SÃntesis histórica
Agregado: 21 de AGOSTO de 2006 (Por
Roberto Yrago) | Palabras: 11202 |
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Edad Media Globalización
Autor: Roberto Yrago (ryrago@fibertel.com.ar)
De la Edad Media a la globalización
Una visión histórica
El concepto Trabajo
La Biblia, conjunto de textos sagrados para el Cristianismo, son libros escritos por hombres de Dios, para enseñar al hombre y que este pudiera lograr su desarrollo como ser humano.
Podemos afirmar que la Biblia es un vasto compendio, que se escribió a lo largo de 1600 años y comprende un conjunto, nada menos que de 66 libros o bibliones (libritos).
El Antiguo Testamento fue escrito en idioma hebreo, con algunos partes en arameo, constando de 39 libros, empezando con el Génesis y terminando con Malaquías.
El Nuevo Testamento, en cambio, fue escrito en griego, consta de 27 libros y comienza con Matías y culmina con el Apocalipsis.
La Biblia esta formada por preceptos, mandamientos o reglas, fundamentados en principios y abarcan los dos extremos a que está sujeta la Humanidad; el inicio o nacimiento con el Génesis y el fin con el Apocalipsis
Alguna interpretación de estos textos, considerados sagrados, en su integralidad o en parte, por las tres grandes religiones monoteístas, sobre cuya veracidad no nos hemos de detener, dicen que la Biblia presenta al trabajo como una actividad bendita, porque en el primer Libro del Antiguo Testamento Génesis 2:3 se expresa ¨ Y bendijo Dios al día séptimo y lo santificó porque en el reposo de toda la obra que había hecho en la creación ¨
Se puede percibir que el hombre también tuvo desde el inicio la obligación del trabajo y ello puede observarse en el mismo texto Génesis 2:15 donde se observa que trabajó en el Huerto del Edén ¨ Tomó, pues, Jehová Dios al hombre y lo puso en el Huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase ¨.
O sea que, el hombre, desde su aparición en la faz de la tierra tuvo que trabajar, pero aparentemente con gozo, para poco después, en base a su desobediencia; que parece ser un rasgo atávico de la naturaleza humana, desobedeció a Dios y el trabajo pasa a constituirse en algo doloroso y molesto.
Vemos que en el texto del Génesis 3:17:19 se expresa lo siguiente: ¨Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer y comiste del árbol del que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres y al polvo volverás ¨.
De ello pueden desprenderse varios preceptos, en los cuales no abundaremos para no herir la susceptibilidad de las damas, pero el origen del trabajo, según parece, parte de Adán al obedecer a la mujer constituyéndose ella en partícipe necesario de nuestra obligación de trabajar por el resto de nuestros días.
Y es más, ya en los tiempos del Nuevo Testamento, se deja en claro, sin atisbos de duda que el trabajo es obligación de todos, condenando al ocio y vaticinando oprobiosas consecuencias para la vagancia. En la segunda carta de Pablo a la Iglesia de Tesalónica, capítulo 3º versículos del 10 al 12 dice: ¨ Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan ¨.
En la civilización griega, la distinción entre trabajos era esencial.
Aristóteles hizo una distinción entre actividades libres y serviles, desdeñando a las serviles porque ¨inutilizaban al cuerpo, al alma y a la inteligencia para el uso y práctica de la virtud¨.
Hacía un parangón entre el trabajo que se hacía para otros con la esclavitud y criticaba la actividad del ser humano que ¨pone todas las facultades al servicio de producir dinero¨. Por el contrario, así como entendía la extrema importancia de la finalidad en el trabajo, no asimismo cuando la finalidad se restringía a obtener utilidad de él. Es suficientemente elocuente al decir que ¨buscar en todo la utilidad es lo que menos se ajusta a las personas libres y magnánimas¨.
Podemos deducir que en la antigüedad griega el ocio era mucho más valorado y apreciado que cualquier otra actividad.
Aristóteles afirmaría que el trabajo y el ocio son necesarios, pero el ocio es preferible tanto al trabajo como a su fin, rescatando también el valor de la diversión implícita en el ocio.
En la Grecia antigüa se hacia una escisión entre dos actividad: la relacionada con el mundo común de todos los días y la política, a la que tenía acceso todo ciudadano libre.
Las actividades del mundo de lo común o polis constituían el ámbito de la libertad, mientras que las actividades dirigidas a la conservación de la vida y de las relaciones familiares constituían el ámbito de la necesidad.
En la Edad Media, el trabajo se ajustó a las pautas de maldición bíblica y al principio paulino, de que quien no trabajaba no debía comer.
Asimismo, no se consideraba al trabajo como un medio de sociabilización, pues se consideraba al ser humano como sociable por naturaleza, concepto superado posteriormente por las doctrinas contractualistas de Rousseau.
Con el pensamiento moderno no hay actividades libres y serviles, todo es trabajo y tiene la misma valoración.
En el desarrollo de tal concepto nos encontramos con los conceptos de Marx y Weber. Para Marx el trabajo cambia en si mismo por la sociedad de clases oponibles y luchando entre si: la burguesía y el proletariado, donde el proletario vende su fuerza de trabajo como una mercancía más, indiferenciada del resto de los recursos.
Para Weber, desde la visión luterana del trabajo, juzgaba que todo el trabajo, sean cuales fueren las profesiones, merecían las mismas consideraciones, con independencia de su modalidad y efectos sociales. Esto se ajustaba a la voluntad de Dios y era una de las maneras de agradarle.
Esta indiferenciación del trabajo justificaba el trabajo manual penoso y el intelectual como necesidad técnica debido a la necesaria división del trabajo. Obviamente Weber, como luego veremos en las Escuelas de Administración clásicas ignoraba que el trabajo es un elemento discriminador debido al distinto status adherido, según el lugar ocupado por el individuo en la producción de bienes.
El pensamiento moderno dio carácter de mito al trabajo.
Para John Locke el trabajo era la fuente de la propiedad y cada hombre era libre de apropiarse lo que era capaz de transformar con sus manos.
Para Adam Smith , padre de la economía clásica ,el trabajo era la fuente de toda riqueza. Tanto las teorías del valor de Adam Smith como de David Ricardo tenían su base en la idea de que el trabajo incorporado al producto constituía la fuente de propiedad y de valor .
Esta mitificación supera el concepto de maldición bíblica y comienza a considerar al trabajo como un medio de realización humana.
La ética puritana completaba la idea del trabajo como trascendental al considerarlo como un fin en si mismo, y en las antípodas de Santo Tomás de Aquino que lo interpretaba como un medio para la conservación personal y social, dando sentido a la vida.
Socialistas utópicos como Saint-Simon manifestaba que el hombre mas dichoso es el que trabaja y afirmaba que la Humanidad gozaría de toda la dicha posible si no hubiera ociosos.
Kart Marx criticó el trabajo en la sociedad capitalista por considerarlo trabajo enajenado, que aliena al proletario que lo ejecuta y que es explotado a través de la extracción de la plusvalía que a él le correspondería.
En la Crítica al Programa del Partido Obrero Alemán, al hacer referencia a la fase superior de la sociedad comunista, señaló que ¨la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo habrá desaparecido y, como consecuencia, la oposición entre el trabajo manual y el intelectual¨.
Sin embargo, en Marx se encuentra la contradicción de que ataba el desarrollo de la productividad, ligada biunívocamente a la división del trabajo, como prerrequisito para la sociedad comunista.
Tal paradoja da a entender que los efectos nocivos de la sociedad capitalista eran embellecidos cuando se ajustaban a las condiciones de desarrollo del comunismo.
El pensamiento positivo moderno incorpora al tiempo en el trabajo como medida de valor y la frase de Benjamín Franklin ¨el tiempo es oro¨es elocuente.
El pensamiento moderno inventó al individuo y tuvo que justificar ideológicamente la construcción de la sociedad, lo cual fue hecho a través de los diversos modelos contractualistas de Locke, Hobbes y Rousseau, pero también a través de la teoría económica de Adam Smith, conforme a la cual la división del trabajo, a nivel comercial o productivo juegan un papel fundamental en la formación estructural de la sociedad moderna.
Así hasta la actualidad, cuando se están cuestionando los paradigmas, cada vez con mayor énfasis, debido al fenómeno de la globalización -que por cierto no es un fenómeno actual. Es merecedor de aclarar que los próximos párrafos implican la descalificación del neoliberalismo económico, aunque queremos suponer que no, del liberalismo como concepción filosófica.
¨ Vivimos en medio de una falacia descomunal: un mundo desaparecido que nos empeñamos en no reconocer como tal y que se pretende perpetuar mediante políticas artificiales. Millones de destinos son destruidos, aniquilados por este anacronismo debido a estratagemas pertinaces destinadas a mantener con vida para siempre nuestro tabú más sagrado: el trabajo.
¨ Una ínfima minoría, provista de poderes excepcionales, propiedades y derechos considerados naturales, posee de oficio ese derecho. En cambio, el resto de la humanidad para merecer el derecho de vivir, debe demostrar que es útil para la sociedad, es decir, para aquello que la rige y la domina: la economía confundida más que nunca con los negocios, la economía de mercado¨ (El horror económico. Vivianne Forrester . Fondo de Cultura Económica).
Por lo tanto, sin necesidad de internarnos en farragosos libros históricos, podemos deducir que vagos y mal entretenidos, pero también el trabajo y los trabajadores existieron desde el inicio de la historia, lo cual continúa hasta nuestros días, en el siglo XXI.
Luego de esa breve introducción sobre el origen del trabajo, comenzando con una bibliografía relevante como la Biblia, podemos avanzar, saltando etapas y pasar a la época del feudalismo, ubicada como Edad Media por los historiadores, mostrando la existencia de las pequeñas y medianas empresas, encarnadas en este caso por los artesanos.
Análisis de la industria urbana en la Edad Media
Cada villa, grande o pequeña tiene un número y una diversidad proporcionales a su importancia, de artesanos , puesto que la burguesía no puede prescindir de los objetos fabricados, que exige la satisfacción de sus necesidades.
Si los oficios de lujo existen únicamente en aglomeraciones considerables, en cambio en todas partes se encuentran los artesanos indispensables para su existencia cotidiana: panaderos, carniceros, sastres, etc.
Los artesanos surtían a la villa y las tierras bajas que la rodeaban. Vende sus productos donde se surte de víveres.
Por lo tanto los pequeños talleres urbanos tienen como clientela a la burguesía local y la población rural circunvecina.
La legislación industrial era muy complicada, pretendiendo proteger al cliente y al fabricante.
Los principios se basaron en la organización de los gremios.
Los trabajadores urbanos se agruparon desde fines del siglo XI en cofradías.
Adoptaron como modelos a las corporaciones mercantiles y las asociaciones religiosas formadas alrededor de las iglesias y monasterios.
Este agrupamiento se hizo para resistir la competencia de los advenedizos y ello unido al papel que desempeñaron los poderes públicos, instituyendo una reglamentación muy minuciosa.
Los señores y los alcaldes los sometieron a su autoridad a través de un derecho de policía sobre la venta de la mercadería y sobre el ejercicio de ciertas profesiones.
En las ciudades episcopales, los obispos se preocupaban además, de que imperaran los principios de la moral católica que imponen a los vendedores un ¨justo precio ¨, que no puede elevarse sin incurrir en pecado.
Esta reglamentación primitiva industrial fue completada por la autoridad comunal cuando florecieron las villas.
Fueron reunidos en agrupaciones profesionales sujetas a la vigilancia del poder municipal. Por lo tanto, a la tendencia espontánea que impulsaba a los artesanos hacia la corporación se agregaba de tal forma el interés de la policía administrativa.
Los poderes públicos reglamentaron los oficios y se permitió a los artesanos la reserva del derecho de sus miembros al ejercicio del oficio a que se dedicaban.
Son grupos privilegiados, ajenos a la libertad industrial, fundados en el exclusivismo y el proteccionismo, poniéndolos a resguardo de la competencia, por medio del carácter de sindicatos obligatorios.
Dicha concesión no fue gratuita y en las actividades estaban sujetas al pago de derechos anuales, tasas u otras gabelas.
Desde la primera mitad del siglo XIII los gremios reclaman el derecho de administrarse por sí solas, sin la vigilancia municipal, y de reunirse para discutir sus intereses, de poseer una campana y un sello, de intervenir en el gobierno al lado de los mercaderes ricos que concentraban el poder.
En el siglo XIV consiguieron obtener -aunque no en todas partes- el derecho de nombrar ellos mismos a sus decanos y a sus jurados y el reconocimiento como cuerpo político y compartir el poder con la alta burguesía.
El rasgo fundamental es el proteccionismo. Contra los productores extranjeros y entre ellos mismos cuidando de que ningún miembro pueda enriquecerse en detrimento de los demás.
Los reglamentos son extremadamente minuciosos; los procedimientos de una técnica son idénticos para todos; fijan las horas de trabajo, imponen el costo, los precios, los salarios, prohíben toda clase de anuncios, determinan el número de utensilios y la cantidad de trabajadores en los talleres, instituyen vigilantes encargados de ejercer la inspección más minuciosa e inquisitorial.
En síntesis, se esfuerzan en garantizar la mayor igualdad posible, aniquilando todo atisbo de iniciativa.
Nadie puede permitirse perjudicar a los demás por procedimientos que lo capacitarían para producir más aprisa y más barato, considerando al progreso técnico como una deslealtad, buscando la estabilidad de las condiciones dentro de la industria.
La protección al consumidor se basaba en el aseguramiento de la calidad de los productos, protegiéndolos contra la falsificación.
El artesano estaba sujeto al control constante de los vigilantes municipales de día y de noche y sujeto a graves penas.
Los miembros de toda corporación se reparten en categorías subordinadas entre ellas: los maestros, los aprendices y los compañeros.
Los maestros constituyen la clase dominante de la cual dependen las otras dos.
El producto fabricado les pertenece por lo cual todas las ganancias de su venta quedan en sus manos.
Los aprendices se inician en el oficio bajo su dirección, puesto que nadie puede ser admitido en la profesión sin garantía de aptitud-
Los compañeros son trabajadores asalariados, que terminaron su aprendizaje, pero que aún no se han podido elevar a la categoría de maestros. Su número es limitado y proporcional a las exigencias del mercado local.
La maestría se halla sujeta a ciertas condiciones (pago de derechos, nacimiento legítimo, afiliación a la burguesía), lo cual hace difícil el acceso.
La venta es directa entre productor y comprador, siendo insignificante la existencia de intermediarios.
El maestro artesano es un empresario independiente, pero sujeto a las reglamentaciones y a su vez protegido por éstas.
También hubo gremios que nuclearon a los trabajadores de la industria de la exportación, consistentes en talleres industriales, que fueron los primeros destinatarios de los adelantos tecnológicos proporcionados posteriormente por la Revolución Industrial que se avecinaba.
Estos trabajadores son proveedores de los mercaderes de mayoreo que se dedican al comercio internacional.
Son provistos de la materia prima que ellos elaboran. Una virtual tercerización, o según la nueva nomenclatura :¨outsourcing¨.
Para las personas que le dan el empleo son simples asalariados.
Damos algunos ejemplos de estos trabajadores: obreros de la seda, batidores de cobre, la industria textil que comprende tejedores, bataneros y tintoreros.
En la gran industria el capital y el trabajo se han disgregado. El obrero sólo conoce al mercader que le paga.
El intercambio directo, carácter esencial de la economía urbana desaparece por completo en este caso, asemejándose a los centros manufactureros del siglo XIX y XX.
Estos trabajadores vivieron expuestos a las crisis y la desocupación, por falta de abastecimiento de materia prima por la guerra, bloqueos o prohibiciones.
Los obreros se repartían en multitud de talleres al mando de arrendatarios de talleres y maquinarias, por lo cual era un trabajador a domicilio, asalariado de un mercader capitalista, sujeto incluso a explotaciones.
Es más, hubo huelgas siendo la más antigüa que se conoce, en Duai, en 1245.
Nacimiento del concepto de Estado
El concepto de estado de Eduard Meyer se identifica con los siguientes rasgos: lo considera más antiguo que el hombre y se correspondería con la horda animal.
Heller opina que el Estado es inmanente al hombre; pero recién se objetiva en la segunda mitad de la Edad Media, donde se considera al Estado como una unidad de dominación, con actuación continua, con medios de poder propios y con limitación personal y geográfica.
El concepto de Estado de Giorke y Spangenberg considera un estado estamental dualista.
Heller opina que el concepto dualista es erróneo, y que por el contrario, tomando el concepto de Hegel es una poliarquía. El poder estaba detentado por los estamentos: Iglesia, nobleza, caballeros, etc.
El concepto de Heller sobre Estado se corresponde con una concentración burocrática del ejército (poder militar), la policía (vigilancia) y una administración centralizada. El traspaso de los medios reales de autoridad y administración privados se convierten en públicos y el poder de mando único pasa al Estado (monismo de poder) relativamente estático.
Es notoria la influencia de la Iglesia en la Edad Media, que tiñó la era en forma distintiva, hasta el advenimiento de otras filosofias, a las cuales haremos referencia.
En la época feudal la Iglesia detentó un poder exorbitante, logrando obediencia de toda la sociedad, sin restringirse en ningún medio coactivo.
Su influencia limitaba e influía al poder político a través del orden secular, que actuaba directamente sobre y dentro de la fuente del poder.
La Iglesia ostentaba una organización monista, la única en esa etapa histórica, tipo de organización que posteriormente fue adoptada por el Estado moderno.
La decadencia de su influencia proviene de la Reforma. El protestantismo viene a ser la religión de una clase, la burguesa, en ascenso, en búsqueda de ideologías que sustenten su accionar.
La riqueza, el lucro, la renta o interés del capital invertido como consecuencia del crédito dejan de ser pecaminosos y son justificados por el credo protestante que es funcional a la clase que lo sustenta.
La salvación deja de ser propiedad exclusiva de la Iglesia y libera a la burguesía de sus ataduras, permitiendo potenciar exponencialmente a la economía capitalista.
Las modificaciones en los aspectos militar, económico y jurídico del mundo antiguo en relación con el Estado Moderno son las expuestas a continuación.
Aspecto militar:
La separación en feudos independientes regidos por el señor feudal y aliado con los estamentos, se mantenía con un estado conflictual siempre latente, entre ellos mismos y con el resto de los feudos..
Se hacía necesario contar con una fuerza militar constituida por los feudatarios y un ejército mercenario a su cargo.
El estado moderno monista concentra el poder militar junto con la administración burocrática y con ello procede a la tributación y consecuente recaudación, usada para el mantenimiento de un ejército profesional regular, con una cadena de mando y una relación dependiente del titular del Estado.
Aspecto económico:
La economía feudal era una economía de subsistencia, con preponderancia del trueque y escasa monetización y donde la manifestación de riqueza estaba basada en la posesión territorial.
En cambio los aspectos del modernismo se manifiesta en una economía concentrada, con capacidad de producción masiva y basada en la propiedad de los bienes de producción.
La monetización y la aparición del crédito, la producción masiva y el mercantilismo imprime alta velocidad a la circulación del dinero, influyendo en la expansión de la economía.
Aspecto jurídico:
En el pensamiento feudal no se distinguía entre derecho público y privado, entre contrato y ley, entre derecho y juicio.
No existía una burocracia judicial y la aplicación de la ley estaba en manos de no profesionales, que se basaban en su arbitrio y en los precedentes (derecho consuetudinario).
En el Estado moderno nace el Derecho positivo complementando al Derecho Natural. Se efectúa la codificación sistemática de leyes, separadas por el área pública y privada, dando origen el derecho público a las Constituciones que suplantan a las cartas o contratos.
Ello propugna a la seguridad jurídica, esencial a la vida de los Estados.
Los litigios son dirimidos por tribunales profesionales, regidos por una legislación unívoca.
Características del estado moderno con respecto a la administración pública.
Funcionarios: son capacitados técnicamente, incorporando saberes tales como la contabilidad, las reglamentaciones y códigos, la noción administrativa de control, en una contexto de división del trabajo por materias o tópicos.
Jerarquías: se ordenan las jerarquías en forma regular (estructural) en base al grado de conocimientos técnicos. Su tarea es full time, asalariada, bajo relación de dependencia del estado centralizado.
Recursos administrativos: una administración tributaria reglamentada, orientada a obtener una recaudación para sostenimiento de la burocracia y el ejército.
Se instauran los presupuestos, lo cual implica el control posterior y el análisis de los desvíos para su posterior corrección.
Derecho: creación de un sistema de reglas unitario, codificado o sea sistematizado, de uso general para todo el territorio, dando origen a la seguridad jurídica, que conlleva la noción de previsibilidad.
El Derecho privado surge por el crecimiento exponencial que provoca la economía capitalista, la doctrina mercantilista tanto por la fabricación masiva de armas para la guerra como de bienes de consumo exportables.
La concentración de la burocracia judicial que usa el derecho codificado, tiene su sustento en la capacidad coercitiva del Estado.
La Constitución es un cuerpo de normas inviolable y autoritaria, que ordenaba las actividades futuras del estado, suplantando a las cartas, que eran contratos suscriptos entre el príncipe y los estamentos.
Relación entre economía capitalista y configuración del Estado moderno.
El surgimiento de la economía monetaria y crediticia coadyuva al surgimiento del Estado moderno.
El manejo económico estuvo adscripto al estamento formado por la burguesía.
La dependencia político-económica del señor feudal con respecto a los estamentos fue superada por el desarrollo de la economía capitalista.
La acumulación de dinero, la reinversión de las utilidades, la concentración de los medios de producción en industrias preparadas para la producción masiva de bienes de consumo constituyen los fundamentos del capitalismo moderno.
El Estado y el capitalismo tienen una relación biunívoca. La necesidad de aquel de mantener una burocracia administrativa y un ejército mercenario, necesitó del aporte de tributos regulares que era aportado en la mayor medida por la burguesía, que se constituyó en el sostén económico del Estado.
Continúa hasta nuestra época la disfunción estructural provocada por el conflicto entre el estado que afirma -o intenta hacerlo- su independencia política en oposición a la burguesía, constituido en un factor de poder y grupo de presión que condiciona - o intenta hacerlo- al Estado, para que éste adecue sus políticas a sus intereses económicos.
El autor alude a un estado de tensión entre el mando político y el económico, característico de la democracia capitalista.
Ese estado tensional marca avances y retrocesos, que las democracias actuales han ido resolviendo parcialmente. Cuando hay consenso, unanimidad sobre cualquier aspecto de la sociedad, queda instaurada una política de Estado superadora del conflicto.
Conclusión: el gran tema a resolver es encontrar la fórmula de equilibrio, que seguramente pasará por un promedio de la suma entre utopía y pragmatismo dentro de la democracia, sistema imperfecto, pero el mejor de los conocidos.
Introducción a la Modernidad:
El fenómeno histórico que da origen al inicio de la Modernidad se encuentra en el quiebre del orden feudal dando lugar a un nuevo orden y en un contexto histórico liderado por la burguesía en ascenso. Esta nueva ideología es un saber que viene sobrepuesto sobre una clase social, que la utilizará como arma fundamental en su lucha.
La ciencia social, que es una de las armas poderosas del enfrentamiento se transforma en un saber totalizador, pretendiendo comprender toda la realidad pasada, presente y futura.
Se supera el orden vigente del la primera etapa del siglo XVIII, donde el orden feudal consideraba la idea de progreso como negatividad (no como estancamiento) dando lugar al pensamiento burgués, donde el progreso se convierte en positividad, siendo el cambio necesario y deseado.
El nuevo orden social toma la noción de etapa, y esta nueva sociedad pasa a ser considerada como una etapa más avanzada respecto de la anterior, es decir como progreso positivo.
En la primera etapa, esta actitud ideológica de la burguesía es débil aún.
Estamos en el período del absolutismo
Todavía no se han constituido las grandes naciones capitalistas.
A mediados del siglo XIX las dos grandes construcciones históricas universales de los tiempos modernos se agregan al Cristianismo preexistente.
Por un lado el Positivismo, como construcción histórico-universal del orden burgués y por el otro el Marxismo, que se realiza a partir de éste, oponiéndosele como arma ideológica por una nueva clase surgida de la revolución industrial y representada por el proletariado.
La semejanza entre positivismo, marxismo y cristianismo es que todas son construcciones histórico universales, que totalizan el saber humano y comprenden todo el devenir social desde el punto de vista de un conjunto o sistema de ideas, que entiende y responde a todo.
Los dos sistemas nuevos son de origen naturalístico, es decir no basados en la idea de Dios, sino a partir del conocimiento natural de las cosas.
El Positivismo tiene su raíz fundamental en la filosofía cartesiana.
Los cuatro famosos conceptos del ¨Discurso del Método¨ encierran el fundamento del método cartesiano y son la base de todo el pensamiento posterior.
1º) No aceptar jamás ninguna cosa por verdadera si no veo evidentemente que lo es...y no incluir en mis juicios nada más que lo que se presente tan clara y distintamente a mi espíritu, que no tenga ninguna ocasión de ponerlo en duda,
2º) Consiste en dividir cada una de las dificultades que examino en tantas partes como sea posible y necesario para resolverlo mejor.
3º) ordenar los pensamientos, comenzando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, subiendo lentamente por grados hasta los conocimientos más complejos.
4º) hacer de todo enumeraciones tan completas y visiones tan amplias que sea imposible omitir nada.
Luego todo punto de partida para un conocimiento debe basarse en el pensamiento, de ahí toda la tradición y tendencia racionalista que tiene la escuela positivista, siendo la objetividad uno de los elementos de la sociología burguesa.
La objetividad se presenta como una separación radical entre sujeto y objeto. El pensamiento del hombre tiene un ¨afuera¨, que es la realidad exterior y la misma posee un ordenamiento, una lógica de funcionamiento, un orden interno., que es descubierto a través del principio básico de la objetividad, que establece la experimentación, para evitar que el sujeto imponga su propia connotación subjetiva a la conclusión.
Podríamos decir que el principio de objetividad es la reacción bipolar al principio de subjetividad del cristianismo o del mundo religioso, que establece que el mundo de los hechos es preestablecido, que posee un grado de necesidad inmodificable, y que el hombre no puede variar la realidad más allá de su mero acontecer cotidiano. La realidad está determinada a cumplir un determinado ciclo que es absoluto e inmodificable.
Vale decir, la fe, el conocimiento que surge de la fe más profunda, es el único conocimiento válido.
La reacción del positivismo consiste en arrancar la subjetividad al conocimiento para transformar a la razón en el elemento fundamental del conocimiento, estableciendo una separación radical entre la razón que conoce y este objeto que tiene que ser conocido por la razón. Esto permitió la liberación del sujeto de la atadura de la necesidad inmodificable y lo proyectó a la posibilidad de investigar libremente a la realidad.
Evidentemente, el optimismo por la objetividad estaba basado, cuando aparece en las condiciones históricas de la burguesía - y el capitalismo- triunfante que observaba que la realidad social se iba transformando y modificando estructuradamente de acuerdo al desarrollo económico, al afianzamiento del orden que se instauraba.
Esta noción de objetividad, este optimismo hace crisis a fines del siglo XIX y principios del XX, cuando las grandes luchas sociales comienzan a cuestionar la validez histórica, la legitimidad del sistema, comenzando el repliegue hacia la subjetividad dentro del pensamiento de tradición burguesa.
Aparecen la fenomenología, el existencialismo, el psicoanálisis, incorporando nuevos enfoques que, al margen de sus aportes positivos, no resuelven la radical separación entre sujeto y objeto que es propia de la tradición del pensamiento burgués.
Obviamente, al leer los conceptos de Forrester con motivo de la introducción al concpeto de trabajo, vertidos más arriba, podemos entender que no ha sido justamente un lecho de rosas el camino recorrido desde la Edad Media hasta la actualidad, pero su obra carece de un análisis de las penurias sufridas en el período feudal.
Ese orden de pensamiento, sin intentar similitudes inapropiadas, podría tener un sesgo de cierta nostalgia, sentimiento padecido por los románticos europeos y también por la literatura criolla, añorando el retorno al campo como si éste hubiera sido un Paraíso perdido.
Influencia por el desarrollo de las ciencias y las técnicas en la Edad Moderna
La puesta en práctica de los descubrimientos fundamentales efectuados en el siglo anterior por Galileo, Leibnitz y Newton provocó un verdadero despegue tecnológico.
Los pensadores ilustrados tomaron el ideario que les permitió realizar el evangelio de la razón, fundado en las ideas de Descartes, como hemos visto más arriba.
Según los racionalistas, la razón bastaba al hombre para descubrir las leyes de la naturaleza y aplicarlas para regular la vida social con prescindencia de los preceptos religiosos utilizados para consolidar los estados autoritarios.
La renuncia a los intolerantes dogmas religiosos sería una consecuencia natural del uso público y privado de la razón. La importancia de la ideología de la razón, sustento de los racionalistas, reconoció un origen común en las doctrinas filosóficas de René Descartes, expuestas en 1637, en el supra mencionado Discurso del Método y fue considerado como el padre o fundador de la Modernidad.
Tanto en el ámbito científico cuanto en el filosófico y político este movimiento de Ilustración puede ser caracterizado en común sólo por la enorme confianza depositada en la mente humana, que entre otras cosas sería el artífice de la noción de Progreso, una idea que permitía presumir que la sociedad, organizada de acuerdo a la Razón, mejoraría indefinidamente.
En todo caso, emancipar al espíritu humano de la superstición e ignorancia parece ser ese rasgo común de los pensadores ilustrados, en contra de los defensores del Antiguo Régimen y de los privilegios feudales y clericales.
Los científicos contaban con instrumentos ópticos que multiplicaban la percepción visual y con instrumentos de medición fiables gracias al progreso de la relojería.
En un clima cultural favorable, se desarrollaron las matemáticas y la física y proliferaron las sociedades de pensadores y las publicaciones especializadas.
Las obras de divulgación despertaron el interés público y los trabajos de las Academias comenzaron a contar con el apoyo de los soberanos.
Se registraron progresos notables en geografía, botánica, mineralogía, medicina, farmacia, física y química.
Se habían descubierto los grandes principios de la gravitación universal, las leyes que rigen la evolución de los seres vivos, como en el darwinismo, por ejemplo.
Fue el comienzo de la Revolución Industrial.
Aspectos sociales, políticos y económicos:
El humanismo intentó una nueva síntesis entre el objetivo dominante de la salvación en la vida post-terrena y las posibilidades de realización del hombre en su existencia ahora y aquí.
Este delicado equilibrio entre las esferas espiritual y material tenía profundas consecuencias en dos cuestiones principales. Por una parte, las relaciones entre el poder espiritual de la Iglesia y el terrenal de los príncipes.
Por otra, desde la perspectiva de la ética del Cristianismo, la legitimidad de la búsqueda del beneficio, incluyendo el del interés sobre los préstamos.
Estos fueron dos conflictos dominantes a lo largo de la Baja edad Media y ambos fueron plenamente resueltos durante el Primer Orden Económico Mundial, surgido de la revolución industrial.
La primacía del poder religioso sobre el secular fue rechazada por quienes encarnaban la filosofía renovadora del renacimiento.
Dante Alighieri (1265-1321) y Marsiglio de Padua (1280-1343) subrayaron la autonomía de las esferas temporal y espiritual y depositaron en el emperador la autoridad suprema en el ejercicio del poder terrenal. Esta tesis influyó en la posterior evolución del pensamiento político, en particular de Tomás Hobbes (1588-1679).
La reivindicación de la supremacía del poder político y su autonomía frente a la esfera eclesiástica se consumó con la obra de Nicolás Maquiavelo (1469-1527).
Los análisis teológicos fueron eliminados del análisis de la naturaleza del poder y su ejercicio. ¨Los hombres no gobiernan el Estado rezando el Padrenuestro¨
La acumulación mercantilista y la evolución de las ideas fueron demoliendo progresivamente la concepción de un mundo cristiano unificado, del ser humano consagrado a la Salvación eterna y lo efímero de los intereses terrenos, los cuales subordinados a los espirituales debían quedar bajo la autoridad suprema de la Iglesia. Ya hemos hablado del quiebre del orden feudal y esta concepción es uno de sus fundamentos esenciales.
Las ideas económicas dominantes registraron cambios convergentes con los desarrollos del pensamiento político y las transformaciones económicas impulsadas por la expansión mercantil y urbana.
Los mercaderes compatibilizaban la especulación y el préstamo a interés con el apoyo a la Iglesia y el financiamiento de la construcción de catedrales y el arte religiosos. La Salvación era compatible con el éxito en el mundo real de los negocios.
Hacia 1500 el cuestionamiento de la moral cristiana al beneficio y el interés estaba en franco retroceso.
A partir del siglo XVI, la Reforma amplió el sustento teológico de la acumulación de la riqueza como expresión legítima de la realización del hombre en su existencia terrena y de la Salvación.
Justamente, es ésta la ideología de la clase burguesa en ascenso, en el aspecto religioso.
Los mercaderes y cambistas propiciaron una educación práctica fundada en la escritura y la aritmética, que contribuyó al desarrollo de los registros de contabilidad por partida doble (Luca Paccioli) y a la reforma de la empresa con la aparición del concepto de la responsabilidad limitada. Esto, a su vez, desembocaría en la formación de las primeras sociedades por acciones.
El uso del cero,de los numerales árabes, el empleo de la datación moderna y la medición precisa del tiempo facilitaron el registro y el desarrollo del comercio y los cambios. La necesidad de personal capaz de emplear las nuevas técnicas contables y administrar empresas en las cada vez más complejas relaciones entre mercaderes y cambistas estimuló la formación de recursos humanos calificados.
El desarrollo de la imprenta y la difusión del libro, convertido en un producto artesanal contribuyó a la capacidad del personal requerido.
El desarrollo económico se basaba en el factor fundamental dado por la acumulación de capital, que dio origen a la evolución económica y social su fuerza motriz esencial.
El nuevo carácter de la aplicación del ahorro y de las inversiones en Europa provocó transformaciones radicales en la actividad económica, el desarrollo social y el comportamiento político.
Las fuerzas desencadenadas por la revolución cultural y la urbanización del Renacimiento sirvieron para que fundaran un proyecto de expansión planetaria, reflejada en la expansión de ultramar y del comercio internacional.
El capitalismo implica la existencia de dos condiciones. Por una parte, la existencia de la empresa que emplea capital y mano de obra en la producción de bienes y servicios y/o su comercio en la búsqueda permanente de beneficio y su reinversión. Por otra, la progresiva organización de la mayor parte de la actividad económica sobre la base de tales empresas y de un mercado en el cual se transan los bienes y servicios producidos y los factores de la producción.
Profundización sobre el aspecto social de la burguesía
La fase inicial de la industria, que es la del capitalismo trajo ventajas sobre el orden feudal preexistente.
Hubo un notable progreso científico y tecnológico, y por primera vez en la historia humana resultó teóricamente posible, satisfacer las necesidades básicas de toda la población.
Se elevó el nivel de vida de la población, se incrementó la libertad personal y apareció la posibilidad de ascender y descender por la escala social, sin importar accidentes como el origen o la casta. Paulatinamente se va dejando atrás la sociedad estamental.
La iglesia católica pierde su autoridad para coartar la libertad de pensamiento y de investigación científica.
El hombre pasa a ser individuo siendo que en la Edad Media el hombre solo era consciente de sí mismo como miembro de una raza, pueblo, partido, familia o corporación, es decir a través de alguna categoría general.
El desarrollo del individualismo corrió paralelamente en las esferas cultural, social y económica especialmente, fomentando la empresa privada.
El ascenso gradual del nivel de vida debido a las nuevas y crecientes demandas y a los nuevos medios de satisfacerlas va dando origen al capitalismo.
Las viejas definiciones de precio justo y de justicia social se desintegraron al aumentar la riqueza y los gremios se disolvieron al aumentar también el capital necesario para adquirir equipos y maquinarias sofisticados.
Como consecuencia del individualismo y a diferencia del sistema feudal, donde como hemos visto cada quien ocupaba un lugar fijo en un sistema social ordenado y transparente, se cambia hacia el subjetivismo, donde cada individuo conducía su destino, dentro de las posibilidades del nuevo entorno.
El modo de producción capitalista está imbuido de cambio y la necesidad de producir inmensas cantidades de mercancías, condicionado por un determinado desarrollo de las fuerzas productivas y a su vez por una determinada relación entre los hombres, propietarios de medios de producción (burgueses) y propietarios de su fuerza de trabajo (el proletariado).
El individuo en relación de dependencia con el que posee la propiedad obtiene una teórica libertad absoluta en cuanto a su trabajo y se sujeta en forma abstracta y no concreta, porque el trabajo deja de ser una cosa concreta para constituirse en una abstracción: una mercancía. El individuo deja de serlo para constituirse en fuerza de trabajo y se define como el proletario de la fuerza capitalista.
El desarrollo burgués clásico se caracteriza por un gran proceso de acumulación de capital, a su vez reinvertido en la reproducción de fuerzas productivas, para abastecer una demanda creciente del mercado interno, identificado como consecuencia de la aparición de la Nación como característica distintiva del capitalismo, en oposición a los absolutismos.
La nación surge como consecuencia de la ruptura de todo el sistema aduanero interno que existía en la edad feudal.
Todo este período de consolidación de la forma Estado y de las aparición de las relaciones típicamente capitalistas requirieron una legislación punitiva.
No sólo la afirmación del poder estatal por sobre las autonomías humanas y locales requerían esa violencia..
El nuevo orden estatal y capitalista liberaba al siervo feudal de sus cadenas pero asimismo los despojaba de sus medios de producción -tierra, las fuentes comunitarias de subsistencia, sus herramientas-. Las reglas del mercado capitalista intentarían imponer un difícil equilibrio entre la reclamada igualdad en el proceso circulatorio de bienes con una marcada desigualdad en el mercado productivo.
El Iluminismo y la construcción del Estado:
En la manera en que estaba organizada la cosa pública, esos Estados que habían surgido en Europa a partir del siglo XIII y que, desde fines del siglo XVII habían dado lugar a los gobiernos absolutistas y concentradores del poder en una monarquía que oscilaba en sus apoyos en una burguesía urbana y los poderes tradicionales.
La Ilustración fue el momento en que la burguesía emprendió claramente su lucha contra estos poderes tradicionales de la nobleza y del clero, y también en parte contra el absolutismo monárquico.
Se aceptó entonces la noción monárquica de soberanía, pero con el reconocimiento de que ésta no era propiedad de un particular, sino que está conformada por todos los que han pasado de ser súbditos a ciudadanos.
La misma condición de ciudadano irrogaría la contradicción de pretender incluir pero practicar la exclusión de aquellos que no podrían integrar esa categoría, sobre todo cuando quedaba emparejada con la noción de voto.
Niños y jóvenes, extranjeros, minorías y mujeres serían personas de segunda categoría, al no gozar de muchos de los derechos que tendrían sólo los ciudadanos.
Otra contradicción surgiría de la idea de ´contrato¨, que resulta fundamental para esta economía del poder.. Aquella misma concepción individualista que ponía su fe en la razón humana es la que está en el origen de los diversos modelos de ¨contrato ¨ que explicarían en la Ilustración las formaciones políticas basadas en el individuo, características del pensamiento liberal y opuestas a las previas formas organicistas.
El liberalismo, que pretender ser el único heredero de las diversas ideas de contrato social, aparece reflejado en las ideas de Locke.
Este pensador del siglo XVII hace hincapié en la tolerancia y en los derechos naturales -hoy derechos humanos- como límites al accionar de los gobiernos.
Locke teoriza sobre un gobierno liberal en política y en economía, con un Estado con poderes y funciones limitados. El Estado solo se justificaría si sirve para asegurar los derechos que ya existen en el derecho de naturaleza.
El contrato tiene dos partes: a) los individuos deciden entre ellos la creación de una autoridad superior, consensuada por los individuos para la formación de un Estado político; y b) con la salvedad de que los derechos naturales no dependen de esa institución, es decir no ceden todos sus atributos ni la aparición de estos como consecuencia del contrato, sino que estos atributos(naturales) y entre ellos el más importante de todos, que es la propiedad, preexisten y subsisten a la constitución del Estado.
La idea de Estado de naturaleza de Locke se identifica con la racionalidad, la libertad y la igualdad de los individuos, derechos universales de los individuos que el estado debe resguardar y proteger.
El concepto de democracia de Locke, liberal, reconoce la validez de leyes superiores al propio estado; de ahí son sus ideas sobre la separación de religión y política, democracia, soberanía popular y derecho de resistencia, que son las claves del contractualismo llevado a la práctica mediante las declaraciones de derechos y constituciones que llegan hasta la actualidad.
En todo caso, emancipar el espíritu humano de la superstición y la ignorancia parece ser el rasgo común de los pensadores ilustrados en contra de los defensores del Antiguo Régimen y de los privilegios feudales y clericales.
Todas las ideas y pensamientos filosóficos se expresaron a la vez en la Enciclopedia, diccionario razonado de las ciencias, artes y técnicas, obra colectiva en la cual los franceses pretendían registrar todo el conocimiento adquirido hasta entonces.
Los promotores de este proyecto fueron Diderot y D´Alembert y en la obra escribieron desde Montesquieu hasta Rosseau.
Sin embargo los que escribieron en esta monumental obra no dejaban de ser una muestra del absolutismo ilustrado. Casi todos los hombres de la Ilustración, incluido Kant no creían necesario un cambio de régimen, ni discutir sobre la legitimidad en la soberanía. Ellos creían que cualquier gobierno era positivo si estaba guiado por la razón y tenía como objetivo la educación del pueblo para que todos alcanzaran la verdad y obrar conforme a ella.
La Ilustración debe su fuerza al aumento de la producción y del comercio posibilitada por los adelantos técnicos.
No es casual que sus representantes hayan surgido de los sectores burgueses más prósperos, que miraban a Inglaterra y admiraban la organización política de ese Estado, que había sido limitado en su poder político.
Todas estas discusiones filosóficas nunca se pensaron como ajenas a los problemas a la vez teóricos y prácticos de la organización social, de los fundamentos del poder y de los límites del ser humano en el trato con otros seres humanos. La discusión era -y es-una discusión sobre el poder.
En la exposición podemos observar como se entremezclan lentamente los conceptos del feudalismo con el de modernidad, dándose lugar al cambio de Edad histórica, cuyo signo definitorio es la Revolución Industrial, a la cual nos referiremos con especial énfasis, debido a las múltiples consecuencias económicas, sociales y políticas que tal fenómeno genera.
Giddens hace mención a las dimensiones institucionales de la modernidad, abordando de tal modo el tratamiento del estudio de la Estructura, que constituye uno de los grandes temas de la Sociología
El análisis de la estructura de las sociedades también puede ser efectuado desde las construcciones históricas universales modernas: el Positivismo y el Marxismo.
El concepto marxista para intuir la estructura, necesita considerar ciertas premisas: considerar al hombre como un ser histórico, que se analiza a través de la relación dialéctica entre necesidad y satisfacción.
El elemento fundamental que une los dos elementos es el trabajo.
Por lo tanto, la sociedad humana es el producto de esta necesidad-satisfacción-trabajo , y a través de ese movimiento circular, constante, dialéctico, los hombres se relacionan unos con otros en una actividad cooperativa.
El marxismo no definió a la estructura, luego en base a los elementos o premisas pre-mencionados se podría arriesgar una definición a los efectos expositivos: ¨la sociedad sería la objetivación de la necesidad humana¨.
El positivismo define a la estructura como ¨un conjunto de partes o aspectos interrelacionados entre sí, que forman la sociedad¨.
Los aspectos interrelacionados son: a) la existencia de la cultura, b)un grupo humano portador de la cultura y c)una estructura básica de personalidad, donde adquieran realidad psicológica los contenidos de la cultura.
Los aspectos que se interrelacionan es una analogía con el organismo.
El análisis estructural posee dimensiones, que son segmentos de esa estructura, pasibles de ser estudiados como categorías.
Las dimensiones según el positivismo son cuatro: 1) la dimensión institucional, 2) la demográfica y ecológica, 3) la étnica y 4) la estratificación social.
Como podemos apreciar, los autores nos remitimos a esta visión ortodoxa del la sociología positivista.
El análisis de la dimensión institucional estudia los aspectos interrelacionados de esta categoría, definiéndose a las instituciones como el conjunto de normas standarizadas.
Debe hacerse mención a otro aspecto dimensional que es la estratificación social.
Los modelos básicos con los que trabaja el positivismo son: a) el sistema de castas, cerrado y sin movilidad, siendo el ejemplo más elocuente la India; b) sistema de estamentos, cerrado, pero con movilidad, que identificamos con el feudalismo y c) el sistema de clases abiertas, que pertenece a la sociedad industrial.
Se necesita, asimismo, ampliar el concepto de interrelación en la dimensión institucional, para lo cual hace falta definir el concepto de interrelación según el positivismo.
La interrelación es ¨el ajuste recíproco de las partes, lo cual implica la búsqueda automática del equilibrio ante la aparición de un desajuste¨.
Este desajuste es el conflicto y es considerado como una patología y no como un elemento de transformación, por medio de la dialéctica.
La aparición de la globalización, o mundialización , se sucede a escala planetaria y constituiría, en sus efectos, una disfunción de la estructura.
CAPITALISMO:
• Capitalismo: división entre los propietarios de los bienes de producción y la fuerza de trabajo, en un mercado global.
La acumulación de capital - y la reinversión de la renta generada por él- originó a la empresa capitalista.
Su objetivo manifiesto fue la generación de riqueza en modo indefinido, de acuerdo con la pauta de progreso indefinido.
Como consecuencia de la riqueza se asocia al poder, y este es reorientado a los efectos de seguir obteniendo riqueza.
Se puede definir al capitalismo con el enfoque de la concepción marxista, puesto que según Marx, la característica del capitalismo es que transforma a la sociedad en una inmensa acumulación de mercancías.
Esta necesidad está condicionada por un determinado desarrollo de las fuerzas productivas, que a su vez establece una determinada relación entre los hombres: los propietarios de los medios de producción (que son minoría) y los no propietarios (proletarios), que son mayoría.
El trabajo deviene una mercancía adquirible por el capitalista en el mercado, al precio fijado por la oferta y la demanda.
Se puede afirmar que las sociedades capitalistas son un subtipo de las sociedades modernas, con rasgos típicos.
Otro rasgo del capitalismo, que debe mencionarse es la innovación tecnológica, fruto de su naturaleza competitiva y expansiva.
La innovación tecnológica es el fruto de onerosas inversiones en investigación y desarrollo, que son el medio necesario para poder mantener innovaciones constantes y lograr competitividad.
El know how, tecnologías, equipamiento y productos están sujetos a patentes.
Se consideran una mercancía más y por ende exigen el pago de royalties, a los efectos de recuperar las inversiones efectuadas en I+D , más un mark up por utilidad.
Sobre el lugar de uso de las tecnologías de vanguardia, y aún en la onerosidad de la misma objetivizado por los royalties, hay muchísimas críticas de intelectuales adscriptos al nacionalismo, o al nacionalismo industrial si se quiere.
Damos a continuación un ejemplo, transcribiendo literalmente la opinión del Juez Salvador María Losada. Empresas Multinacionales. Editorial El Coloquio de CsEcon.1973
¨Uno ( de los problemas) se refiere a la tendencia decreciente en la eficacia sustitutiva de esa sustitución de importaciones cuando el proceso es controlado por compañías extranjeras. Como ellas son parte de un sistema de decisiones que transciende el horizonte nacional de cada país aisladamente, tienden a descentralizar geográficamente ciertas actividades y a centralizar otras. Entre estas últimas, es decir en las centralizadas, están las actividades apoyadas en tecnologías de vanguardia, por lo cual, en la medida que se avanza en la sustitución de importaciones de productos más complejos, aumenta la dependencia de insumos provenientes de la empresa matriz¨.
El autor citado no explica porqué la casa matriz debería radicar las innovaciones tecnológicas de vanguardia fuera de su país, si ello es contrario a sus intereses económicos.
Asimismo, en el punto ¨Los correctivos¨ expresa su alineamiento con el criterio de la Corte para fallar en el caso ¨American Cyanamid c/Unifa,21-12-72 al validar el art.4º de la Ley 111 de Patentes, que exime del patentamiento a las composiciones farmacéuticas , porque ¨el altísimo interés nacional de la salud conduce razonablemente a legislador a excluir a esa composiciones farmacéuticas de la protección constitucional de la propiedad. Continúa: pues bien, ¨el altísimo interés nacional del desarrollo (ya no solo las patentes atinentes a la salud), debe también legitimar la libre captación internacional de toda aquella tecnología que efectivamente concierne al desarrollo¨.
Algunos otros autores califican a tal actividad como piratería, en un contexto de inseguridad jurídica, que desalienta la inversión privada, extranjera o nacional.
Continuando con Giddens, el autor menciona otro rasgo, y es que la economía está ¨aislada¨ de otros campos, especialmente de las instituciones políticas, identificado con el condicionamiento - no determinación- efectuado por la empresa capitalista sobre la autonomía del Estado, debido a que escapa - o puede hacerlo- al control de éste.
Otro rasgo predominante del capitalismo versa sobre la oposición de intereses entre capitalista y proletario.
La existencia del capitalismo está conectada no sólo a la propiedad de los medios de producción sino a la existencia de la mano de obra asalariada, que en idioma sociológico estaría corporizado en el proletariado.
La mano de obra es una mercancía, y como tal se paga al precio determinado, resultante de la interrelación de la oferta y la demanda.
A los efectos de la ampliación de conceptos podemos decir que la empresa capitalista, en su versión multinacional constituyen un tipo surgido del período de la post Segunda Guerra Mundial.
Al fenómeno de conglomeración o concentración, aumentando su tamaño y su capital accionario, se le suma la combinación, es decir la diversificación sectorial, no sujetándose ya a las grandes empresas extractivas de materias primas o producción energética, sino abarcando la totalidad de los sectores económicos, con especial énfasis en los más dinámicos.
Asimismo, se la acompaña con una diversificación geográfica.
Empresas transnacionales:
El capitalismo está corporizado en las empresas transnacionales (supra-nacionales), con un capital accionario mayoritariamente anónimo, que se cotizan, compran y ventas en bolsas de valores internacionales.
Su objetivo es esencialmente económico, y la incursión en la política de los estados en que actúan es funcional a su objetivo económico.
La visión de la empresa capitalista es internacional, buscando el beneficio a través de múltiples herramientas. Por ej.: el aumento de la productividad o la disminución del costo del factor trabajo está orientado a la consecución de una mayor utilidad.
Sus filiales, distribuidas a lo largo de los mercados desarrollan las políticas diseñadas por su casa matriz; es decir que el centro de decisiones está alejada del centro de decisión y responden a él.
Por lo cual superan las facultades soberanas de los estados, puesto que sus objetivos pueden ser divergentes.
INDUSTRIALISMO
• Industrialismo: desarrollo tecnológico de los factores de producción
En este caso Giddens define al industrialismo a través de sus características y define como su esencia al uso de maquinaria, sea esta básica o de alta tecnología.
Presupone a la empresa industrial como una organización social regularizada de la producción, que coordina la actividad humana, las máquinas y las entradas y salidas de materias primas y productos.
Esta definición, presumo, sería ampliamente criticada por los expertos en Administración, puesto que el campo de la administración es mucho más amplio que lo enumerado por Giddens, y en especial la ausencia de una función esencial, que es el control.
Otro autor, (Dahrendorf. Sociología de la industria y de la empresa Ed.Uteha) opinaría que la definición de Giddens acude a un reduccionismo, que provocaría la ruptura de la visión conjunta, que científicamente ha de perseguirse.
Por ello define a la empresa industrial como ¨una forma de organización social (según muchas definiciones una ïnstitución¨) en la que se funde en una unidad elementos económicos, técnicos, jurídicos y sociales que ningún análisis parcial debe perder de vista¨.
El avance de la empresa industrial a través del tiempo ha dejado de lado la estrategia de formación de empresas verticalmente integradas, sino que propugnan la creación de empresas satélites, dependientes, proveedoras de partes y piezas, que son operadas por empresarios privados e independientes, siendo su producción sujeta a pautas de calidad internacional (normas ISO), siendo el condicionamiento por excelencia el precio de referencia o target price.
Es un sistema organizativo de las empresas capitalistas.
Este sistema se maneja con las herramientas de la administración de empresas.
La visión de Giddens, literalmente, es ¨el industrialismo presupone la organización social (fábrica) regularizada de la producción, que coordina la actividad humana, las máquinas y las entradas y salidas de materias primas y productos¨.
Para nuestro gusto es una visión restrictiva, puesto que dejaríamos afuera a múltiples empresas, por ejemplo de servicios, por ej. de comercialización, publicidad, tecnología de la comunicación e información. Asimismo deberíamos aceptar el eufemismo de llamar a los servicios médicos industria de la salud, o a los grandes estudios cinematográficos como la industria del cine, entre otros.
VIGILANCIA
• Vigilancia: Control de la información
En el siglo XIII europeo apareció la estructura del Estado, y a través de ella se comienza a gestionar el conflicto.
El Estado absolutista, que impuso una forma punitiva sería fuertemente cuestionado en el sigo XVIII por el Iluminismo, forma filosófica y política, que tuvo un concepto propio para la vigilancia.
Se plantearía la idea del contrato para justificar al Estado y la necesidad de orden desde la igualdad y libertad de los individuos, poniendo límites al Estado y del ejercicio del poder punitivo, relacionado con los principios jurídicos, de legalidad y las garantías individuales.
Ya durante el siglo XX se recurrirá a los estudios de la sociedad como sistema y a analizar las funciones que cumple el delito, la pena y las instituciones que mantienen el orden por medio del control y la prevención del comportamiento desviado.
Estado y capitalismo están intrínsecamente unidos ya que son dos aparatos de la nueva forma del ejercicio del poder. La soberanía implica que la autoridad -sea cual fuere- puede dictar leyes y no limitarse a aplicar las existentes o consuetudinarias.
Cuando se creó un aparato de Estado aceptado, supuso la aparición d e una jerarquía de servicios especializados en el mantenimiento del orden -origen de jueces y policías- y el propio derecho se hizo coercitivo, estableciendo penas para los delitos de acuerdo con códigos emanados de una autoridad central.
Hay una escisión entre la empresa capitalista o industrial y la vigilancia ejercida por el estado, al igual que se verá en el monopolio del poder militar.
El concepto de vigilancia genera aparatos para hacer operativa la misma, supervisando las actividades de la sociedad en la integralidad de sus aspectos, por lo cual incorpora los controles administrativos, políticos, de la información, económicos, sanitarios, ecológicos, etc, todos ellos sustentados en cuerpos legales positivos.
Desde este aspecto y llevado al plano local, observaríamos instituciones típicas como el Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y la Secretaría de Prensa con su correspondientes subsecretarías, que ejercen control sobre las agrupaciones políticas y sobre los medios de comunicación masivos.
No hay acotación sobre si las diversas instituciones dedicadas al control, sea de legalidad, habilitación u operatividad, etc de los organismos dependientes están comprendidas en la noción de vigilancia.
Para citar dos ejemplos, diría: La Inspección General de Justicia, que se dedica al control de legalidad de las sociedades comerciales o civiles y el Ministerio de Educación, como control de las instituciones educativas en cuanto a su operatividad, plan educativo, por dar dos ejemplos.
PODER MILITAR
• Poder militar: control de los medios de violencia
En plena sociedad medieval la violencia es ejercida por los caballeros, bandas de jóvenes sin raíces, obligados a la aventura para sobrevivir, puesto que siendo la tierra el equivalente de la riqueza, se temía que se menguara el patrimonio a causa de la herencia, lo cual dio lugar a la institución de la primogenitura o mayorazgo.
También se casaba un joven por familia, luego el resto, debía quedarse sin mujer legítima y sin vínculos.
Los hombres de guerra vivían dispersos en el reino y su deporte era la guerra o el simulacro de ella en los torneos.
El clero es quien comienza a propugnar asambleas, predicando ¨la paz de Dios¨, origen de una especie de codificación de la guerra, relegando el uso de la violencia a espacios limitados y determinados.
En el siglo XIII la violencia es más difusa y se encamina hacia la guerra con otros Estados, reforzándose ellos con la contratación de mercenarios, que contra un pago de dinero, el sueldo o remuneración de la soldada, aceptan participar en expediciones militares de conquista o defensa.
En épocas de paz estos soldados vivían a costa del pueblo devastándolo.
La Iglesia los condenó y persiguió como herejes, intentando establecer la paz; pero siempre eran sostenidos por los príncipes y su necesidad.
Fuente: Georges Duby .Año 1000-2000.La huella de nuestros miedos Ed.Andrés Bello.1995.
El éxito del monopolio de los medios de violencia recién se asegura en el Estado moderno conjuntamente con el establecimiento de la conexión del poder militar con el industrialismo, debido al avance de la producción masiva y avanzada tecnológicamente de armas, bajo ese sistema productivo.
El advenimiento del contrato social, y sus derivados como el contrato laboral escinde a la empresa capitalista o industrial del uso de los medios de violencia, que se monopoliza en el Estado, para el mantenimiento del orden interno y con una mirada hacia el exterior, a través de hipótesis de conflicto, según las determinaciones de la geopolítica.
El uso de la violencia institucionalizada por motivos económicos se manifiesta en la expansión territorial o búsqueda del espacio vital, para obtener o asegurar el abastecimiento de materias primas de las grandes industrias extractivas en los dominios coloniales, incluyendo el expolio y la utilización de mano de obra semiesclava.
También se incluye el uso de la violencia para el cobro compulsivo de deudas crediticias por medio de expediciones militares y el bloqueo naval, que recién se limita a principios del siglo XX por la aceptación internacional de la Doctrina Drago.
La irrupción del comunismo soviético da origen a numerosas acciones de guerra, con el objeto de detener el avance del mismo. Como ejemplos de ello podemos recordar las guerras de Corea y Vietnam.
El término de la II Gran Guerra origina el estado de guerra fría entre dos sistemas doctrinariamente antagónicos: el capitalismo y el marxismo, reinterpretado por los bolcheviques orientados por la doctrina stalinista.
Deja de tener vigencia los conceptos vertidos por Clausewitz en su obra ¨ De la guerra¨, puesto que el monopolio de la violencia ejercida por los estados no se compadece con la acción punitiva sino por la amedrentación a través del poderío nuclear, manteniéndose un status quo de no beligerancia, debido a las consecuencias, ya experimentadas con el ejemplo de Hiroshima y Nagasaki.
En una visión histórica, algunos autores entendían que el poder militar respondía a los intereses de la clase dominante, sea o no la gobernante, que a su vez era dirigida en sus políticas por esa misma clase dominante.
Un ejemplo histórico argentino traído a cuenta por algunos autores, sería el golpe militar de Uriburu contra Yrigoyen respondiendo a los intereses de los políticos conservadores, que a su vez respondían a los intereses de la oligarquía terrateniente.
Se puede citar a Dorfman y Romero que en su obra Sistema socioeconómico y estructura regional en la Argentina. Amorrortu Editores siempre citan a Argentina como de desarrollo capitalista dependiente, aún dándole al término la característica de inmanente, sin posibilidad alguna de cambio.
Las clases dominantes locales sólo serían socios menores de los socios mayoritarios pertenecientes a los países centrales, de capitalismo avanzado.
Es más, citan a Michael Porter, por su obra La ventaja competitiva de las naciones como la versión actualizada de la teoría de David Ricardo.
Desenvolvimiento de los actores en el proceso de la globalización
Primero se hace necesario definir a la globalización, que es la intensificación de las relaciones sociales (económicas, políticas, etc) en todo el mundo, enlazando lugares distantes. Esto es lo que en las tecnologías de información y comunicación se definen como relaciones distales.
Teniendo en cuenta el espacio-tiempo estas relaciones también serían asincrónicas, y se caracterizan por la utilización de un espacio virtual, utilizando herramientas telemáticas, provenientes de las tecnologías de la comunicación e información.
El actor empresa capitalista se desenvuelve con las pautas esbozadas dentro del punto 2 supra. Sintéticamente: desarrollo en mercados competitivos mundiales, de trabajo y productos, respondiendo a las directivas de las casas matrices, con un objetivo de obtener utilidad, respondiendo a los intereses de accionistas mayoritariamente anónimos e internacionales.
El actor Industria a través de las transferencias de know how, tecnología, maquinarias y equipamientos, que serán distribuidos mundialmente de acuerdo con una pauta de costo-beneficio.
Los actores Vigilancia y Poder Militar, ambos monopolizados por los estados, estarán sujetos a las negociaciones entre estados.
Puede afirmarse que las negociaciones entre estados han entrado en decadencia para dar lugar a las negociaciones por bloques.
Un ejemplo de ello podría ser la constitución del NAFTA como bloque para negociar con la Unión Europea (U.E). Ambas instituciones se encuentran en expansión, reflejada en la incorporación de nuevos países al bloque fundador, Por ej. La incorporación de Grecia, Polonia,y otros a la UE de reciente data.
Podemos mencionar los esfuerzos de EEUU para incorporar a otros países latinoamericanos, además de México, al NAFTA, lo cual no ha sido logrado éxito.
Actuales pensadores como Carlos Fuentes vislumbran el nacimiento de un nuevo Contrato, remedando el Contrato Social de Rousseau, que conforma un nuevo paradigma, que es la constitución de un nuevo contrato internacional.
Se torna necesario superar la antinomia entre la intervención unilateral y arbitraria de una nación sobre otra, como el no intervencionismo a ultranza, que deja abandonados a los pueblos ante poderes tiránicos.
Se constituiría como necesaria una entidad supranacional, un tribunal universal, que subordine las soberanías de las naciones a la vigencia de los derechos humanos, la libertad y la paz. Teniendo en cuenta que la economía y los medios de comunicación han creado una sociedad internacional, están dadas las condiciones objetivas para la vigencia plena de un derecho internacional.
Ello continúa antecedentes históricos, tales como la paz de Westfalia, Viena y el tratado de Versailles, con diferentes grados de éxito.
Observa el autor que ya existieron dos principios: el multilateralismo (nosotros dijimos negociación por bloques) y la interdicción de la guerra preventiva.
Hay acuerdos internacionales operativos, tales como el Protocolo de Kyoto y la Corte Internacional de Justicia.
Se vislumbra un contrato de la ONU para el milenio, que precisamente regularía las interrelaciones de los actores mencionados en un contexto global.
Abstract
Hemos visto que el trabajo como actividad humana se pierde en la noche de los tiempos y el Hombre trabaja desde los albores de la humanidad.
Pudimos reseñar brevemente el trabajo en la Edad Media, con el orden feudal, donde la asociatividad de los artesanos tiene las características típicas de la pequeña y mediana empresa, dentro de un orden estamental, cerrado y sujeto a restricciones propias y ajenas.
El quiebre de ese orden feudal se aviene con el surgimiento de la burguesía, fruto de la Reforma religiosa, junto con una noción de progreso indefinido y una fe puesta ahora en la razón, la racionalidad, iniciada en la duda cartesiana y el método.
Junto con el avance de las ciencias y las técnicas da inicio a la Modernidad, época revulsiva donde se subvierten todos los valores y nuevos paradigmas asoman para la humanidad.
La noción de Estado, el Iluminismo y los grandes pensadores ven un horizonte venturoso, aunque el camino estará lleno de espinas, luchas, nuevas ideologías culminando en la Revolución Industrial, que trae prosperidad, pero también la miseria de la marginalidad.
Todo lo conocido no vale y las nuevas ideas se extienden al mundo, enancadas en una clase que hace suyo ese nuevo pensamiento constituyéndose en las nuevas clases dominantes.
A través de Marx se pone de manifiesto el enfrentamiento entre capitalistas y proletarios y las luchas sociales, dando lugar a distintas interpretaciones, corrientes y políticas, que mantuvieron enfrentadas a grandes potencias como URSS y EEUU., durante décadas.
La gran industria surgida de la Revolución Industrial se lleva la parte del león, mientras pequeños burgueses avispados, verdaderos entrepreneurs sobreviven en sus pequeños talleres como pequeñas y medianas empresas, siempre cerradas y generalmente familiares.
Posteriormente veremos la importancia de las mismas en las economías de los países, con énfasis en los países en desarrollo, o capitalistas dependientes o socios tardíos del capitalismo originario.
BIBLIOGRAFIA
Alvarez Dorronsoro Javier. El Trabajo a través de la historia. Universidad Complutense de Madrid. Monografía
Pirenne Henry. Historia económica y social de la Edad Media. Fondo de Cultura Económica. 1966
Ferrer Aldo. Historia de la globalización .Fondo de Cultura Económica
Forrester Vivianne. El horror económico. Fondo de Cultura Económica
Alberti Blas. Sociología con orientación económica. El Coloquio de Ciencias Económicas.
Anitua Gabriel I. Historia de los pensamientos criminológicos. Editores del Puerto.
Rofman Alejandro y Romero Luis A. Sistema socioeconómico y estructura regional en la Argentina. Amorrortu Editores.
Autor:
Roberto Yrago
Licenciado en Administración (U.B.A.)
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