08-19-2004, 07:11 AM
Si la voluntad sirviera para algo, todo el mundo tendría lo que quisiera. Es increíble que tras la evidencia diaria de que la mayoría de los problemas de las personas radica en el uso de la voluntad, no alcancen a darse cuenta de esto, simplemente disocian la evidencia. ¿Acaso piensan que Alemania es muy distinto a Brasil, que los países europeos más chicos -pero ricos-, son muy distintos a nuestros países latinoamericanos chicos? Guerra tras guerra se levantan y se convierten en potencia, en cambio, nuestros países a pesar de la riqueza que tienen, no pueden salir adelante, se encuentran en el estado en que se encontraría unos países arrasados por guerras y plagas. Claro, se le atribuye a la corrupción, a la falta de educación, a la explotación de los países del primer mundo, etc. ¿Acaso creen que todo eso no ocurre en los demás países? Lo curioso es que cuando uno de nuestros países trata de salir adelante, de alguna manera provoca lo que lo arrasará. Esto también ocurre con las personas a nivel individual. Uruguay no puede salir adelante a pesar de hacer bien las cosas, mientras más se esfuerza en salir adelante, más golpes recibe, una crisis en Argentina, otra en Brasil, la aftosa que llega del Brasil o de la Argentina, el aumento del precio del petróleo, un problema X en uno de los países que compran carne o productos lácteos, falta de lluvia para generar electricidad, una bacteria asesina inmune a los antibióticos, etc. Todo esto también ocurre al nivel de las personas individuales. La buena suerte y la mala suerte son factores evidentes, que no pueden ser negados, se encuentran en la experiencia de todas las personas, es más, todos saben que las cosas se dan por rachas, y que tratar de ir en contra de una de esas rachas, provoca exactamente lo opuesto, o sea, su intensificación.
Todos, absolutamente todo el mundo sabe que tratar de luchar contra una mala racha provoca su recrudecimiento, no hay duda de esto, en todos los tiempos se ha sabido esto, pero se niega por un falso cientificismo, cientificismo que debería tomar este hecho como dato. Tratar de luchar contra una mala racha no es otra cosa que intentar emplear la voluntad negando la evidencia. Algunas psicoterapias saben esto, pero colocan el problema sólo en quien lo está sufriendo, considerando que ellos mismos lo provocan. Ejemplo: es sabido que cuando muchas de las mujeres que quieren tener hijos y no pueden, adoptan uno, al poco tiempo quedan embarazadas. Se considera que la voluntad de quedar embrazada era la que lo impedía. Pero esto no sólo ocurre con estas mujeres, es tan común que en muchos actos terapéuticos se prescribe algún acto que inhiba esa voluntad.
Esa [i:86b6210568]voluntad[/i:86b6210568] de salir adelante se convierte en la causa que recrudece todo lo negativo, hasta de debajo de la tierra saldrá algo para oponerse a ella. Esto es el [i:86b6210568]karma[/i:86b6210568]. Porque sentimos que hay un karma cuando sistemáticamente se percibe una fuerza todopoderosa que se opone a esa voluntad de cambio. Esa fuerza fácilmente identificable por todo el mundo porque tiene [i:86b6210568]intención[/i:86b6210568], y su intención es la de oponerse a la voluntad, está pegada a esa voluntad golpeando cada vez que la voluntad cree haber encontrado un camino para engañar y superar al karma.
Los astrólogos verán en ese karma la presencia de Saturno. Todo lo que se ha escrito sobre autosuperación está dirigido a estas personas, y todos esos caminos se pueden sintetizar en esta frase: [i:86b6210568]“la voluntad todo lo puede”[/i:86b6210568]. Por lo que pueden ir sospechando acerca del valor de estos caminos.
Parece que sólo existe un camino, renunciar completamente a esa voluntad y admitir que el hombre no es libre; y conformarse con lo que el destino vaya dejando a nuestros pies. Este es el camino taoísta, el wu wei taoísta consiste en renunciar completamente a la voluntad y fluir según se van dando las cosas. Este camino funciona, la voluntad se trampea a sí misma siendo utilizada para oponerse a sí misma, se la inhibe con el propósito de obtener las mínimas ventajas, pero el hombre depende completamente de un poder que no es él. Parece que esto es inaceptable. La mujer que no podía quedar embarazada puede renunciar a tener hijos con la esperanza de que la providencia le dé algo, pero puede que no le dé nada. Renunciar a la voluntad es quedarse con lo mínimo que podemos obtener, tal vez con la creencia de que sólo podemos obtener ese mínimo y, que al tratar de obtener más, sólo obtenemos menos. En alguna medida todas las religiones cultivan esta creencia y temor.
Pero veo los avances de la ciencia, veo esas naves que van a otros mundos, veo esos edificios inteligentes de 70 pisos, veo internet, las computadoras, etc. Tras esas cosas ha existido una voluntad decidida. Entonces, a veces la voluntad funciona, otras funciona en sentido opuesto. Tal vez la voluntad que funciona esté sintonizada con el Universo, como diría un taoísta. Pero cuando la voluntad no funciona, parece que nada puede mejorarla. Algunas personas son libres, otras no, y las que no lo son, parece que deben aceptar para toda su vida la falta de libertad y fluir y fluir... hacia abajo.
Las personas que sienten que no son dueñas de sus vidas, que existe un karma que se opone a su voluntad -pues en eso consiste el karma-, jamás podrán salir de ese estado, podrán tener algunos momentos mejores que otros, pero siempre sentirán que existe una fuerza que se opone a su voluntad. Estas personas aprenden a engañar a esa fuerza manteniendo a raya su voluntad e intención, tratando de disimular, pues en el momento en que esa fuerza perciba una intención clara... la neutralizará.
El arte taoísta de vivir consiste en renunciar a la voluntad y vivir en vivir el momento sin planificar, sin proyectarse en el futuro, sin [i:86b6210568]intencionar[/i:86b6210568].
En varias oportunidades he puesto el ejemplo taoísta del joven que va todos los días a nadar a un estanque lleno de patos que lo acompañan, un día el padre del joven al ver esto le ordena que cace uno de esos patos. El joven se opone al comienzo, pero al final debe aceptar, pero cuando se introduce en el estanque, ningún pato desciende a nadar, vuelan encima del estanque, pero no bajan. Sin embargo, si mientras estuviera con los patos, al joven se le hubiera ocurrido atrapar uno, lo hubiera podido hacer. Así procede el taoísta, sólo puede pensar en el momento, pero cuando se proyecta en el futuro, el Tao se le opone a las intenciones.
Muchas personas saben esto inconscientemente, saben que si planifican todo les sale mal, sólo pueden vivir en el momento y aprovechar lo que se les dé. Si son rápidos de reflejos, entonces pueden tomar muchas cosas, pero en el momento, sólo en el momento.
Cuando se reconoce la existencia de esa fuerza opositora a la voluntad, es posible reconocer que es complementaria a la voluntad y que parte de la propia persona, la misma persona parece ser las dos partes, y cuando se trata de engañar a esa fuerza no intencionando, es como si se tratara de engañar a una parte de la personalidad de la persona. Extiendo el análisis a un país o a cualquier organización social, pues se comportan como una personalidad.
Esa fuerza opositora la va construyendo el individuo, al menos eso parece. Tal vez aquellas personas que no la han construido son las que poseen la capacidad de emplear su voluntad en el sentido que quieren, pero una vez construida esa fuerza, ya nada vuelve a ser igual. No sé si habrá solución para esto.
Todos, absolutamente todo el mundo sabe que tratar de luchar contra una mala racha provoca su recrudecimiento, no hay duda de esto, en todos los tiempos se ha sabido esto, pero se niega por un falso cientificismo, cientificismo que debería tomar este hecho como dato. Tratar de luchar contra una mala racha no es otra cosa que intentar emplear la voluntad negando la evidencia. Algunas psicoterapias saben esto, pero colocan el problema sólo en quien lo está sufriendo, considerando que ellos mismos lo provocan. Ejemplo: es sabido que cuando muchas de las mujeres que quieren tener hijos y no pueden, adoptan uno, al poco tiempo quedan embarazadas. Se considera que la voluntad de quedar embrazada era la que lo impedía. Pero esto no sólo ocurre con estas mujeres, es tan común que en muchos actos terapéuticos se prescribe algún acto que inhiba esa voluntad.
Esa [i:86b6210568]voluntad[/i:86b6210568] de salir adelante se convierte en la causa que recrudece todo lo negativo, hasta de debajo de la tierra saldrá algo para oponerse a ella. Esto es el [i:86b6210568]karma[/i:86b6210568]. Porque sentimos que hay un karma cuando sistemáticamente se percibe una fuerza todopoderosa que se opone a esa voluntad de cambio. Esa fuerza fácilmente identificable por todo el mundo porque tiene [i:86b6210568]intención[/i:86b6210568], y su intención es la de oponerse a la voluntad, está pegada a esa voluntad golpeando cada vez que la voluntad cree haber encontrado un camino para engañar y superar al karma.
Los astrólogos verán en ese karma la presencia de Saturno. Todo lo que se ha escrito sobre autosuperación está dirigido a estas personas, y todos esos caminos se pueden sintetizar en esta frase: [i:86b6210568]“la voluntad todo lo puede”[/i:86b6210568]. Por lo que pueden ir sospechando acerca del valor de estos caminos.
Parece que sólo existe un camino, renunciar completamente a esa voluntad y admitir que el hombre no es libre; y conformarse con lo que el destino vaya dejando a nuestros pies. Este es el camino taoísta, el wu wei taoísta consiste en renunciar completamente a la voluntad y fluir según se van dando las cosas. Este camino funciona, la voluntad se trampea a sí misma siendo utilizada para oponerse a sí misma, se la inhibe con el propósito de obtener las mínimas ventajas, pero el hombre depende completamente de un poder que no es él. Parece que esto es inaceptable. La mujer que no podía quedar embarazada puede renunciar a tener hijos con la esperanza de que la providencia le dé algo, pero puede que no le dé nada. Renunciar a la voluntad es quedarse con lo mínimo que podemos obtener, tal vez con la creencia de que sólo podemos obtener ese mínimo y, que al tratar de obtener más, sólo obtenemos menos. En alguna medida todas las religiones cultivan esta creencia y temor.
Pero veo los avances de la ciencia, veo esas naves que van a otros mundos, veo esos edificios inteligentes de 70 pisos, veo internet, las computadoras, etc. Tras esas cosas ha existido una voluntad decidida. Entonces, a veces la voluntad funciona, otras funciona en sentido opuesto. Tal vez la voluntad que funciona esté sintonizada con el Universo, como diría un taoísta. Pero cuando la voluntad no funciona, parece que nada puede mejorarla. Algunas personas son libres, otras no, y las que no lo son, parece que deben aceptar para toda su vida la falta de libertad y fluir y fluir... hacia abajo.
Las personas que sienten que no son dueñas de sus vidas, que existe un karma que se opone a su voluntad -pues en eso consiste el karma-, jamás podrán salir de ese estado, podrán tener algunos momentos mejores que otros, pero siempre sentirán que existe una fuerza que se opone a su voluntad. Estas personas aprenden a engañar a esa fuerza manteniendo a raya su voluntad e intención, tratando de disimular, pues en el momento en que esa fuerza perciba una intención clara... la neutralizará.
El arte taoísta de vivir consiste en renunciar a la voluntad y vivir en vivir el momento sin planificar, sin proyectarse en el futuro, sin [i:86b6210568]intencionar[/i:86b6210568].
En varias oportunidades he puesto el ejemplo taoísta del joven que va todos los días a nadar a un estanque lleno de patos que lo acompañan, un día el padre del joven al ver esto le ordena que cace uno de esos patos. El joven se opone al comienzo, pero al final debe aceptar, pero cuando se introduce en el estanque, ningún pato desciende a nadar, vuelan encima del estanque, pero no bajan. Sin embargo, si mientras estuviera con los patos, al joven se le hubiera ocurrido atrapar uno, lo hubiera podido hacer. Así procede el taoísta, sólo puede pensar en el momento, pero cuando se proyecta en el futuro, el Tao se le opone a las intenciones.
Muchas personas saben esto inconscientemente, saben que si planifican todo les sale mal, sólo pueden vivir en el momento y aprovechar lo que se les dé. Si son rápidos de reflejos, entonces pueden tomar muchas cosas, pero en el momento, sólo en el momento.
Cuando se reconoce la existencia de esa fuerza opositora a la voluntad, es posible reconocer que es complementaria a la voluntad y que parte de la propia persona, la misma persona parece ser las dos partes, y cuando se trata de engañar a esa fuerza no intencionando, es como si se tratara de engañar a una parte de la personalidad de la persona. Extiendo el análisis a un país o a cualquier organización social, pues se comportan como una personalidad.
Esa fuerza opositora la va construyendo el individuo, al menos eso parece. Tal vez aquellas personas que no la han construido son las que poseen la capacidad de emplear su voluntad en el sentido que quieren, pero una vez construida esa fuerza, ya nada vuelve a ser igual. No sé si habrá solución para esto.