03-05-2005, 09:24 AM
¿Saben, [i:d3a9f07003]mes amis/es[/i:d3a9f07003]?; entre la Vendée y el Maine-et-Loire, en un paisaje absolutamente idílico, no demasiado lejos del preciosísimo lago de Gran-Lieu, está el bello pueblo de [u:d3a9f07003]Montaigu[/u:d3a9f07003], Allí, en el seno de una blasonadísima familia con más cosas que recordar que dinero contante y sonante en algún lado, nació el diez de mayo de [u:d3a9f07003]1760[/u:d3a9f07003] el ya inmortal [b:d3a9f07003]Claude-Joseph Rouget de lIsle[/b:d3a9f07003].
Tuvo una infancia [b:d3a9f07003]corta[/b:d3a9f07003]..; pues, tan pronto como se pudo se le envió a estudiar para ver si se abría camino en la carrera [b:d3a9f07003]militar[/b:d3a9f07003]. La vida de estudiante, por eso, le hizo FELIZ. Pronto, más que por las notas, descolló por su habilidad haciendo versos para que sus amigos pudiesen escribir misivas en condiciones a sus enamoradas, por su muy meritoria destreza con el violín y, sobre todo y ante todo, por su hermosa [b:d3a9f07003]voz[/b:d3a9f07003]. Pero, también gustaba a los profesores; y, sea como sea, recibió el título de ingeniero militar en 1784.
Después de unos años, digamos.., sabáticos, un mes antes de cumplir los 28 años es destinado a [u:d3a9f07003]Strasbourg[/u:d3a9f07003].
Allí, [i:d3a9f07003]mes amis/es[/i:d3a9f07003], compone s/. "[i:d3a9f07003]Himno a la libertad[/i:d3a9f07003]"; que, interpretado en la fiesta del 25/09/1791 en medio del [b:d3a9f07003]más[/b:d3a9f07003] absoluto entusiasmo, le da ya auténtica [b:d3a9f07003]nombradía[/b:d3a9f07003] (intenta, sí, [b:d3a9f07003]aprovecharla[/b:d3a9f07003] escribiendo [u:d3a9f07003]tres[/u:d3a9f07003] obras teatrales, una de ellas estrenada en París a finales de 1791 SIN el éxito resonante que él anhelaba...).
El 20/04/1792 se proclamó en París la declaración de [b:d3a9f07003]guerra[/b:d3a9f07003] de la France contra Austria. Al llegar la noticia a Strasbourg, el alcalde, un tal [u:d3a9f07003]Dietrich[/u:d3a9f07003], convidó a su mesa a varios oficiales (entre ellos Rouget de lIsle) que habían de tomar parte en la campaña y lamentándose de que el país NO tuviera un himno nacional patriótico, persuadió a Claude-Joseph que compusiera un canto de este género... Cuenta la [i:d3a9f07003]légende[/i:d3a9f07003] que Rouget de lIsle, de vuelta a su casa, compuso las estrofas y la música aquella misma noche y la noche siguiente (¿han visto el bello cuadro del maestro Isidore-Alexandre-Auguste Pils -París, 1813 / Douarnenez, 1875- en el Louvre?) lo cantó personalmente en casa del alcalde ante los contertulios de éste. Lo había titulado "[i:d3a9f07003]Canto de guerra de los ejércitos del Rhin[/i:d3a9f07003]"; y, dedicado al mariscal [u:d3a9f07003]Lukner[/u:d3a9f07003], comandante en jefe de dicho ejército.
Algunos ignorantes han pretendido NEGAR que Rouget de lIsle sea el verdadero autor... Se [b:d3a9f07003]sabe[/b:d3a9f07003], sí, por él mismo que NO es suya la [b:d3a9f07003]última[/b:d3a9f07003] estrofa; y, punto. Se ha de notar, además, que NO tuvo para nada intención de componer un himno republicano. Partidario de la monarquía sin matices ni fisuras, NO quiso violar el juramento de fidelidad que lo unía a Louis XVI; y, él mismo [b:d3a9f07003]cambió[/b:d3a9f07003] [u:d3a9f07003]una[/u:d3a9f07003] frase (en su primitivo original: "[i:d3a9f07003]et ce que les trônes des tyrans croulent au bruit de votre gloire[/i:d3a9f07003]) de la mencionada última estrofa (dejándola como es ahora: "[i:d3a9f07003]que les ennemis expirants voient ton triomphe et notre gloire[/i:d3a9f07003]").
El patriótico himno fué rápidamente conocido en otras regiones francesas..; entre ellas, damas y caballeros, también las del [u:d3a9f07003]Midi[/u:d3a9f07003].
En el mes de junio de [u:d3a9f07003]1792[/u:d3a9f07003] celebrábase en [u:d3a9f07003]Marseille[/u:d3a9f07003] un banquete dado a los soldados de un batallón de voluntarios que marchaba a París..; y, en tal ocasión, el himno de Rouget de lIsle fué cantado entusiásticamente por un tal [u:d3a9f07003]Mireur[/u:d3a9f07003], quien fué [b:d3a9f07003]ovacionado[/b:d3a9f07003] hasta el paroxismo. Al día siguiente el [i:d3a9f07003]Journal des départements méridionaux[/i:d3a9f07003] [b:d3a9f07003]publicó[/b:d3a9f07003] el texto; y, el día de la partida de los voluntarios, TODOS y cada uno de ellos recibieron un ejemplar del himno, que fué cantado [b:d3a9f07003]muchísimas[/b:d3a9f07003] veces durante el camino hasta llegar a París.
A la capital francesa llegó con el apodo de "[i:d3a9f07003]Marche des Marseillois[/i:d3a9f07003]"..; pero, París, todo excitado de entusiasmo el [i:d3a9f07003]peuple[/i:d3a9f07003] al oirlo, lo designó enseguida con el nombre de "[i:d3a9f07003][b:d3a9f07003]la [u:d3a9f07003]Marseillaise[/u:d3a9f07003][/b:d3a9f07003][/i:d3a9f07003]", que es, como saben, el que debería quedarle.
Dirán ustedes que el autor estaba nadando en fama, gloria y esplendor...
Pues, NO.
Hijo de padres realistas hasta la médula y el mismo afiliado al partido constitucional, NÉGOSE en redondo y absolutamente [b:d3a9f07003]indignado[/b:d3a9f07003] a prestar juramento a la abolición de la monarquía; por lo que fué exonerado, denunciado y EMPOZADO en las mazmorras. Y, [b:d3a9f07003]sin[/b:d3a9f07003] duda alguna, su cabeza habría sido segada por el [i:d3a9f07003]rasoir national[/i:d3a9f07003] de no ocurrir la caida de [i:d3a9f07003]el Incorruptible[/i:d3a9f07003] (dramático episodio que le inspiró s/. "[i:d3a9f07003]Himno ditirámbico[/i:d3a9f07003]"). Dos años después sale a la luz s/. "[i:d3a9f07003]Essais en vers et en prose[/i:d3a9f07003]"; pero, NO son apreciados. También pasó sin pena ni gloria su comedia "[i:d3a9f07003]Lécole des mères[/i:d3a9f07003]" (estrenada en 1798).
El musicólogo Riemann le atribuye tanto el "[i:d3a9f07003]Canto de las venganzas[/i:d3a9f07003]" (1798) como el "[i:d3a9f07003]Canto del combate[/i:d3a9f07003]" (1800)..; pero, NO es seguro al cien por cien. De lo que NO hay duda alguna es de que, reintegrado al ejército y bajo el mando del general Hoche, hizo la campaña de la Vendée y recibió una herida [b:d3a9f07003]importante[/b:d3a9f07003].
Ya en tiempos del [i:d3a9f07003]Consulat[/i:d3a9f07003] se [b:d3a9f07003]retiró[/b:d3a9f07003] a la vida privada en su pueblo natal; donde, ¡ay!, vivió años y años de [b:d3a9f07003]soledad[/b:d3a9f07003] y absoluto [b:d3a9f07003]olvido[/b:d3a9f07003], en la [b:d3a9f07003]miseria[/b:d3a9f07003] total (aunque, esas cosas.., de esa época -1811- es su epicúreo hermoso idilio "[i:d3a9f07003]La matinée[/i:d3a9f07003]"). Bonaparte NO perdonó jamás su [b:d3a9f07003]fidelidad[/b:d3a9f07003] a los Bourbon.
Al llegar la [i:d3a9f07003]Restauration[/i:d3a9f07003], se trasladó esperanzado a París..; pero, ¡ay!, la gran capital que le había aclamado tantas y tantas veces, le habría dejado perecer de HAMBRE de no alcanzar Rouget de lIsle, por su fidelidad sin tacha, una pequeña pensión de Louis XVIII, continuada después por Louis-Philippe I, y, sobre todo y ante todo, de no haber logrado la cariñosísima protección de sus amigos Béranger, el genial grabador David dAngers (nos ha dejado un famoso medallón con el perfil de un Rouget de lIsle ya maduro...) y de los esposos Voiart, en cuya encantadora y confortable casita de campo de Choisy-le-Roi [b:d3a9f07003]murió[/b:d3a9f07003] el inmortal autor del himno galo el 27 de junio de [u:d3a9f07003]1836[/u:d3a9f07003] (allí tiene una hermosa estatua en su honor).
Aparte de lo indicado, damas y caballeros, y de un volumen de poesías dedicado al admiradísimo maestro [u:d3a9f07003]Étienne-Nicolas[/u:d3a9f07003] [u:d3a9f07003]Mehul[/u:d3a9f07003] (1763-1817), aquel inmortal hijo de un pobre cocinero que recibió las primeras lecciones de música de un organista ciego y es el genial autor de aquella ópera sin par, "[i:d3a9f07003]La chasse du jeune Henri[/i:d3a9f07003]" (1797), en cuyo estreno pelearon a matar republicanos y monárquicos (aunque, [i:d3a9f07003]noblesse oblige[/i:d3a9f07003].., se pusieron de acuerdo sin problemas para hacer repetir [u:d3a9f07003]tres[/u:d3a9f07003] veces la brillante overtura...), Rouget de lIsle compuso la célebre colección de melodías "[i:d3a9f07003]Cincuenta cantos franceses[/i:d3a9f07003]", con acompañamiento de piano (1825); "[i:d3a9f07003]Veinticinco romanzas[/i:d3a9f07003]", con violín obligado; y, dos libros de ópera para Della Maria y Chelard, este último sobre el asunto de [i:d3a9f07003]Macbeth[/i:d3a9f07003].
¡Ah, [i:d3a9f07003]mes amis/es[/i:d3a9f07003]!; la melodía o texto musical del himno galo, tal y como se canta hoy, NO es absolutamente [b:d3a9f07003]igual[/b:d3a9f07003] a la de Rouget de lIsle..; pero, las modificaciones (se establece definitivamente [i:d3a9f07003]la Marseillaise[/i:d3a9f07003] en [u:d3a9f07003]1887[/u:d3a9f07003] por una comisión [i:d3a9f07003]ad hoc[/i:d3a9f07003] nombrada por el general Boulanger, entonces ministro de la Guerra, y bajo la presidencia del compositor Ambroise Thomas) que se han introducido son de [b:d3a9f07003]poquísima[/b:d3a9f07003] importancia y tienden ÚNICAMENTE a regularizar el dibujo melódico. Por lo que se refiere a las palabras, [b:d3a9f07003]sólo[/b:d3a9f07003] se ha añadido [i:d3a9f07003]a posteriori[/i:d3a9f07003] (y, como estrambote, digamos.., optativo) la copla llamada "[i:d3a9f07003]des enfants[/i:d3a9f07003]" (*), que por algunos ha sido atribuida al maestro Joseph-Marie Chénier, mientras han reclamado la paternidad el periodista Louis du Bois y el presbítero Antoine Pessonneaux.
Finalmente, decir que es público y notorio que el violinista Alexandre Boucher ¡pretendió pasar por su autor!, después de la muerte de Rouget de lIsle..; [i:d3a9f07003]cosas veredes[/i:d3a9f07003]... Y, en 1864 afirmó Fétis, en s/. "[i:d3a9f07003]Biographie universelle des Musiciens[/i:d3a9f07003]" que ¡la música era obra de un tal Navoigille!; pero, un pariente del inmortal autor, llamado Amédée Rouget de lIsle, [b:d3a9f07003]obligó[/b:d3a9f07003] a Fétis a que se [b:d3a9f07003]retractara[/b:d3a9f07003] públicamente de su afirmación, valiéndose para ello de documentos que merecían TODO crédito. Los alemanes, [i:d3a9f07003]mes amis/es[/i:d3a9f07003], tuvieron también la pretensión de que el maestro de capilla Holtzmann era el autor de la melodía en cuestión..; y, que así lo había descubierto el organista Hamma en un "[i:d3a9f07003]Credo[/i:d3a9f07003]" del citado maestro de capilla... También, damas y caballeros, un tal Wilhelm Tappert sostuvo, por su parte, en 1886, que Rouget de lIsle ¡tomó su melodía de una misa manuscrita del organista Holtzbauer! El francés Arthur Loth quiso demostrar que la música no era otra que la de un oratorio titulado "[i:d3a9f07003]Esther[/i:d3a9f07003]", inédito, original de un tal Grissons, maestro de capilla que fué de la catedral de Saint-Omer en tiempos anteriores a la [i:d3a9f07003]Révolution[/i:d3a9f07003]... Va, va, va...
Es como el [i:d3a9f07003]rollete[/i:d3a9f07003] de querer ocultar, ¡no sé yo por qué!, que, en puridad, [i:d3a9f07003]la Marseillaise[/i:d3a9f07003] es un himno a la mayor gloria de la Casa de Bourbon, a la mayor gloria del [i:d3a9f07003]Très Chrétien[/i:d3a9f07003], a la mayor gloria, en fin, de la CORONA francesa...
CÓMICO, vaya...
¿No?
Siempre, en cualquier caso, a su disposición, [i:d3a9f07003]mes amis/es[/i:d3a9f07003].
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
05/03/2005, 0024 hs. a.m.
(*) la copla llamada "[i:d3a9f07003]des enfants[/i:d3a9f07003]" y que, en ocasiones, suele unirse al final de [i:d3a9f07003]la Marseillaise[/i:d3a9f07003] reza así:
"[i:d3a9f07003]Nous entrerons dans la carrière quand nos aînés ny seront plus;
nous y trouverons leur poussière et la trace de leurs vertus.
Bien moins jaloux de leur survivre que de partager leur cercueil;
nous aurons le sublime orgueil de les venger ou de les suivre![/i:d3a9f07003]"
Tuvo una infancia [b:d3a9f07003]corta[/b:d3a9f07003]..; pues, tan pronto como se pudo se le envió a estudiar para ver si se abría camino en la carrera [b:d3a9f07003]militar[/b:d3a9f07003]. La vida de estudiante, por eso, le hizo FELIZ. Pronto, más que por las notas, descolló por su habilidad haciendo versos para que sus amigos pudiesen escribir misivas en condiciones a sus enamoradas, por su muy meritoria destreza con el violín y, sobre todo y ante todo, por su hermosa [b:d3a9f07003]voz[/b:d3a9f07003]. Pero, también gustaba a los profesores; y, sea como sea, recibió el título de ingeniero militar en 1784.
Después de unos años, digamos.., sabáticos, un mes antes de cumplir los 28 años es destinado a [u:d3a9f07003]Strasbourg[/u:d3a9f07003].
Allí, [i:d3a9f07003]mes amis/es[/i:d3a9f07003], compone s/. "[i:d3a9f07003]Himno a la libertad[/i:d3a9f07003]"; que, interpretado en la fiesta del 25/09/1791 en medio del [b:d3a9f07003]más[/b:d3a9f07003] absoluto entusiasmo, le da ya auténtica [b:d3a9f07003]nombradía[/b:d3a9f07003] (intenta, sí, [b:d3a9f07003]aprovecharla[/b:d3a9f07003] escribiendo [u:d3a9f07003]tres[/u:d3a9f07003] obras teatrales, una de ellas estrenada en París a finales de 1791 SIN el éxito resonante que él anhelaba...).
El 20/04/1792 se proclamó en París la declaración de [b:d3a9f07003]guerra[/b:d3a9f07003] de la France contra Austria. Al llegar la noticia a Strasbourg, el alcalde, un tal [u:d3a9f07003]Dietrich[/u:d3a9f07003], convidó a su mesa a varios oficiales (entre ellos Rouget de lIsle) que habían de tomar parte en la campaña y lamentándose de que el país NO tuviera un himno nacional patriótico, persuadió a Claude-Joseph que compusiera un canto de este género... Cuenta la [i:d3a9f07003]légende[/i:d3a9f07003] que Rouget de lIsle, de vuelta a su casa, compuso las estrofas y la música aquella misma noche y la noche siguiente (¿han visto el bello cuadro del maestro Isidore-Alexandre-Auguste Pils -París, 1813 / Douarnenez, 1875- en el Louvre?) lo cantó personalmente en casa del alcalde ante los contertulios de éste. Lo había titulado "[i:d3a9f07003]Canto de guerra de los ejércitos del Rhin[/i:d3a9f07003]"; y, dedicado al mariscal [u:d3a9f07003]Lukner[/u:d3a9f07003], comandante en jefe de dicho ejército.
Algunos ignorantes han pretendido NEGAR que Rouget de lIsle sea el verdadero autor... Se [b:d3a9f07003]sabe[/b:d3a9f07003], sí, por él mismo que NO es suya la [b:d3a9f07003]última[/b:d3a9f07003] estrofa; y, punto. Se ha de notar, además, que NO tuvo para nada intención de componer un himno republicano. Partidario de la monarquía sin matices ni fisuras, NO quiso violar el juramento de fidelidad que lo unía a Louis XVI; y, él mismo [b:d3a9f07003]cambió[/b:d3a9f07003] [u:d3a9f07003]una[/u:d3a9f07003] frase (en su primitivo original: "[i:d3a9f07003]et ce que les trônes des tyrans croulent au bruit de votre gloire[/i:d3a9f07003]) de la mencionada última estrofa (dejándola como es ahora: "[i:d3a9f07003]que les ennemis expirants voient ton triomphe et notre gloire[/i:d3a9f07003]").
El patriótico himno fué rápidamente conocido en otras regiones francesas..; entre ellas, damas y caballeros, también las del [u:d3a9f07003]Midi[/u:d3a9f07003].
En el mes de junio de [u:d3a9f07003]1792[/u:d3a9f07003] celebrábase en [u:d3a9f07003]Marseille[/u:d3a9f07003] un banquete dado a los soldados de un batallón de voluntarios que marchaba a París..; y, en tal ocasión, el himno de Rouget de lIsle fué cantado entusiásticamente por un tal [u:d3a9f07003]Mireur[/u:d3a9f07003], quien fué [b:d3a9f07003]ovacionado[/b:d3a9f07003] hasta el paroxismo. Al día siguiente el [i:d3a9f07003]Journal des départements méridionaux[/i:d3a9f07003] [b:d3a9f07003]publicó[/b:d3a9f07003] el texto; y, el día de la partida de los voluntarios, TODOS y cada uno de ellos recibieron un ejemplar del himno, que fué cantado [b:d3a9f07003]muchísimas[/b:d3a9f07003] veces durante el camino hasta llegar a París.
A la capital francesa llegó con el apodo de "[i:d3a9f07003]Marche des Marseillois[/i:d3a9f07003]"..; pero, París, todo excitado de entusiasmo el [i:d3a9f07003]peuple[/i:d3a9f07003] al oirlo, lo designó enseguida con el nombre de "[i:d3a9f07003][b:d3a9f07003]la [u:d3a9f07003]Marseillaise[/u:d3a9f07003][/b:d3a9f07003][/i:d3a9f07003]", que es, como saben, el que debería quedarle.
Dirán ustedes que el autor estaba nadando en fama, gloria y esplendor...
Pues, NO.
Hijo de padres realistas hasta la médula y el mismo afiliado al partido constitucional, NÉGOSE en redondo y absolutamente [b:d3a9f07003]indignado[/b:d3a9f07003] a prestar juramento a la abolición de la monarquía; por lo que fué exonerado, denunciado y EMPOZADO en las mazmorras. Y, [b:d3a9f07003]sin[/b:d3a9f07003] duda alguna, su cabeza habría sido segada por el [i:d3a9f07003]rasoir national[/i:d3a9f07003] de no ocurrir la caida de [i:d3a9f07003]el Incorruptible[/i:d3a9f07003] (dramático episodio que le inspiró s/. "[i:d3a9f07003]Himno ditirámbico[/i:d3a9f07003]"). Dos años después sale a la luz s/. "[i:d3a9f07003]Essais en vers et en prose[/i:d3a9f07003]"; pero, NO son apreciados. También pasó sin pena ni gloria su comedia "[i:d3a9f07003]Lécole des mères[/i:d3a9f07003]" (estrenada en 1798).
El musicólogo Riemann le atribuye tanto el "[i:d3a9f07003]Canto de las venganzas[/i:d3a9f07003]" (1798) como el "[i:d3a9f07003]Canto del combate[/i:d3a9f07003]" (1800)..; pero, NO es seguro al cien por cien. De lo que NO hay duda alguna es de que, reintegrado al ejército y bajo el mando del general Hoche, hizo la campaña de la Vendée y recibió una herida [b:d3a9f07003]importante[/b:d3a9f07003].
Ya en tiempos del [i:d3a9f07003]Consulat[/i:d3a9f07003] se [b:d3a9f07003]retiró[/b:d3a9f07003] a la vida privada en su pueblo natal; donde, ¡ay!, vivió años y años de [b:d3a9f07003]soledad[/b:d3a9f07003] y absoluto [b:d3a9f07003]olvido[/b:d3a9f07003], en la [b:d3a9f07003]miseria[/b:d3a9f07003] total (aunque, esas cosas.., de esa época -1811- es su epicúreo hermoso idilio "[i:d3a9f07003]La matinée[/i:d3a9f07003]"). Bonaparte NO perdonó jamás su [b:d3a9f07003]fidelidad[/b:d3a9f07003] a los Bourbon.
Al llegar la [i:d3a9f07003]Restauration[/i:d3a9f07003], se trasladó esperanzado a París..; pero, ¡ay!, la gran capital que le había aclamado tantas y tantas veces, le habría dejado perecer de HAMBRE de no alcanzar Rouget de lIsle, por su fidelidad sin tacha, una pequeña pensión de Louis XVIII, continuada después por Louis-Philippe I, y, sobre todo y ante todo, de no haber logrado la cariñosísima protección de sus amigos Béranger, el genial grabador David dAngers (nos ha dejado un famoso medallón con el perfil de un Rouget de lIsle ya maduro...) y de los esposos Voiart, en cuya encantadora y confortable casita de campo de Choisy-le-Roi [b:d3a9f07003]murió[/b:d3a9f07003] el inmortal autor del himno galo el 27 de junio de [u:d3a9f07003]1836[/u:d3a9f07003] (allí tiene una hermosa estatua en su honor).
Aparte de lo indicado, damas y caballeros, y de un volumen de poesías dedicado al admiradísimo maestro [u:d3a9f07003]Étienne-Nicolas[/u:d3a9f07003] [u:d3a9f07003]Mehul[/u:d3a9f07003] (1763-1817), aquel inmortal hijo de un pobre cocinero que recibió las primeras lecciones de música de un organista ciego y es el genial autor de aquella ópera sin par, "[i:d3a9f07003]La chasse du jeune Henri[/i:d3a9f07003]" (1797), en cuyo estreno pelearon a matar republicanos y monárquicos (aunque, [i:d3a9f07003]noblesse oblige[/i:d3a9f07003].., se pusieron de acuerdo sin problemas para hacer repetir [u:d3a9f07003]tres[/u:d3a9f07003] veces la brillante overtura...), Rouget de lIsle compuso la célebre colección de melodías "[i:d3a9f07003]Cincuenta cantos franceses[/i:d3a9f07003]", con acompañamiento de piano (1825); "[i:d3a9f07003]Veinticinco romanzas[/i:d3a9f07003]", con violín obligado; y, dos libros de ópera para Della Maria y Chelard, este último sobre el asunto de [i:d3a9f07003]Macbeth[/i:d3a9f07003].
¡Ah, [i:d3a9f07003]mes amis/es[/i:d3a9f07003]!; la melodía o texto musical del himno galo, tal y como se canta hoy, NO es absolutamente [b:d3a9f07003]igual[/b:d3a9f07003] a la de Rouget de lIsle..; pero, las modificaciones (se establece definitivamente [i:d3a9f07003]la Marseillaise[/i:d3a9f07003] en [u:d3a9f07003]1887[/u:d3a9f07003] por una comisión [i:d3a9f07003]ad hoc[/i:d3a9f07003] nombrada por el general Boulanger, entonces ministro de la Guerra, y bajo la presidencia del compositor Ambroise Thomas) que se han introducido son de [b:d3a9f07003]poquísima[/b:d3a9f07003] importancia y tienden ÚNICAMENTE a regularizar el dibujo melódico. Por lo que se refiere a las palabras, [b:d3a9f07003]sólo[/b:d3a9f07003] se ha añadido [i:d3a9f07003]a posteriori[/i:d3a9f07003] (y, como estrambote, digamos.., optativo) la copla llamada "[i:d3a9f07003]des enfants[/i:d3a9f07003]" (*), que por algunos ha sido atribuida al maestro Joseph-Marie Chénier, mientras han reclamado la paternidad el periodista Louis du Bois y el presbítero Antoine Pessonneaux.
Finalmente, decir que es público y notorio que el violinista Alexandre Boucher ¡pretendió pasar por su autor!, después de la muerte de Rouget de lIsle..; [i:d3a9f07003]cosas veredes[/i:d3a9f07003]... Y, en 1864 afirmó Fétis, en s/. "[i:d3a9f07003]Biographie universelle des Musiciens[/i:d3a9f07003]" que ¡la música era obra de un tal Navoigille!; pero, un pariente del inmortal autor, llamado Amédée Rouget de lIsle, [b:d3a9f07003]obligó[/b:d3a9f07003] a Fétis a que se [b:d3a9f07003]retractara[/b:d3a9f07003] públicamente de su afirmación, valiéndose para ello de documentos que merecían TODO crédito. Los alemanes, [i:d3a9f07003]mes amis/es[/i:d3a9f07003], tuvieron también la pretensión de que el maestro de capilla Holtzmann era el autor de la melodía en cuestión..; y, que así lo había descubierto el organista Hamma en un "[i:d3a9f07003]Credo[/i:d3a9f07003]" del citado maestro de capilla... También, damas y caballeros, un tal Wilhelm Tappert sostuvo, por su parte, en 1886, que Rouget de lIsle ¡tomó su melodía de una misa manuscrita del organista Holtzbauer! El francés Arthur Loth quiso demostrar que la música no era otra que la de un oratorio titulado "[i:d3a9f07003]Esther[/i:d3a9f07003]", inédito, original de un tal Grissons, maestro de capilla que fué de la catedral de Saint-Omer en tiempos anteriores a la [i:d3a9f07003]Révolution[/i:d3a9f07003]... Va, va, va...
Es como el [i:d3a9f07003]rollete[/i:d3a9f07003] de querer ocultar, ¡no sé yo por qué!, que, en puridad, [i:d3a9f07003]la Marseillaise[/i:d3a9f07003] es un himno a la mayor gloria de la Casa de Bourbon, a la mayor gloria del [i:d3a9f07003]Très Chrétien[/i:d3a9f07003], a la mayor gloria, en fin, de la CORONA francesa...
CÓMICO, vaya...
¿No?
Siempre, en cualquier caso, a su disposición, [i:d3a9f07003]mes amis/es[/i:d3a9f07003].
Jaume de Ponts i Mateu
jaumedeponts@terra.es
Tortosa (Baix Ebre)
-Catalunya/UE-
05/03/2005, 0024 hs. a.m.
(*) la copla llamada "[i:d3a9f07003]des enfants[/i:d3a9f07003]" y que, en ocasiones, suele unirse al final de [i:d3a9f07003]la Marseillaise[/i:d3a9f07003] reza así:
"[i:d3a9f07003]Nous entrerons dans la carrière quand nos aînés ny seront plus;
nous y trouverons leur poussière et la trace de leurs vertus.
Bien moins jaloux de leur survivre que de partager leur cercueil;
nous aurons le sublime orgueil de les venger ou de les suivre![/i:d3a9f07003]"