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El sujeto ético en Epicuro y su relación con el cuidado de sí y la salud en M. Foucault

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Agregado: 02 de AGOSTO de 2011 (Por Carlos Baraldini) | Palabras: 3000 | Votar | Sin Votos | Sin comentarios | Agregar Comentario
Categoría: Apuntes y Monografías > Filosofía >
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    Autor: Carlos Baraldini (carlosbaraldini@hotmail.com)

    ÉTICA: Monografía -
    Título: El sujeto ético en Epicuro y su relación
    con el cuidado de sí y la salud en M. Foucault


    Primera parte. Epicuro

    La filosofía de Epicuro (341-270 AC) tiene una característica principal: el placer, como su fundamento natural en búsqueda y hacia la vida feliz, pero tiene un agregado original a este período helenístico donde se desarrolla inicialmente la escuela del Jardín: el cuerpo humano, un olvido de las otras escuelas filosóficas anteriores, "Este es el grito de la carne: no tener hambre, no tener sed, no tener frío; quien tenga y espere tener esto también podría rivalizar con Zeus en felicidad"

    Esta voz de la carne, del cuerpo, una verdadera vida de latidos y esta sentencia que aborda como ninguna la democratización del cuerpo, no puede haber cuerpos que puedan sufrir de hambre, frío o sed, está Epicuro indicando el sentido de la felicidad a través del placer, está insinuando el cuidado de sí, está germinando allí un principio de salud, individual y social.


    Porque este cuerpo y a través de él, las sensaciones, como principio de conocimiento y energía creadora (la sensación es infalible), será el eje del sujeto ético de Epicuro.

    Este cuerpo y el de los otros estarán indicando también el principio de igualdad vigente, recibirán de la naturaleza los dos mensajeros principales: el placer y el dolor.

    Esta originalidad de Epicuro la marcamos por ejemplo con Aristóteles, quien había señalado distintos tipos de vida feliz, pero para alcanzar la felicidad había que disfrutar del ocio, era una felicidad clasista y exclusiva, impensable para los cuerpos de lo que no pertenecían a las capas pudientes de la sociedad griega.

    La práctica filosófica epicúrea será enfrentar y dar combate al temor, al dolor y a la muerte, dotado de inteligencia, serenidad y alegría.

    Para alcanzar la vida feliz es necesario cumplir con el farmakon, el remedio del filósofo que, vana será su palabra si no suprime las enfermedades del alma :

    o Sin temor a los dioses, ya que no llegan a nosotros ni para ayudarnos ni para castigarnos, pues son tan perfectos que no nos necesitan, sino fuera así, no serían dioses.

    o Sin temor a la muerte, pues no es nada para nosotros, ya que mientras vivimos no está presente y cuando está presente nosotros ya no estamos, ya no somos.

    o El dolor y el mal son fáciles de evitar, ya que ningún sufrimiento dura mucho tiempo.

    o El placer y el bien son fáciles de conseguir, ya que si hay placer no hay dolor ni sufrimiento.

    Lo máximo en el placer es estar libre de dolor y molestia, tanto en el cuerpo como en el alma, ya que todos los placeres son un bien, pero no todos son elegibles, ya que se elige por un cálculo de utilidad y conveniencia.

    Caracterizará dos tipos de placer: uno en reposo, donde hay ausencia de dolor corporal y sin perturbación del alma; y otro en movimiento, cinéticos, es el placer de los sentidos en el proceso de eliminación del dolor. Epicuro jerarquizará el placer en reposo, ya que la ataraxia, la ausencia de perturbaciones, es el placer espiritual más elevado y lo próximo para conseguir la felicidad.

    Epicuro, frente a la crisis política de su contexto, pondrá como firme propósito para conseguir la eudaimonía, la felicidad, transitar por la ataraxia, la tranquilidad imperturbable, para lo cual promoverá ser ajenos a la vida política, desarrollando la autosuficiencia como un gran bien : "Pues ni banquetes ni orgías constantes ni disfrutar de muchachos ni de mujeres ni de peces ni de las demás cosas que ofrece una mesa lujosa engendran una vida feliz, sino un cálculo prudente que investigue las causas de toda elección y rechazo y disipe las falsas opiniones...De todas estas cosas principio y el mayor bien es la prudencia...De ella nacen todas las demás virtudes, porque enseña que no es posible vivir feliz sin vivir sensata, honesta y justamente..."

    Entonces apreciamos que por un lado introduce el cuerpo, como el órgano vital de las sensaciones y por el cual conocemos, después el placer como la guía para alcanzar una vida feliz, aclarando que no será cualquier placer, que existirá una elección por medio de la prudencia y un cálculo, tanto de utilidad como de oportunidad.

    El placer puro se alcanzará aplicando un método del criterio hedonista de Epicuro, original, por cuanto necesita eliminar la acumulación, la maximización por duración y la intensificación, pues el punto estable y seguro de la vida se consigue en lo poco, porque de lo poco jamás hay penuria.

    No necesitará de ningún principio ascético, como el de ciertas escuelas estoicas, para reprimir los deseos, porque está en la misma naturaleza del placer, una vez que se supera el sufrimiento por la carencia, el placer de la carne no aumenta, sino que varía.

    Por el otro no buscará el placer por el poder o la riqueza, sino todo lo contrario, exaltará una vida autosuficiente, donde contentarse con poco será su mayor riqueza, alejado de la vida pública y poniendo fuera de la vida las luchas competitivas: "Quien es consciente de los límites de la vida sabe cuán fácil de obtener es aquello que clama el dolor por una carencia y lo que hace lograda la vida entera. De modo que para nada necesita cosas que traen consigo luchas competitivas"

    La mayor riqueza del sabio es su juicio , porque la fortuna poco le ofrece, y este juicio le brindará los bienes a distribuir a lo largo de toda su vida.

    Si bien facilitará el alejamiento de la política, resaltará la amistad como un lazo inestimable para conseguir la vida feliz, será su vínculo con lo social. Y esta amistad es uno de los bienes que ofrece la sabiduría , el mayor que le ofrece para alcanzar la felicidad, ya que no existe nada duradero ni eterno, lo único seguro en la limitada vida nuestra es la amistad

    Si bien la amistad se origina en la utilidad, agregará Epicuro "No es verdadero amigo ni el que busca en todo la utilidad, ni el que jamás la une a la amistad. Pues el uno se convierte en tendero de favores con la idea de recompensa y el otro corta de raíz toda buena esperanza para el futuro"

    Destaca que junto al filosofar es preciso reír, ocuparse de las cosas domésticas y continuar proclamando y practicando las máximas de la recta filosofía. No se traiciona al amigo si no se quiere vivir en desconcierto y agitado por tal infidelidad.

    Promueve alejarse y liberarse de intereses que rodean la política, pues el más grande fruto de la autosuficiencia es la libertad.

    El sujeto ético de Epicuro no marchará al azar, estará primando el criterio de invulnerabilidad, tampoco será un dependiente para acceder al bien, pues prevalecerá el criterio de autosuficiencia, y se brindará a una vida de placeres según su prudencia, donde se advierte el criterio de la perfección.

    Entonces observamos que la amistad no sólo es una relación social, sino también un vínculo de salud de sí mismo y los otros.

    La creación de su escuela en Atenas, llamada el Jardín, donde vivían sus amigos, que incluían mujeres y esclavos y esclavas, parece a todas luces no sólo divertida sino también saludable.
    Antagónico concepto de igualdad frente a la cita de Aristóteles cuando alude a Homero "Uno solo gobierna la familia"

    Un camino de fuga cuando los espacios públicos no generan esperanza. Una forma de refugiarse de aquellos a los que la multitud enardecida les clama ´váyanse todos´. ¿Quién, hoy, soportando esta cruda realidad no daría más de lo que tiene por refugiarse en un ‘jardín' de esas cualidades?



    Segunda parte. Michel Foucault y su interpretación de la doctrina epicúrea


    En la Hermenéutica del sujeto, obra que contiene las clases que dictó Michel Foucault entre enero y marzo de 1982 en el College de Francia, analiza en forma minuciosa la filosofía antigua, en especial la escuela estoica.

    Pero el estudio arranca con esa sentencia délfica, epimeleia heautou, la inquietud de sí, a partir del cual se justifica el imperativo ´conócete a ti mismo´. Haciendo referencia a Epicuro, quien en la Epístola a Meneceo escribió "Nunca es demasiado tarde ni demasiado temprano para asegurar la salud del alma", con lo cual Foucault interpreta que Epicuro recomendaba una ocupación del día y la noche de uno mismo, pero ¿qué quiere decir Epicuro con ocuparse?, se pregunta el mismo M.F.

    En la Sentencia Vaticana 55 Epicuro utiliza el concepto ´curar´, en griego ´therapeuein´, este verbo según M.F. tiene valores múltiples, asociados a los cuidados médicos y a una terapia del alma a la que eran proclives los epicúreos. "Es sanar, curar según la verdad" Existe un lazo entre medicina e inquietud de sí, pues la noción de pathos, para los epicúreos, la entienden como pasión y como enfermedad. Esto dará lugar a que Filón de Alejandría, al constituir su comunidad, se llamara sí mismo ´terapeutas´, porque velaban por el alma como los médicos velan por el cuerpo.

    M.F. sostiene que esa sentencia délfica, inscripta en el Templo de Delfos por algunos de los siete sabios, tuvo otras significaciones, no tenía mucho de filosófica y respondía al cuidado que se dispensaban como privilegios los integrantes de las capas gobernantes. En realidad esta epimeleia heautou era un privilegio social, político y económico de los aristócratas espartanos.

    M.F. avanzará sobre la escuela y la problemática epicúrea, sobre la amistad, la salud de sí mismo y la de los otros, revelando las prácticas colectivas relativas al cuidado de sí, en especial cuando analiza el texto de Filodemo, un seguidor de la corriente epicúrea de fines del siglo I antes de Cristo, quien desarrolla una técnica de hablar claro, la parrhesía, como un paralelismo a las prácticas médicas, entre auxilio (boetheia) y therapia, terapéutico. Aquí hay un uso de la parrhesía opuesta al de adulación o de la retórica.

    Esto del ocuparse de uno de día y de noche también se practicaba en el pitagorismo, con la preparación purificadora para el sueño, porque al soñar se está en contacto con el mundo de los dioses, el de la inmortalidad y la verdad, con lo cual ciertas prácticas rituales como la música, los olores y el examen de la conciencia, permitían una revisión de la jornada, para recordar las faltas cometidas, expurgarlas y purificarse en ese mismo acto.

    En Epicuro hay una preocupación central por este cuidado diario y a lo largo de toda la vida, caracterizando la idea de curación según la verdad, donde ha de jugar el valor de la amistad un eje central de la salud propia y de la de los otros.

    El cuidado de sí mismo como eje central, pero como recompensa complementaria, la salvación de los otros y aquí toma M.F. la concepción epicúrea de la amistad, que no es otra cosa que una forma de la inquietud de sí y que no es la mera utilidad, ya que cita la Sentencia Vaticana 23 "Toda amistad es deseable por sí misma; pero tiene su origen en los beneficios" o sea que hay que elegirla por sí misma, es decir que la amistad se volverá deseable por sí misma.

    Existe una oposición entre el nacimiento de la amistad por utilidad y el deseo y sólo es deseable en la medida que se mantenga de una manera constante, estimándose en esa regularidad cierta utilidad. "No necesitamos tanto de la ayuda de nuestros amigos, cuanto de la confianza en esa ayuda"

    El saber filosófico de Epicuro, como saber de la naturaleza, es una modalidad pertinente para la práctica de sí: "El estudio de la naturaleza no forma fanfarrones (jactanciosos) artífices de la charlatanería ni ostentadores de la cultura por la que pugna la mayoría, sino espíritus independientes, capaces, orgullosos de sus propios bienes y no de los que surgen de las circunstancias"

    Este hombre libre, altivo e independiente (autarkeis), hasta de la propia cultura, porque se refiere a esa cultura de fanfarrones (kompous) que, según Epicuro, son fabricantes de verbos y que sólo buscan la admiración de las multitudes.

    ¿Cómo se opondrá Epicuro a esa paideia? Se pregunta M.F. Pues con la psysiología responde, la fisiología ¿y en qué es distinta? Simplemente prepara al sujeto, lo equipa, para que este armado como corresponda. La paraskeue es ese equipamiento, será esa resistencia a todos los movimientos que pueda recibir del mundo externo. Y esto va a desembocar en la autarkeis, la libertad de palabra, para usar esa libertad y decir las cosas útiles a los demás: "Yo preferiría proclamar con sinceridad, al investigar lo concerniente a la naturaleza, lo útil para todos los hombres, aunque nadie llegara a comprenderme, que prestar conformidad a las vanas opiniones y recoger el cerrado aplauso dispensado por el vulgo"

    "Cuando se es joven no hay que vacilar en filosofar y cuando se es viejo, no hay que cansarse de filosofar, pues nadie es joven o viejo para la salud de su alma..."

    Esta asimilación entre filosofar y cuidar su propia alma la destaca M.F., distinguiendo la etapa joven, que es para prepararse, equiparse para la vida, de la etapa de la vejez, donde el filosofar es rejuvenecer, porque va a rememorar tiempos pasados y esta recomendación de Epicuro no acaba, el ocuparse de sí mismo es durante toda la vida.

    Estas prácticas que en la antigüedad eran ejercicios espirituales, M.F. las llamará ´técnicas del sí mismo´, pues que haya sujetos porque cierto tipo de ´relación con el sí mismo´ nació en una cultura, porque los individuos se prestan cierta forma de atención, se reconoce como sujeto, a diferencia de la conciencia que exige el reconocimiento del otro, el sujeto aquí solo tiene necesidad del reconocimiento de sí mismo.

    "...la oposición entre saber de las cosas y saber de sí mismo no puede interpretarse en ningún caso, ni en los epicúreos ni en los cínicos, como la oposición entre el saber de la naturaleza y el saber del ser humano. La oposición que se establece en ellos y la descalificación que aplican a una serie de conocimientos se refiere simplemente a esta modalidad del saber. Lo que se requiere... tanto para el sabio como para su discípulo, no es un saber referido a ellos mismos, no es un saber que capture el alma, que haga del yo el objeto mismo del conocimiento. Es un saber que se refiere a las cosas, que se refiere al mundo, que se refiere a los dioses y a los hombres, pero que tenga como objeto y función la modificación del ser del sujeto. Es preciso que esta verdad afecte al sujeto. No se trata de que el sujeto se vuelva objeto de un discurso veraz"

    Esto indicaría que la genealogía de la moral social moderna de M.F. giró sobre una teoría del sujeto. En sus primeros trabajos de 1954 "Enfermedad mental y personalidad" M.F. invocará una razón ética contra la razón natural: "Se supone que el asilo ideal debe reconstituir alrededor del alienado una casi familia en la que deba sentirse como en su casa, pero en realidad está sometido a un ininterrumpido control social y moral; curarlo quiere decir reinculcarle los sentimientos de dependencia, de humildad, de culpabilidad, de reconocimiento, que son la armadura moral de la vida de familia...Lo que uno descubre como psicología de la locura no es más que el resultado de las operaciones con que se la ha tratado...toda esa psicología no existiría sin el sadismo moralizador en que la encerró la filantropía del siglo XIX con las hipócritas apariencias de una liberación"

    Foucault se preguntará cómo el hombre occidental llegó a reconocerse como sujeto de deseo, una búsqueda de la verdad en la sexualidad, descubriendo un dispositivo de poder, que nos lleva a formularnos tales cuestiones. Después de vastas investigaciones y ensayos, sus intervenciones críticas serán portadoras de un contenido normativo y hasta de tipo universalista, pues se refieren a una exigencia de autonomía del sujeto y una oposición cerrada al sufrimiento injusto, de allí su pintura del ´arte de vivir´ de la época helenista, que después matizará con la pastoral cristiana.

    El sujeto ético de M.F. no se rige por el deber ser, no pone el centro en sacrificio alguno, es una ética que desemboca en la sabiduría, aunque desconfía de que hoy pueda ser practicable, ante todo porque esa sabiduría sería la del amo, del señor, intuyendo que el goce moderno ya no puede estar reglamentado por el uso de los placeres de la Grecia antigua.

    Es probable sentir melancolía por aquel Jardín de Epicuro y sus amigos, incluyendo la genialidad de Michel Foucault, de quien recordamos estas palabras de enero de 1976.

    "Me parece que del fenómeno general de la dominación de la clase burguesa puede deducirse cualquier cosa. Creo que lo que hay que hacer es lo inverso, es decir, ver históricamente cómo, a partir de abajo, los mecanismos de control pudieron actuar en lo que se refiere a la exclusión de la locura, a la represión, a la prohibición de la sexualidad; cómo, en el nivel efectivo de la familia, del entorno inmediato, de las células o en los niveles más bajos de la sociedad, esos fenómenos de represión o exclusión tuvieron sus instrumentos, su lógica, y respondieron a cierta cantidad de necesidades; mostrar cuáles fueron sus agentes y no buscarlos en absoluto por el lado de la burguesía en general, sino por el de los agentes reales, que pudieron ser el entorno inmediato, la familia, los padres, los médicos, los escalones más bajos de la policía y cómo esos instrumentos de poder...comenzaron a volverse económicamente rentables y políticamente útiles"




    Bibliografía de Consulta

    Sobre la felicidad. Epicuro. Editorial Debate. España. 2001
    La hermenéutica del sujeto. Michel Foucault. FCE. Bs. As. 2002
    Foucault y la filosofía antigua. F. Gros y C. Levy. Ed. Nueva Visión. Bs.As. 2004
    Defender la sociedad. M. Foucault. FCE. Bs. As. 2000
    M. Foucault filósofo. E. Barbier y otros. Gedisa. España. 1995
    La Política. Aristóteles. Centro editor de cultura. Bs. As. 2003.



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