HEGEMONÍA CULTURAL Y PODER EN LA OBRA DE M. PUENTE FIESTA DE ÑAÑIGOS.

Envia tus archivos, resúmenes, monografías, etc.

Deconstrucción socio-política del cuadro de dicho autor, sobre la base de esta fiesta y la impresión del autor.

Agregado: 17 de MARZO de 2014 (Por Dunyer Perez Roque) | Palabras: 1083 | Votar | Sin Votos | Sin comentarios | Agregar Comentario
Categoría: Apuntes y Monografías > Polítíca >
Material educativo de Alipso relacionado con HEGEMONÍA CULTURAL PODER OBRA PUENTE FIESTA ÑAÑIGOS

Obras de Miguel Ángel Asturias: "Guatemala", de Leyendas de Guatemala (1930). Leyenda de la Tatuana. Leyendas del Sombrerón.

Vida y obras de Andy Warhol.: Biografía de Andy Warhol.

valoración de la obra de Mozart- conjunto de camara- 3° movimien:

Enlaces externos relacionados con HEGEMONÍA CULTURAL PODER OBRA PUENTE FIESTA ÑAÑIGOS

Autor: Dunyer Perez Roque (dunyer85@gmail.com)

TITULO: HEGEMONÍA CULTURAL Y PODER EN LA OBRA DE M. PUENTE FIESTA DE ÑAÑIGOS.

AUTOR: DUNYER PEREZ ROQUE

En la obra del artista M. Puente[1] “Fiesta de Ñáñigos”[2], de tendencia costumbrista urbana, se pueden observar muestras de hegemonía cultural y de poder. Me resulta evidente la diferenciación social que establece el autor, así como los niveles de participación de los personajes de la obra, el papel que juega cada uno en la misma y la intención con la cual los ubica (destacar una festividad, pero dentro de los marcos y los patrones blancos).

Refleja dos mundos, dos realidades, dos culturas, dos maneras de ver la vida pero con marcado e intencional sentido de hegemonía cultural y de dominación blanca sobre el negro, y un tema presente en toda la plástica (ya sea pictórica, litográfica o de cualquier otra técnica) del siglo XIX cubano: el papel de subordinación del negro ante el blanco, ya bien sea por medio de la esclavitud o bien por otras formas no tan evidentes, pero con el mismo significado. Como también resulta sintomático en las artes plásticas y otras del período, no existe mención en su obra sobre el tema de la independencia de España.

Ejemplos de ello en la pintura lo constituye el hecho de que en el extremo izquierdo de la cuadro se encuentran dos mujeres y una niña negras, vestidas con ropas que usan las damas blancas y con accesorios típicos de ellas (mantilla y sombrilla). La niña se refugia en la madre al abalanzarse sobre ellas un hombre disfrazado de ñáñigo, en clara respuesta de miedo frente a este personaje. La segunda mujer negra muestra cara de sorpresa por este exabrupto. Se nota en esta escena el distanciamiento existente entre estas dos vertientes de la cultura africana: una distanciada y otra exaltadora de sus costumbres. Asume códigos, patrones y símbolos ajenos a sus costumbres, y reaccionan como tal, de forma tal que, a pesar de que ambos son de tez negra, poseen patrones y elementos culturales que los diferencian y los distancian.

El segundo ñáñigo de la obra, sin el resto del disfraz de la cintura hacia arriba, asiste al que se encuentra bailando (tocando un cencerro) y se le puede observar el rostro, en claro gesto de temor ante las tropas españolas que se encuentran acantonadas en el otro extremo de la pintura, una representación del poder (español), expectantes ante el más mínimo síntoma de desorden para reprimir esta celebración. Estos militares se hallan en la posición de “descansen”, pero están atentos a cualquier intento de manifestación que sea contraria a lo que se encuentran conmemorando.

Otro elemento de dominación lo constituye un hombre blanco, el cual desde un balcón de un edificio gubernamental, observa el desarrollo de esta actividad, denotando un sentido de superioridad, distanciamiento y control sobre estos negros. El tercer factor de hegemonía presente en la obra se trata de una bandera española colocada en las afueras de una edificación en el extremo derecho del lienzo, cerca de donde las tropas españolas están apostadas. En este lugar (tercer plano) se encuentran gran cantidad de personas blancas (tanto hombres como mujeres) en posición de reposo, conversando u observando el desarrollo del “espectáculo” de pie, pero sin mezclarse con ellos.

Delante de ellos (en segundo plano) se encuentran dos personajes blancos (también en reposo y de pie) conversando, y uno de ellos se encuentra de espaldas al acontecimiento, en clara actitud de indiferencia hacia esta representación (también el solo hecho de conversar ya lo es). Un tercer ñáñigo se encuentra solo bailando frente a los soldados, y rodeado de hombres blancos, en claro gesto de rebeldía, haciéndole llegar a ellos, que se muestran inactivos, la esencia de la ceremonia. Es una especie de llamado, invitándoles a participar de esta demostración cultural, retándolos. Es visible el contraste entre este personaje y el otro ñáñigo cuyo rostro reflejaba temor. Dos actitudes frente a un mismo fenómeno.

De modo que en este sentido la pintura se puede dividir en dos grupos de actitudes: la actividad de celebración de los ñáñigos (presentes y protagonistas los negros) y la conducta pasiva e indolente de los blancos (distanciados pero con elementos de control). El centro de la pintura lo constituye propiamente la actividad festiva que se encuentran celebrando los ñáñigos y los músicos que los acompañan. Aquí se les suma un hombre negro que andaba de paso, pues su acompañante se sorprende la prontitud con la cual la abandona y se incorpora a la festividad. A pesar de ello pasa desapercibido por casi todos los hombres negros, a pesar de que hace gestos exorbitantes para llamar la atención.

Solo se fijan en él uno de los músicos acompañantes (eran más de doce) pero lo mira con cara de sospecha, que no vaya a arruinar la celebración, y otras dos personas ubicadas en el centro de la pintura, pero que no son músicos (un menor y una anciana) los que se encuentran mirando a este sucio y harapiento personaje y sobre el cual parecen estar conversando y dando su opinión, a mi parecer no muy favorable sobre su desempeño histriónico, dando la sensación de burla y sarcasmo frente a esta demostración.

Casi todos los personajes negros (como es lógico) se encuentran en una posición de movimiento, pues es de ellos la festividad (son el centro del tema de la obra). De aquí otro rasgo general de esta creación plástica: la posición de movimiento y celebración de los negros y la de reposo y control de los blancos. Otro elemento es la variedad cromática y los contrastes que utiliza el autor para transmitir su mensaje: por un lado, los negros presentan vestimentas con colores llamativos (cercanos al rojo) mientras los blancos usan atuendos más oscuros y “calmados” (entre gris y negro).

Al fondo, en el extremo izquierdo, se denotan siluetas humanas no muy definidas, con una especie de niebla que los envuelve, dando la sensación de actividad comercial y social de la ciudad (no son importantes para el mensaje central de la obra). Su función es de contexto, y consiste en rellenar los espacios en la ciudad para demostrar el ambiente urbano en el cual se desarrolla el centro temático de la obra.

[1]Se desconoce el nombre del autor.

[2]Esta obra pertenece a la colección del Museo Nacional de Bellas Artes, Edificio de Arte Cubano.

HEGEMONÍA CULTURAL Y PODER EN LA OBRA DE M. PUENTE FIESTA DE ÑAÑIGOS.

Votar

Comentarios de los usuarios

Boletín de Novedades

Acceso rápido