte experimental, los pacientes sufren una medicalización intensiva después del diagnóstico. Su vida porterior al diagnóstico se centra en un principio alrededor del hospital y el personal médico y para permitirlo se interrumpen de manera considerable los programas sociales, domésticos y de trabajo. En consecuencia, muchos pacientes comienzan a pensar que han tornado en cobayos y se ha perdido su identidad y control personal detrás de las pruebas, estudios, observaciones y medicaciones que origina la relativa novedad de su enfermedad.

    Autoestimación: el SIDA es una enfermedad estigmatizante. No es una afección glamorosa ni alguna que despierte la simpatía pública. Por lo contrario, suele ser recibida en los círculos con temor y rechazo. La prueba de ello es señalada por pacientes que han experimentado esquivamiento por amigos, colegas, empleados y asociados. Para muchos esta respuesta pública genera un sentimiento de ser sucios o no limpios.

    Es probable que surjan conflictos no resueltos sobre la homosexualidad del paciente, cuando la exteriorización se ha relacionado con un traumatismo familiar como divorcio o falta de aceptación de los padres. Muchos homosexuales permanecen sin problemas sobre su sexualidad, algunos manejan su culpa o ansiedad principamente por sexo periódico, anónimo, con otros, o permaneciendo ocultos. Para estos enfermos, el diagnóstico ofrece pruebas adicionales de sus errores y puede resultar una gran auto-recriminación y culpa personal.

    La auto-estimación se afecta más en casos de Sarcoma de Kaposi, pérdida de peso e infecciones que causan deformación física, en particular facial. Diversos pacientes con síntomas faciales indican supresión de sus situaciones sociales y de trabajo porque se sienten demasiado anticonscientes o no atractivos. Una proliferación de sarcomas en las áereas facial y del cuero cabelludo con frecuencia anuncia una aceleración de la declinación física del paciente cuyo reconocimiento complica el sentimiento de desesperanza.

    Transtornos de ajuste: los transtornos de ajuste caracterizan mejor las reacciones psicológicas que se presentan en las personas infectadas con HIV y que se eluden con mayor frecuencia en evaluaciones psiquiátricas. Estas reacciones, ya sean dominadas principalmente por rasgos depresivos o de ansiedad, son a causa de una serie de sucesos dentro de la vida cotidiana con infección por VIH. El diagnóstico de los transtornos de ajuste difieren de sus contrapartes principales solo por la intensidad y duración de los síntomas. Se considera que el individuo padece una reacción inadaptiva a un estrés psicosocial conocido que ocurre tres meses después del surgimiento del problema. Una reacción inadaptiva se considera principalmente cuando altera el funcionamiento social u ocupacional, o cuando la reacción se considera mayor que la esperada.

    El tratamiento normal para individuos con trastornos de ajuste incluye periodos breves de administración de agentes ansiolíticos o hipnóticos para tratar insomnio temporal y, por lo general, incluye citarlos para que reciban psicoterapia de apoyo. El trato de la comunidad también es ayuda como medio para conectar a estos con apoyos sociales adicionales y para proporcionarles un amortiguador contra el aislamiento social prolongado o el retiro.

    Transtornos afectivos: las principales características de los trastornos afetivos incluyen alteraciones del estado de ánimo. El trastorno afectivo más común en personas con HIV es la depresión mayor. El diagnóstico diferencial de la depresión es extenso; aunque es de importancia ser sensible al significado psicológico de la enfermedad del paciente y el ambiente psicosocial actual, también es importante estar consciente de la posible contribución de factores orgánicos al atender pacientes con HIV. Varios trastornos orgánicos producen síntomas que semejan depresión; por ejemplo, demencia temprana que se asocia con HIV, trastornos metabólicos y efectos secundarios de medicamentos (por ejemplo, la anorexia, pérdida de peso, fatiga, etc.) oscurecen mas el cuadro diagnóstico.

    El tratamiento de pacientes que se cree tiene alteraciones mayores del estado de ánimo debe incluir intervenciones psicofarmacológicas, sociales o ambas y una breve psicoterapia de apoyo.

    SINTOMAS DE DEPRESION

    Síntomas Somáticos:

    Insomnio.

    Anorexia.

    Estreñimiento.

    Pérdida del impulso sexual.

    Múltiples molestias físicas.

    Síntomas Cognoscitivos:

    Animo deprimido.

    Crisis de llanto.

    Irritabilidad.

    Pesimismo.

    Culpa y baja autoestima.

    Dificultad para concentrarse.

    Lentitud de pensamiento.

    Falta de placer en actividades que antes disfrutaba.

    Pensamientos obsesivos.

    Síntomas conductuales:

    Disminución de la actividad.

    Ansiedad.

     

    Pensamientos o planes suicidas.

    Trastorno bipolar: las características más particulares de la enfermedad bipolar incluyen discretos periodos de un estado de ánimo elevado, eufórico o irritable y los que se pecularizan por depresión.

    Trastornos de ansiedad: son también comunes en estos pacientes. La amenaza muy real de vivir con una enfermedad crónica que pone en peligro la vida y los múltiples estresantes psicosociales con los cuales deben luchar estos pacientes se combinan para formar un antecedente fértil, en el que puede crecer ansiedad anticipatoria, preocupación y temor. La ansiedad grave puede ser física dolorosa como psicológicamente aterradora.

    El tratamiento de la ansiedad se debe empezar con un enfoque no farmacológico, al cual se añaden agentes ansiolíticos conforme sea necesario. Los enfoques no farmacológicos incluyen entrenamiento de relajación y psicoterapia de apoyo.

    SINTOMAS DE ANSIEDAD

    Síntomas Somáticos:

                 Cardiovasculares: aumento de la frecuencia cardíaca, enfriamiento y palidez de las extremidades, rubor.

                 Respiratorios: disnea, opresión toráxica, dolor en el tórax, hiperventilación.

                 Musculares: cefalea tensional, dolores y molestias en los músculos, temblor, agitación corporal.

                 Gastrointestinales: boca seca, náuseas, diarrea, mal apetito.

                 Sueño: trastornos del sueño, fatiga.

                 Libido: pérdida del deseo, impotencia, retardo de la eyaculación.

                 Otros: vértigos, hormigueo en las extremidades, sudación.

    Síntomas Cognoscitivos:

            Miedo y ansiedad subjetivos.

     

            Pensamientos de preocupación constantes sobre la importancia de síntomas menores.

            Mala concentración.

            Hipersensibilidad al ruido y distracciones.

            Sentimientos de ser irreal o que el mundo no es real.

    Síntomas Conductuales:

            La ansiedad puede ser focal, es decir, que quizá esté ligada a situaciones o circunstancias particulares, en cuyo caso es posible que el paciente muestre rechazo a las situaciones temidas.

    Trastornos mentales orgánicos: ocurre enfermedad del sistema nervioso central o periférico clínicamente evidente cuando vemos 30 a 40% de los pacientes con SIDA. Las causas más frecuentes de enfermedad neurológica en estos pacientes incluye infección por el mismo HIV, otras infecciones virales y no virales, neoplasia y enfermedad cerebro-vascular.

    Quizás el más común de estos trastornos mentales orgánicos se desarrolla como resultado de encefalitis debilitante crónica que es un síndrome clínico distinto y neuropatológico que en la actualidad se denomina complejo de demencia que se asocia al HIV. La incidencia absoluta de este síndrome se desconoce y no obstante, la experiencia clínica sugiere que es una secuela común de la enfermedad, en particular en sus etapas avanzadas. En un estudio, se demostraron evidencias de complejo de demencia que se asocia con HIV en aproximadamente 70% de los pacientes con SIDA.

    Trastornos orgánicos del estado de ánimo: en personas con actividad por HIV se informó varios casos de depresión secundaria, hipomanía o manía franca. Estos pacientes desarrollan síntomas maníacos en varios puestos a lo largo del espectro del HIV y el grado de progreso de la enfermedad relacionada con HIV en estos individuos, al momento del episodio maniático varía de manera considerable.

    Síntomas psicóticos: surgen síntomas psicóticos en pacientes dentro del espectro de HIV en múltiples contextos que incluyen demencia y delirio.

    En los estados de delirio, el tratamiento tiene como principio corregir el trastorno subyacente y los pacientes con SIDA son suceptibles a múltiples causas potenciales de trastornos mentales.

    El tratar un paciente con infección por HIV con sintomatología psicótica se debe buscar cualquier antecedente a esta enfermedad, abuso de drogas y alcohol o primeros signos de demencia que se asocia con HIV.

    Implicaciones emocionales: una característica subyacente del período posterior del diagnóstico, es el de ansiedad irremitente. Puede deberse a muchos factores, muchos de los cuales reflejan las preocupaciones que se presentan en la actualidad.

    Una característica común y preocupante de la ansiedad, en particular a niveles altos, es el grado de síntomas que incluyen el sistema nervioso autónomo (SNA). En quienes padecen LGP (linfadenopatía generalizada persistente) y CRS (complejo relacionado con el SIDA); en particular los efectos del SNA, como diarrea, náuseas, pérdida de peso, sudoración, agitación, trastornos visuales, dolores musculares y letargo se interpretan con frecuencia como signos de SIDA y las preocupaciones consiguientes tienden a empeorar los síntomas, posiblemente originando ataques de ansiedad aguda (pánico). Para quienes padecen SIDA, los síntomas se interpretan con frecuencia como indicaciones de una declinación de su estado físico, originando mayor sufrimiento.

    Una observación clínica común adicional se refiere a la tensión emocional por los temores y esperanzas alternativas. Es posible que el paciente se despierte en la mañana sintiéndose alegre y optimista sobre el futuro solo para caer después en un pensamiento de desesperación a medida que todas las circunstancias diarias agotan su vigor y esperanzas de recuperación. Este patrón debilita la confianza del paciente de que las cosas pueden mejorar o de que algún día se encontrará una curación y puede presentarse con rapidez una depresión después de una sucesión de placeres breves.

    La depresión conduce a sus propias dificultades, en especial cuando se origina una pérdida de motivación para luchar por el futuro o ajustarse a los regímenes terapéuticos que implican alguna esperanza para el paciente. También es característica una pérdida de interés en actividades previamente compensadoras (en la casa y el trabajo) y pueden contribuir a una disminución y supresión funcional general.

    Es evidente y comprensible una gran preocupación del paciente por el destino de su pareja. En muchas formas en amante tiene una gran carga en cuanto a que sufre las restricciones involuntarias de los efectos físicos y emocionales del diagnóstico de SIDA (disminución de las opciones sociales y sexuales, presiones económicas, etc.) y debe asumir entonces el papel de una enfermera doméstica a tiempo completo, asesor y encargado de sus cuidados y a la vez actúan con frecuencia como intermediario en las discusiones entre el paciente, el hospital, la familia y los amigos. Para algunas relaciones la tensión finalmente será demasiada y se origina mayor estrés por las discusiones e incluso la separación.

    Se han observado mayores implicaciones emocionales en las relaciones de familias y colegas en quienes la ocasión del SIDA enfatiza una oposición fundamental hacia la homosexualidad.

    Implicaciones sexuales: el SIDA ha resalta la ignorancia amplísima en círculos empíricos y médicos sobre la homosexualidad en general y la actividad sexual homosexual en particular.

    El diagnóstico origina trastornos funcionales, con mayor frecuencia una pérdida inicial de la libido, disfunción de la erección o ambas, aunada a restricciones conductuales consecutivas a los lineamientos que surgieron para el sexo con seguridad.

    El SIDA crea trastornos conceptuales para el paciente, que pueden ser muy amplios. Para muchos homosexuales, sus actividades sexuales tienen una importancia central.

    El SIDA origina una interrupción crítica para el estilo de vida del homosexual. Hay una pérdida de la identidad homosexual y la afirmación de grupos adquiridos con el esfuerzo que resulta de la pérdida de la actividad sexual fácil y ello bien puede explicar por qué algunos pacientes continuan sexualmente activos a pesar de los peligros para los demás y ellos. Hay así mismo el debilitamiento de la homosexualidad como una categoría social cada vez más aceptable. Cualquier momento de la tolerancia a la homosexualidad por la sociedad que se haya en la era anterior al SIDA se ha perdido hoy día por la elevada asociación de la homosexualidad con la enfermedad.

    Ello ha contribuído, en algunos casos, a grados altos de culpa sobre la homosexualidad y las costumbres sexuales, intentando los pacientes negociar su camino alejado de la enfermedad prometiendo sus rectos y tornarse heterosexuales. Muchos de los pacientes se culpan asi mismos de su enfermedad, considerándola como cierta forma de castigo por ser homosexuales, y en estos casos es frecuente que se presente como consecuencia una depresión.

    Implicaciones cognoscitivas y neurológicas: hay efectos cognoscitivos predecibles consecutivos a la ansiedad y la depresión que acompañan al diagnóstico y los esfuerzos de ajuste al SIDA. Incluyen altos grados de distracción, deterioro de la memoria, mala concentración, alteración de la orientación y confusión general. Sin embargo, es obvio que también pueden surgir y complicar los cuidados muchas características neurológicas francas relacionadas con enfermedades del sistema nervioso central (SNC). Algunos trastornos mentales orgánicos agudos, como el delirio, pueden ser causados por alteraciones secundarias a enfermedades físicas en el SIDA.

    Los efectos de los trastornos del SNC del SIDA en la conducta se manifiestan por alteraciones afectivas que producen respuestas inadecuadas, crisis o acontecimientos médicos, sociales y domésticos; trastornos de la personalidad que generan cambios de carácter no predecibles y embarasozos; síndrome tipo demencia que incluyen alteraciones de la memoria, la concentración, la orientación, defectos en el habla y falta de seguridad cognoscotiva creciente, y estados de delirio.

    Un problema de la afección del SNC es que las alteraciones de la conducta resultantes pueden ser muy insidiosas y el médico nesecita estar prevenido sobre la posibilidad del deterioro neurológico siempre que aparecen síntomas psicológicos o psiquiátricos. Es importante señalar que la existencia de problemas neurológicos no impiden dificultades psicológicas en los pacientes.

    La incertidumbre es una característica central para la persona con SIDA CRS (complejo relacionado con el SIDA) o LPG (Linfadenopatía generalizada persistente). En quienes padecen SIDA, se relaciona con la evolución del síndrome, los pronósticos, la eficacia de los tratamientos médicos y problemas como los efectos sobre el compañero y la familia. Para quienes padecen CRS o LPG, la incertidumbre se refiere a la posibilidad de progresar hacia SIDA. En este aspecto, la ansiedad y preocupación por la enfermedad pueden ser considerables y en algunos casos evolucionan hacia un síndrome clínico obsesivo-compulsivo.

     

    3. DEFINICION DE TERMINOS:

    a.      AIDS: abreviatura de Adquired Inmunodeficiency Syndrome (en inglés).

    b.      SIDA: abreviatura de Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida.

    S: Síndrome: conjunto de signos y síntomas que caracterizan una enfermedad.

    I-D: Inmuno-Deficiencia: debilitamiento de las defensas inmunitarias del organismo.

    A: Adquirida: aparecida o contraída durante la vida (es decir en forma no congénita ni hereditaria).

    c.      ARV: abreviatura de AIDS- Related Virus (en inglés).

    d.      Parasida o Para-SIDA: virus relacionado con el SIDA.

    Los términos AIDS y SIDA son equivalentes entre sí, así como los términos ARV y Para SIDA también son equivalentes entre ambos.

    e.      HIV: es la abreviatura del término internacional "Human Inmunodeficiency Virus". En los países de habla hispana se utiliza a menudo la abreviatura VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana).

    Las siglas HIV o VIH han sustituído definitivamente a las primeras denominaciones del virus: LAV o HTLV-III.

    f.        HTLV-III: abreviatura de Human T-Lymphotropic Virus, Tippe III, nombre que le dieron en inglés al virus del SIDA (AIDS).

    g.      LAV: abreviatura de Lymphadenopathy. Associated Virus, nombre que los franceses usan para designar el virus del SIDA (ADIS). Los términos HTLV-III y LAV son dos designaciones para el mismo virus. De ahí que algunos se refieran al virus con algunos nombres HTLV-III / LAV.

    h.        HIV-I: es un tipo de virus que provoca la inmunodeficiencia humana, fue el primero en descubrirse y a él se deben la mayoría de los casos del mundo.

    i. HIV-II: es un tipo de virus que provoca la inmunodeficiencia humana, fue aislado en fecha mas reciente y pertenece al mismo grupo de virus (retrovirus). Se le encuentra sobretodo en Africa Occidental y se parece mucho al HIV-I.

    j.  Forma asintomática del SIDA: es cuando la persona es portadora del HIV pero goza de buena salud y carece de síntomas. El virus está presente en algunas células de su organismo pero no está activo; puede permanecer así durante10 años o más o evolucionar hacia otras fases de la infección por HIV.

    k.      Forma intermedia: es cuando la persona tiene síntomas que también se encuentran en otras enfermedades, tales como adelgazamiento, hipertrofia de los ganglios, etc., pero existen sin ninguna explicación. Asimismo, puede haber algunas infecciones como algodoncillo, herpes zoster, etc.

    l.  Fase avanzada: es propiamente la enfermedad y corresponde a la aparición de enfermedades definidas de manera precisa. La persona infectada es transmisora del virus en todas sus fases.

    m.    Homosexual: persona que tiene afinidad o relaciones sexuales con otros individuos del mismo sexo.

    n.      Bisexual: persona que tiene relaciones sexuales con otros individuos del mismo sexo y también con personas del sexo opuesto.

    o.      Heterosexual : persona que tiene relaciones sexuales solo con individuos del sexo opuesto.

    p.      VIH positivo: significa estar infectado con el virus de inmunodeficiencia humana, no quiere decir que tiene SIDA pero, si se diagnostica a tiempo se puede tomar medidas para fortalecer el sistema inmunológico.

    q.      Preocupado sano: son individuos que por diversas razones perciben que se encuentran en peligro, tienen la inquietud de desarrollar posiblemente SIDA y se encuentran bien porque no tienen signos de enfermedad alguna relacionada con esta infección.

    r. Sarcoma de Kaposi: es una forma de tumor de piel muy poco frecuente salvo en los casos de SIDA que pueda adoptar dos formas: una forma que afecta la piel solamente y que se manifiesta por medio de manchas violetas indoloras, que no causan comezón; una forma mas grave, diseminada, que afecta no solo a la piel sino también numerosos órganos internos.

    Capitulo III: MARCO METODOLOGICO

    1.Naturaleza del estudio: este trabajo es una investigación no experimental, tipo descriptivo que está encaminado el estudio de algunos hechos que interesan según los objetivos planteados.

    Su finalidad es describir y comprobar aspectos de una situación, como lo son los padecimientos psicologicos y socio-economicos de los enfermos con SIDA.

    Al ser una investigación descriptiva se permite ordenar el resultado de las observaciones de las conductas, las características, los factores y los hechos que influyen el problema de estudio.

    Capítulo IV: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

    1.                    CONCLUSIONES:

          La enfermedad del SIDA es muy reciente, o por lo menos su descubrimiento. Y aún cuando se están llevando a cabo investigaciones en cuanto a su origen, transmisión y cura, no siempre se pueden dar datos definitivos sobre ella. La ciencia médica continúa realizando estudios que probablemente aclararán algunas interrogantes de esta nueva enfermedad.

          Quienes se han diagnosticado como HLTV - III positivo con CRS o LGP con frecuencia responderán con grados de ansiedad y en ocasiones depresión, en particular porque quedan con un "juego de espera" perturbador sobre la dirección final que los conducirá a su infección viral. Los aspectos psicológicos del diagnóstico del SIDA, CRS y LGP, son de mucha trascendencia y sentidos profundamente por el paciente.

          El SIDA es una nueva enfermedad que se presenta con particular frecuencia en grupos sociales estigmatizados: los homosexuales y los toxicómanos. Por otra parte, el síndrome no tiene cura conocida y presenta una elevada tasa de mortalidad.

          Los datos epidemiológicos indican que la epidemia sigue avanzando y el número de casos se duplica cada dos años. Sin embargo, el ritmo de crecimiento va aterrándose en aquellos países con mayores recursos sanitarios y, desafortunadamente va incrementándose en los países que conforman el tercer mundo incluyendo el nuestro, de esta manera se puede observar la importancia que tienen los problemas sociales como: pobreza, hambre, y marginalidad. El SIDA cierra el círculo pobreza - Sida - pobreza. Al incrementarse los problemas económicos - sociales se incrementan el uso y abuso de las drogas, la prostitución tanto en hombres, como en mujeres y niños, en búsqueda de la supervivencia.

          El contínuo aumento de los casos de SIDA y la ausencia de una terapéutica eficaz, significan que la infección y los problemas médicos derivados van a permanecer largo tiempo entre nosotros. Por consiguiente, es imprescindible el desarrollo de un conjunto de normas que permitan atender a los pacientes con SIDA y manejar los materiales potencialmente contaminados. Estas normas reducirán al mínimo las posibilidades de diseminación de la infección a otros grupos, y en especial a los que se encuentran en relación directa con los enfermos, como es el caso de los profesionales sanitarios.

          Para el SIDA no existen fronteras de raza, sexo, clase social o edad. Nadie es inmune, y nadie permanecerá intacto en los años venideros, ya que el SIDA amenaza a comunidades enteras y cambia la vida cotidiana de todos.

          Cuando se proporciona orientación y apoyo a un enfermo de SIDA, hay que estar preparado para contribuir una relación contínua y de confianza. Esto comprende "estar con" el enfermo, escucharlo, comprender lo que dice y a su vez brindarle consejos prácticos y apoyo emocional.

          Durante su enfermedad muchos pacientes sufren profunda depresión o racío emocional; desean que alguien los acompañe y comparta sus sentimientos, escuchándolos y demostrando afecto y cariño.

          La inmensa mayoría de quienes padecen SIDA fallecen en realidad de:

    Temor: el miedo puede ser tan acusado que resulta mas que suficiente para matar a una persona.

    Los sentimientos de culpa, indignidad, auto-rechazo, suicidio y autodestrucción que, casi inevitablemente, invaden a quienes se les ha colocado la etiqueta de seropositivos, o enfermos de SIDA.

          La reacción ante el SIDA y ante quienes puedan transmitirlo se traduce a menudo en que los sujetos afectados ven denegados algunos de los beneficios psicológicos de que gozan otros pacientes graves. Sufren un claro rechazo social y tienen grandes problemas para acceder a una posición de seguridad, encontrar un empleo y disfrutar de las atenciones que reclaman.

          Los efectos debilitantes y, a veces, desfigurantes de las manifestaciones clínicas del SIDA constituyen otra causa de estrés para los pacientes que sufren la enfermedad.

          La relajación y otras técnicas conductuales contribuyen a ayudar al paciente a enfrentarse con la gran ansiedad que le provocan los procedimientos médicos habituales, el dolor y el estrés de la enfermedad.

          El aspecto decisivo para prevenir la diseminación de la transmisión de HIV es la EDUCACIóN.

    2.                    RECOMENDACIONES:

               Como el SIDA es un problema mundial, la única manera de detenerlo en un país es previendo su aparicion o contagio. Hay que trabajar juntos compartiendo esfuerzos, recursos y la imaginación para tener mejores probabilidades de detener la pandemia.

               Se puede ayudar a detener el SIDA preocupándose por comprender los hechos y ayudando a los demás a hacer lo mismo. El Día Mundial del SIDA (1ro. De Diciembre) ofrece cada año una oportunidad especial para centrar la atención en este urgente problema que nos afecta a todos y para reunir fuerzas con el fin de hacer frente al desafío.

               Es importante asesorar a quienes tienen SIDA y problemas relacionados por el mismo por varias razones. Primero, el SIDA es una enfermedad de transmisión sexual y algunos infectados con HTLV - III pueden pasarlo a otros. Informando y ayudando a los pacientes es posible reducir el peligro de su diseminación. Segundo, se ha comprobado que la adquisición de enfermedades de transmisión sexual intercurrentes puede provocar SIDA en quienes están infectados con el virus. Si es posible ayudar a los enfermos a llevar a cabo cambios adecuados en su estilo de vida, pueden reducir de manera notable su peligro de enfermedades de transmisión sexual intercurrentes. Por último, el SIDA causa gran sufrimiento a pacientes y sus familiares. Incluso los seropositivos asintomáticos suelen tener un grado alto de trastornos psicológicos y sociales. La asesoría informada puede ayudar a reducir el trastorno que experimentan los pacientes y en consecuencia aliviar el sufrimiento, que es uno de los principales objetivos de todo cuidado para la salud.

               Es importante alentar al enfermo de SIDA para que se sienta en control de su salud y para que participe activamente en su tratamiento, alentándolo a que tenga una dieta alimenticia saludable, evite la ansiedad dentro de sus medios, no trabaje en exceso, busque atención médica para el tratamiento de las enfermedades oportunistas y continúe participando en actividades sociales, recreacionales y ocupacionales en forma normal.

               Generar terapias de grupo que permitan a los pacientes infectados ver como otros enfrentan el SIDA y esto puede reducir sus sentimientos de aislamiento. Puede encontrarse apoyo del grupo en un contexto social más amplio, como por ejemplo, en organizaciones de mujeres o grupos religiosos.

              Se debe evitar la discriminación injusta hacia las personas que tienen SIDA, se debe actuar para evitar el rechazo no solo en el seno familiar sino en el trabajo y las escuelas. Hay que concientizar que el SIDA llegó y se quedó y hay que aprender a vivir con él.

               Hay que insistir al paciente para que tenga más cuidado en cuanto a quien le comunica su diagnóstico. Las reacciones de los pacientes y miembros de la familia deben prepararse y valorarse cuidadosamente primero con el asesor.

          Ya que en la actualidad no hay curación alguna para el SIDA o la infección por virus HTLV - III, la prevención es una preocupación vital. Ello depende en gran parte de la educación sobre la salud. Es esencial que los infectados con el virus no lo transmitan y los que se encuentran en riesgo de adquirirlo deben conocer las formas en que es posible que reduzcan su grado de riesgo.

          La educación debe ser una parte integral del programa de tratamiento a los pacientes con SIDA, además de la enseñanza individualizada y el material de apoyo escrito. Las publicaciones proporcionan información sobre la enfermedad, sus síntomas y su tratamiento, los cuidados que requieren y las formas de evitar su diseminación, así como los procedimientos para conseguir atención médica.

     

          Es obligación del estado por ejemplo propiciar valores de solidaridad y afecto hacia las personas y familiares de afectados por el VIH - SIDA.

    3.      RESULTADOS:

    ALGUNAS IMPLICACIONES EMOCIONALES DEL DIAGNOSTICO DE SIDA Y LGP

    Choque:

                          Sobre el diagnóstico y posible muerte; la inseguridad.

    Ansiedad:

                             Pronóstico y evolución de la enfermedad inciertos.

                             Efectos de la medicación y el tratamiento.

                             Estado del amante y capacidad del mismo para hacer frente.

                          Reacciones de otros (familiares, amigos, amante, colaboradores, patrones, etc.).

                          Pérdida de las habilidades cognoscitivas, física, social y ocupacional.

                          Riesgo de infección de otros y hacia ellos.

    Depresión:

                               Desesperanza para cambiar las circunstancias.

                               Virus en el control de la vida.

                               Disminución de la calidad de vida en todas las esferas.

                               Futuro sombrío, quizá doloroso, incómodo y desfigurante.

                               Autoculpa y recriminaciones por "indiscreciones" pasadas.

                               Aceptabilidad social y sexual reducidas, y aislamiento.

    Enojo:

                          Sobre el estilo de vida y actividades de riesgo alto pasados.

                          Sobre la incapacidad para vencer el virus.

                          Sobre nuevas restricciones involuntarias para el estilo de vida.

    Culpa:

                          Por ser homosexual.

                          Falta de aceptación de la homosexualidad "confirmada" a través de la enfermedad.

    Obsesiones:

                          Búsqueda inexorable de explicaciones.

                          Búsque inexorable de nuevas pruebas diagnósticas en su cuerpo.

                          Imposibilidad de evitar las declinaciones y la muerte.

                          Manía sobre la salud y dietas.

    BIBLIOGRAFIA

          Compartiendo el desafío. órgano Divulgativo de la Oficina de Prevención y Lucha contra el SIDA. Año 1 No: 4, Diciembre 1991. Caracas-Venezuela.

          SIDA VIH: Folleto de órgano Divulgativo de la Oficina de Prevención y Lucha contra el SIDA. Año 2 No: 5 Junio 1992. Caracas-Venezuela.

          Cooke, Molly. Physician Risk and Responsability in the HIV Epidemic. West J. Med 1990.

          De Vita, Vicent T. (Jr); Hellman, Samuel; Rosenberg, Steven A. SIDA.  Etiología, Diagnóstico, Tratamiento y Prevención. Editores Salvat S.A.

          Dilley, James W. Findings in psychiatis Consultations with Pacients with AIDS. 1985.

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          El cuerpo positivo. Revista. Body Positive Inc. Nueva York.

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          Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Enciclopedia Microsoft ® Encarta ® 99.

           Sande, Male A; Volberding, Paul. Manejo médico del SIDA. 3ra. Edición. Interamericana Mc. Graw Hill.

          SIDA. Educación y Comunicación. Boletín Informativo de la Comisión de la Universidad de Carabobo para la Prevención del SIDA. COPRESIDA - U.C. Julio 1989.

     

    SIDA - HIV: Folleto del órgano de la Oficina de Prevención y Lucha contra el SIDA. Año 3. No: 8. 1993.

          SIDA. Folleto del órgano de la oficina de Prevención ylucha contra el SIDA. Año 4. No: 11. 1994.

          Iladiba. Avances Biomédicos de actualidad. Volumen III. No: 8. 1989.

          Notisalud en Infectología.

          Folleto casos de SIDA. SVDCR. 1993.

          Beta boletín de tratamientos contra el SIDA.

          The AIDS book.

          La atención primaria de la salud y las implicaciones de enfermería comunitaria en el programa de prevención y lucha contra el SIDA. Serie OPL Sobre el SIDA.


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