La seducción consiste en despertar el deseo de los demás. Se trata de atraer la atención, mostrarse interesante y, sobre todo, agradar. Por tanto, la finalidad de la seducción es establecer una relación (afectiva o sexual) con esa persona a la que se pretende conquistar.
Tradicionalmente, ha sido el hombre quien ha tomado la iniciativa de cortejar a la mujer deseada. Sin embargo, con el tiempo, las mujeres han ido cambiando este rol de ser seducidas, a dar el primer paso.
El juego de la seducción es un arte que se puede aprender y mejorar conociendo sus claves. Según los expertos del centro psicológico CEPP de Granada una serie de estrategias que permiten acercarse a la persona y captar su atención:
Seguridad y autoconfianza. Son factores básicos para mostrarse interesante ante la otra persona, ya que indican madurez, sensibilidad, saber estar... que son aspectos muy valorados.
Sentido del humor. Una actitud positiva ante la vida y el poder hacer reÃr a los demás, son aspectos muy valorados por cualquier persona.
Retirada. Hay que saber retirarse a tiempo si no se ha conseguido lo que se pretendÃa y no aparecer ante el otro como el pesado/a de turno!.
Una vez se produce el acercamiento entre las dos personas, se pasa al conocimiento mutuo. Se trata de descubrir el carácter, los gustos y la personalidad de la otra persona para conocer los aspectos en los que se coincide, buscar intereses comunes que eviten puntos de fricción entre las dos personas. Asimismo, el ambiente de cada uno, su clase social, sus amistades, estudios, experiencias... juegan un papel muy importante a la hora de seducir.
En todo caso, es importante considerar que no existen trucos universales, sino que cada persona es distinta. De este modo, un buen seductor es aquel que sabe acercarse al otro conectando de la mejor manera con su personalidad y sus gustos.